Amigos de Fernández Tapias dicen que el empresario requería atención sanitaria pero que estaba muy bien de cabeza

Nuria González y Fernando Fernández Tapias, en una imagen de archivo.
Nuria González y Fernando Fernández Tapias, en una imagen de archivo.
Europa Press
Nuria González y Fernando Fernández Tapias, en una imagen de archivo.

El entorno más cercano de Fernández Tapias, fallecido el pasado 25, ha dicho en relación a su viuda, Nuria González, y los rumores que circulan sobre sus desavenencias con el empresario que todo es infundado. "Está pendiente de sus dos hijos, que están muy tristes. Estaban muy unidos a su padre. Son muy jóvenes para que les falte esa figura en su vida. Nos dice que es lo único que le preocupa y esta ajena a los comentarios que se están diciendo". 

Según las personas con las que ha compartido una gran amistad, Fernando Fernández Tapias estuvo vigilado en todo momento por personal sanitario. Al parecer, tenía varias enfermeras que todos los días le visitaban para controlar su azúcar, la tensión y todo lo que hiciera falta, pero en ningún momento tuvo problemas de memoria ni de cabeza. Mantuvo la cabeza fría hasta el final de sus días y recibió visitas de amigos y familia. 

A pesar de que en varias ocasiones se ha creído que fue Nuria quien prohibió la entrada a su casa, sus amigos lo desmienten. Aseguran que "nada más lejos de la realidad". 

Todos, desde Jesús Vázquez a Raúl González, Terelu Campos, Alejandra Rubio o Nuria Roca arroparon a la familia de Fernando Fernández Tapias. Su viuda, Nuria González, y sus dos hijos Iván, de 20 años, y Alma, de 16, así como el resto de los hijos -tenía siete en total-, estuvieron acompañados por los amigos y allegados del empresario.
La viuda y sus hijos, Iván y Alma, de 20 y 16 años.

Mantienen que Fernando Fernández Tapias tenía personalidad suficiente para decidir, siendo él el único que se negó a que sus hijos pusieran un pie en su casa de Puerta de Hierro (Madrid). "Es no conocer a Fernando. Nadie le marcaba las pautas. Ni en el plano profesional y menos en el familiar. Cuando le llegó la demanda cortó totalmente y nunca más volvieron a esa casa. Y no hubo mano negra. Así era por mucho que ahora digan que quien tomaba las decisiones era su mujer", según Vanitatis.

Un durísimo momento que para Fernando fue "una humillación empresarial".

Nuria intenta permanecer ajena a todo lo que se está diciendo sobre ella, pues sabe lo verdaderamente importante ahora es apoyar a sus hijos y que intenten superar la pérdida de su padre. 

Los íntimos de Nuria quieren dejarle su espacio, pero también recordarle que estarán ahí para lo que necesite en este duelo tras 21 años casados. "Desde ese día y ahora, de lo que está pendiente es de Iván (20) y Alma (16), que estaban muy unidos a su padre y lo están pasando muy mal. Los que estuvimos en el tanatorio y en la misa lo vimos con nuestros propios ojos. La niña lloraba cada vez que le hacían un comentario bonito sobre Fernando", desvelan.

Estos días los hijos mayores de Fernando se confesaban y se mostraban impactados con el escenario que hay tras la muerte de su padre. "Se han torcido tanto las cosas que no damos crédito, nosotros queremos preservar nuestra intimidad y que no se nos tache de hijos díscolos porque llevamos aguantando cuatro años (...) Y todo por haber hecho una actuación que creemos que el 90% de las personas hubiesen hecho por el bien general, ya que muchas personas comen y viven de esas empresas. Al margen de lo privado y lo particular", han dicho en ABC. 

Aseguran que "nada se ha hecho por maldad y por dinero", una declaración que pretende justificar sus acciones. Su nieta predilecta, Iria, dijo en una entrevista hace algún tiempo que llevaba sin poder ver a su abuelo muchos años. Mar Flores también dijo que no se pudo despedir de él porque le habían cortado la comunicación.

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