Bizarrap y Milo J: hacer algo nuevo para volver a los orígenes

Bizarrap y Milo J
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Aunque suene a contradicción, la mejor forma de volver a tus orígenes es innovando, cosa que Bizarrap ha entendido y llevado a la práctica.

En la madrugada del miércoles al jueves –siempre según el uso horario peninsular–, Bizarrap, probablemente el productor latino más importante del mundo, sorprendía a sus millones de fans con algo completamente diferente: En dormir sin Madrid, un EP de cinco canciones junto al también argentino Milo J. Sin embargo, antes de explicar este trabajo, hay que hablar de lo que pasó en redes sociales y Youtube hace justo una semana.

La semana anterior, Bizarrap provocaba jaleos en Twitter y la industria musical al anunciar que se cambiaba el nombre a Bizapop, un guiño entre polémico y mercadotécnico hacia sus detractores, pero también sus fans.

En sus orígenes, Bizarrap fue un productor de hip-hop que se encargaba de producir y promocionar a raperos semidesconocidos que venían del freestyle underground de Argentina, cosa que fue cambiando con el tiempo. Es decir, Biza pasó de grabar en un estudio casero a raperos desconocidos como Bhavi o Kodigo, a montar grandes producciones con artistas de la talla de Shakira o Rauw Alejandro.

Entre sus fans más antiguos, aquellos que se engancharon al argentino por estas primeras colaboraciones plagadas de romanticismo y entusiasmo, se había despertado en los últimos meses un cierto resquemor con esta deriva musical, pues ya no lo consideraban un productor de rap, sino de pop.

Aprovechando esta situación, Biza, siempre muy hábil a la hora de jugar con el marketing, decidió apropiarse del peyorativo de Bizapop no solo para usarlo en sus redes, sino para estrenar un cortometraje con el mismo nombre en su canal de Youtube.

En este vídeo, dirigido por el reconocidísimo cineasta Jaime James, se pueden ver las oficinas de la ficticia empresa tras el fenómeno argentino, BIZARRAP RECORDS. Dentro, se representa una fiesta bestial, que recuerda en formas e imagen a aquellas escenas míticas de El Lobo de Wall Street, en la que se celebran las 8.000 millones de reproducciones conseguidas por la Session del argentino con Quevedo (sí, la que todos llamamos Quédate).

La fiesta, de repente, es interrumpida por el supuesto director de la empresa, quien, en una conversación profunda sobre la industria musical, recuerda a Bizarrap sus orígenes y quién es: según este personaje, no tienen nada que celebrar, pues Biza habría perdido parte de su esencia.

El vídeo es importante y significativo para entender su nuevo trabajo musical, pues en él, a modo de provocación y de creación intencionada de rumores (muy propio de Bizarrap), se dejaban entrever detalles, como un casco de moto o un disco colgado en la pared, que decían al público que Bizarrap se habría dejado llevar completamente por el pop y ahora empezaría a colaborar con artistas mainstream como Rosalía o el mismísimo Justin Bieber. Pero nada más lejos de la realidad.

Este lunes, Bizarrap anunciaba en sus redes que su nueva Session, la número 57, sería con Milo J: otra vez, había jugado con los falsos rumores y la provocación para conseguir que toda la industria hablara de él.

Camilo Joaquín, más conocido como Milo J, es un artista argentino de solo 16 años (sí, nacido en 2006) que está empezando a sonar con mucha fuerza en los principales circuitos musicales. Este chico, que lleva sonando desde 2022 a raíz de su sencillo Tus Vueltas, empezó a destacar gracias a Milagrosa, una pegadiza canción del mismo año que consiguió traspasar las fronteras del underground.

Gracias a este tema, empezó a ser apadrinado por artistas como Duki o Nicki Nicole (junto a esta última, colaboró en Dispara ***), quienes lo convirtieron en la joven promesa del trap nacional argentino. Y ahora, ha llegado Biza para lanzarlo a las nubes.

El productor argentino ha vuelto a sus orígenes musicales, a los de lanzar a artistas que no están todavía posicionados (una de sus últimas colaboraciones, por ejemplo, fue con Arcángel, quien lleva más de 15 años copando listas de éxitos). Nuevamente, Bizarrap se ha convertido en un trampolín de futuras estrellas, un altavoz en el que mostrar, como dirían en Argentina, a los pibes que salen de la plaza. Solo que, claro, con alguna diferencia.

En esta ocasión, la Session va encuadrada dentro de un proyecto más ambicioso, de cinco canciones, llamado En dormir sin Madrid. Este primer trabajo largo del productor es una declaración de intenciones sobre la vuelta al origen, a lo que había antes (que expresa muy bien Milo J, a pesar de su corta edad, cantando sobre antes de ser famoso) y a esa primera música algo más primitiva. De hecho, el EP es una contradicción en sí, pues, aunque aborda este tema poniendo, curiosamente, el centro de la música comercial en Madrid (ya no es Miami), ninguno de los dos se arrepiente de lo hecho: puede ser agotador ir siempre a por la fama, las ventas y el dinero, pero es mejor que morirse de hambre en el barrio.

El EP va acompañado de una serie de videoclips (de las primeras veces que Biza graba fuera de su estudio) muy bien construidos y desarrollados. De hecho, estos vídeos van muy acorde con la idea de la vuelta a los orígenes, pues en el primero de ellos, el que se puede considerar como la Session en sí, la luz que ilumina el ambiente no es azul, sino amarilla. Esto puede parecer un detalle baladí, sin embargo, el lector forofo de Bizarrap lo entenderá muy rápido: este es el color que usaba en sus primeros temas, cuando llevaba a raperos a grabar freestyles mucho más caseros e improvisados, antes de cambiarse al azul para crear canciones más desarrolladas y comerciales. Los símbolos están ahí, pero se tiene que saber verlos.

En dormir sin Madrid, además de la vuelta a los orígenes musicales (los beats no son tan barrocos y electrónicos, como acostumbraba en las últimas canciones, sino algo más sencillos) se consolida también el novedoso cambio de formato que el oyente venía pidiendo: por ahora, el sencillo ha muerto.

Estos últimos meses, tras el éxito arrollador de Biza en sus temas con Quevedo o Shakira, se empezó a cuestionar qué haría el argentino para innovar y volver a romper su propio formato, uno que, según público y especialistas en música urbana, ya empezaba a estar quemado. Parece que, de momento, la solución pasa por apostar por el EP en vez de traer a artistas cada vez más y más grandes.

Bizarrap, otra vez, vuelve a sorprender al mundo haciendo algo tan innovador como volver a sus raíces musicales.

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