Agentes de la Policía Nacional han confirmado este lunes la detención en el marco de una operación antiterrorista en Melilla de Mustafá Maya Amaya, un yihadista de mediana edad nacido en Bélgica que ya fue condenado a ocho años de cárcel por liderar una red dedicada a reclutar terroristas. Según ha informado EFE, han sido efectivos de la Comisaría General de Información los que han arrestado a Maya nueve años después de que fuera detenido también en Melilla. El yihadista, afectado por una discapacidad que le obliga a ir en silla de ruedas, se encontraba actualmente en libertad tras cumplir la pena impuesta.

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Maya Amaya era el "promotor, director y coordinador" de "una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista", según apuntaba la sentencia que dio lugar a su condena por un delito de pertenencia a organización terrorista en calidad de promotor y director con la atenuante simple de confesión. Durante el juicio, admitió que había ayudado a enviar a combatientes al extranjero "para hacer la yihad". Desde 2012, apunta la sentencia de la Audiencia Nacional, realizó una "incesante labor" para el Estado Islámico o Jabhat Al Nusra.

Dos años después, en 2014, el juez Ismael Moreno decretó su ingreso en prisión y el de otros tres miembros de una red yihadista dedicada al envío de adeptos a Siria, Libia y Mali. Los otros tres condenados integrantes de la organización, Paul Cadic, Farik Chaikh y Chafik Jalel, fueron detenidos por las autoridades marroquíes. Tras efectuarse las detenciones, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, calificó la red como "la célula internacional más activa e importante de España, una de las más importantes de Europa". 

Antes de ser detenido, el yihadista residente en Melilla mantenía una comunicación "permanente" con otros musulmanes de Europa a los que captaba por internet para que acudieran a Siria, Libia o Mali. Actuaba "de forma concertada con otros individuos" en busca de adeptos a los que asesorar y enviar a la lucha, relata la sentencia. 

Maya era "el principal dinamizador" de la red intervenida, que según recabó la Audiencia Nacional ayudó a una treintena de radicales a llegar a los países mencionados para su integración en Al Qaeda en el Magreb Islámico, en el Estado Islámico o en Jabaht Al Nusra. Los integrantes de la red se asentaban en Bélgica, España, Luxemburgo, Turquía, Túnez, Libia, Mali, Francia y Marruecos. Entre ellos había individuos dedicados a la captación de adeptos, a la falsificación, a la financiación de la célula, a intermediar entre las partes y a guiar a los voluntarios clandestinamente a través de las fronteras. 

Pero Maya tenía un papel destacado entre todos ellos, cumplía una función "esencial para los fines de la organización": una vea efectuada la captación por internet, conectaba a los nuevos voluntarios con los "facilitadores" y con los encargados de conseguir que cruzaran la frontera. Además se dedicaba a asesorar sobre detalles de cada operación, desde el tipo de transporte más adecuado, las rutas idóneas, el equipamiento necesario y las mejores formas de evitar controles fronterizos. Paralelamente, se dedicaba a difundir masivamente propaganda yihadista online. 

En el juicio hubo otro acusado, Chafik J.B.A, al que Maya acudió para adquirir documentación falsa. Sin embargo, no se pudo demostrar su colaboración estable con la organización, dado que no confesó.