Mario Garcés Jurista y escritor
OPINIÓN

Por fin, ‘Jálogüin’

Halloween, en una imagen de archivo.
Halloween, en una imagen de archivo.
Getty Images
Halloween, en una imagen de archivo.

Tras casi quinientos años de tradiciones inquebrantables, llegó la transculturización a España y nada es como era antes. Que no se entienda como una exaltación nostálgica ni como una reivindicación de un tiempo improbable. Pero hemos pasado de Don Juan Tenorio revivido en pantallas en blanco y negro a caretas de Rubiales en modo Scary Movie.

El Día de Todos Los Santos, ese día de guardar que se fraguaba entre lutos y llantos recurrentes en todas las familias del tardofranquismo y que llenaba de flores los cementerios, ha dado paso a ‘Jálogüin’, en el que decenas de miles de españoles posan disfrazados de Jigsaw, Joker, Chucky, Tiffany, la Llorona, la monja mexicana del parque de atracciones o de Barbie asesina. En un país que ni recuerda ni llora a Juan Luis Galiardo, el último Tenorio en Don Juan, mi querido fantasma (1990) de Antonio Mercero, todo es posible. Incluso que en el barrio de Salamanca de Madrid, cada vez más parecido al barrio de Polanco en Ciudad de México, ronden mariachis en homenaje a los difuntos con ofrendas de pan de muerto, fruta, mole y rico atole.

Hubo un tiempo en el que se encargaban misas por nuestros muertos. Ahora se encargan las entradas para el concierto de ‘Jálogüin’, para mayor gloria de Leticia Sabater y otros personajes de nuestra ficción cultural. Hubo un tiempo también en el que la esquela era un objeto de colección. Recuerdo a Miguel Ángel Morata Galarza, que nos dejó en el año 2013, en cuya esquela, publicada en ABC, sus seres queridos le reprochaban haberse marchado "sin dejarnos la receta de la paella de escabeche". O la del futbolista vasco Mikel Marroquín, fallecido con tan solo 25 años, en cuya esquela publicada en El Diario Vasco en 2011 se leía: "Yo, Mikel Marroquín, os invito a mi última ‘fiestuki’ en la Iglesia de San Marcial a las siete y media de la tarde. Abstenerse gente triste". En fin, ahora ni esquelas ni muertos porque España es un país cuya población aspira a la inmortalidad, aunque sea en la tontuna de las redes sociales.

España es un país cuya población aspira a la inmortalidad, aunque sea en la tontuna de las redes sociales

Por si fuera poco, ‘Jálogüin’ es el preludio del ‘Blacfraidei’, que viene a durar todo el mes hasta el fatídico diciembre en el que hay que comprar los regalos de Nochebuena y Reyes. Y los españoles volveremos a comprar, por mucho que cada vez sea más difícil, porque hemos nacido para comprar, algo que merecería una copla del gran Bruce Springsteen. Born to run o Born tu buy. Si Don Juan levantara la cabeza, y anduviera por alguna calle de la Sevilla del ‘Tosantos’ del maestro Antonio Burgos, ya no vería a Doña Inés en un banco de piedra. Quizá vería una discoteca con vampiresas y descuartizadores dándose el lote en cualquier esquina. Y regresaría a la tumba con el verso en la boca, a la espera de otros tiempos.

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