El estreno de Leonor en la recepción del Palacio Real, dentro del Día de la Hispanidad, no será olvidado por la joven fácilmente.

A la emoción de presidir con sus padres por primera vez el desfile vestida de militar, se une haber estrechado 2.500 manos, tanta como invitados ha tenido este año la Casa Real al organizar la recepción posterior en el Palacio Real.

Leonor ha visto y conocido a políticos, diplomáticos, militares de alto rango, periodistas, famosos, civiles, gente del mundo de la cultura... pero nada cómo la sorpresa que se ha llevado cuando ha visto en la fila a siete de sus compañeros de la Academia General Militar de Zaragoza.

EFE

El gesto de la princesa ha cambiado entonces ligeramente, de risueño a muy risueño. Tal ha sido la alegría al reconocer a sus compañeros de instrucción, varios chicos y chicas, acompañados de algún mando.

El momento ha dado dos escenas curiosas, una, cuando una de las compañeras de la princesa, quizás con quien comparte camareta y se ayudan a hacerse los moños, no le ha dado la mano, probablemente por desconocimiento o nervios. Rígida y marcial, la joven ha pasado de largo, aunque previamente sí había saludado a los soberanos.

El segundo instante memorable ha tenido lugar cuando el rey ha mirado a su hija con gesto cómplice y cariñoso. Ha sucedido al pasar uno de los alumnos que estaba en la fila para el saludo. En ese momento, Felipe era más padre que rey y parecía preguntarle a su hija: "Esto no te lo esperabas, verdad?". Hasta la propia reina Letizia ha reído con la situación, por lo familiar y entrañable que le estaba resultando a su propia hija.

Leonor les ha dedicado una larga mirada a sus compañeros cuando se retiraban, a quienes verá pronto y con quienes podrá comentar seguramente una situación tan simpática y normal, especialmente, para ella.