OPINIÓN

¿Dar dos besos en el trabajo es machista?

La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez 'Pam'.
La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez 'Pam'.
Europa Press
La secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en funciones, Ángela Rodríguez 'Pam'.

¿Eres de los que ya no saben si en el trabajo hay que saludar con dos besos o estrechar la mano? No estás solo, nos pasó a los que (y las que) nos tocó compartir una reunión de oficina en la que se cruzaron varias presentaciones que acabaron siendo medio ortopédicas entre roces de mejillas distantes y tibios apretones de manos. Todos teníamos en mente el debate del machismo de los dos besos que cada poco se aviva en redes sociales desde que la distancia de seguridad de la pandemia lo encendió. El tema ha acabado convertido en debate político por la secretaria de Estado de Igualdad, Rodríguez Pam, que considera que a las mujeres "se las fuerza desde pequeñas a dar y recibir dos besos de desconocidos con impunidad y sin falta de consentimiento". Lo de llevarse la ley del ‘sí es sí’ al saludo parece un disparate que hace flaco favor al verdadero abuso. Sí, hay gentuza que aprovecha para abrazar por la cintura y besar de más, pero el saludo estándar de rozar mejillas es eso, un estándar cultural como el de los tres besos de Francia. Además, que la representante del ministerio de Montero olvida que, de pequeño, niño o niña, te toca sí o sí dar dos besos a la tía Petra.

Es cierto que al llegar a la adolescencia a los chicos nos dicen "da la mano como los hombres", y ahí es donde la explicación cultural se enmaraña con el papel de la mujer en la sociedad. Ese acaba reverberando en el trabajo al llevarse a su entorno los dos besos porque el fondo del asunto, más que machista, sería sexista. En un saludo las palabras son escasas, tiene más de comunicación no verbal que otra cosa. Si en un ambiente de trabajo se contrastan las presentaciones entre mujeres y hombres a través de besos para ellas, que muestran cercanía, con los apretones fuertes de manos para ellos, asociados al respeto, se está marcando la diferencia por géneros en un entorno que debería ser de igualdad. Ahora, el tema tiene otra vuelta de tuerca al hilo de los dos besos que Sánchez le ha dado al esposo del primer ministro de Luxemburgo. ¿Ese saludo no marca una diferencia en función de la orientación sexual? A juzgar por lo aplaudido en redes que han sido los dos besos en la cumbre de Granada, no parece que sea un problema.

Tampoco lo es esto del saludo cercano para todas las mujeres ni todos los hombres, visto lo polarizado que está el debate en redes. En lo que creo que todos estamos de acuerdo es en que el ambiente de saludos en la oficina se ha enrarecido, así que deberíamos decidir si cambiamos el estándar por decreto ley, nos damos dos besos todos, hombres incluidos (opción que en España nadie plantea, la masculinidad débil sabrá por qué), o cada cual a su bola a riesgo de llevarse un corte. Y es que si no nos ponemos de acuerdo en algo tan básico como el saludo, como para pensar en todo lo que supone relacionarnos después…

Mostrar comentarios

Códigos Descuento