Entrevista

Álvaro de Luna: "Querer también es dejar ir"

El cantante Álvaro de Luna.
El cantante Álvaro de Luna.
JORGE PARÍS
El cantante Álvaro de Luna.

En una fotografía desenfocada hay un niño que se ríe. Inocente, sostiene con su mano izquierda un radiocasete rojo. Es la imagen del futuro: de mayor iba a ser cantante.

Lo que antes era una instantánea familiar ahora es también la portada de Uno (Warner), el nuevo disco de Álvaro de Luna. No es su primer álbum, pero sí el más sincero. Todo sea por ser fiel a ese niño que, aunque de otra forma, sigue tocando sus sueños. El disco sale un día después de que el músico sevillano cumpla años. "¿Un deseo para esos 29?", preguntamos. "Que podamos tocar en el Wizink... ojalá", responde mientras toquetea un vinilo al otro lado de la mesa. La promo es intensa, pero no parece cansado. Suena agradecido. La sonrisa la mantiene.

Si este es su segundo disco, ¿por qué lo define como "el principio de todo"?Porque me gustaría que este hubiera sido mi primer disco. Hemos invertido mucho tiempo en cuidar todos los detalles, la estética, las letras, la producción… Todo se ha generado de una manera muy orgánica, y eso es bonito. Es un disco que revela mucho sobre mí, porque las letras son muy directas. No es como lo que había hecho hasta ahora. En Uno hay temas en los que me doy mucha cera a mí mismo. Hablo de la ansiedad, de no ser la mejor versión de mí mismo y de otros temas que hay que naturalizar, porque hay mucha gente que me sigue y pasa por lo mismo. Que la persona a la que admiras muestre sus vulnerabilidades puede ayudarte a lidiar con las tuyas.

Antes de Uno dejó un disco a medio hacer. ¿Cuándo supo que debía cambiar de rumbo?
Hubo varios puntos de inflexión. Un día del año pasado, por estas fechas, me cabreé porque no estaba satisfecho con lo que estaba haciendo. Sonaba a una especie de continuación del anterior disco. Y no es que reniegue de eso, pero quería hacer cosas que me representaran a nivel personal. Así que ese día me puse a tocar la guitarra y sonó el riff de Portarse mal. Salió el estribillo y me sentí mejor, diferente. Sabía que eso era de verdad lo que quería hacer. Y el otro momento clave fue cuando mi madre me pasó un álbum con fotos mías de pequeño. Cuando vi la que ahora es la portada del disco sentí un flechazo. En ese tiempo no me reconocía a mí mismo, constantemente me preguntaba '¿qué hago aquí?'. No encontraba del todo el sentido de hacer canciones, pero al ver la foto reconecté con mi yo interior, ese niño que siempre había soñado con hacer música. Y a partir de ahí quise rehacerlo todo.

¿Fue una decisión fácil? Teniendo en cuenta la urgencia actual de publicar música todo el tiempo...Intenté no darle mucha importancia. De hecho, fue más duro dejar Sinsinati que aparcar canciones, porque las puedo retomar en algún momento. Es cierto que ahora la gente escucha una canción y espera que al mes siguiente el artista saque otra. Y si no sacas adelantos del álbum, las canciones que querías que tuvieran protagonismo lo pierden. Se consume todo muy rápido. He ido sacando adelantos y priorizando mi ritmo. He ido pensando en cómo quería hacer las cosas y no en cómo se esperaba que salieran. Me he dado importancia a mí mismo, sin pensar en el resto del mundo.

¿No ha sentido ningún tipo de inseguridad?
La he tenido hasta este álbum. La gente lo que quiere es escuchar tus miserias, porque te humanizan, te hacen persona. Lo comprobé con la buena acogida que tuvo Portarse mal. Las canciones del disco son ramitas que forman parte de mi persona.

Hace poco sacó Aitana su nuevo disco y volvió a surgir el debate sobre la credibilidad de su música. ¿Cree que a los artistas se les exige tener una identidad superdefinida? 
Es que no siempre tienes por qué tener las cosas claras. O sea, somos personas, evolucionamos de manera constante y a veces inconsciente. Y menos mal. Nos pasan cosas en la vida que nos condicionan, así que no se puede exigir tanto a nadie. Somos humanos y tenemos derecho a hacer lo que nos dé la gana mientras no hagamos daño a los demás. Y mostrar las diferentes personalidades que tienes en función del momento en el que te encuentras hace que todo sea mucho más divertido. Hacer toda la vida lo mismo es aburrido y no tiene sentido, así que criticar este tipo de cosas me parece un movimiento torpe.

El cantante Álvaro de Luna.
El cantante Álvaro de Luna.
JORGE PARÍS
"Somos humanos y tenemos derecho a hacer lo que nos dé la gana mientras no hagamos daño a los demás"

¿Cambiar como persona implica cambiar como artista?Los cambios siempre están ahí, se perciben hasta vistiendo. Mi manera de pensar es otra a la de cuando era un chaval, así que la de hacer música, también. ¿Cómo no va a cambiar lo que cuento si yo estoy cambiando? No debemos poner vallas al campo. Hay gente que es estática: dice qué es lo que está bien y lo que está mal y no se mueve de ahí. Pero eso son todo opiniones. ¿Tú no coincides con mi forma de pensar? Vale, pero eso no quiere decir que tengas toda la razón.

En rockstar, canta: "Vivo como un rockstar. Las noches son de fiesta". ¿El éxito puede ser la perdición?
Totalmente…

¿Usted ha sentido alguna vez que el control se le escapaba?
Es muy fácil que eso ocurra. Porque el éxito te hace dudar, sentirte inseguro, solo… La fama tiene esa dualidad: es muy bonita porque da valor al trabajo bien hecho, pero también fea. Conoces a mucha gente, te puedes perder fácilmente, te pueden incitar a que te pierdas si no estás centrado o no tienes las cosas claras… Y también está la duda de si hay gente que quiere conocerte porque te tiene aprecio o porque realmente espera algo de ti. En rockstar me doy cera a mí mismo porque creo que también hay que hablar de esto. Me he perdido, me he sentido desubicado y no pasa nada.

Y en esos momentos de vulnerabilidad, ¿quién le ha puesto los pies en el suelo?
Le agradezco muchísimo a Rami, que empezó con nosotros cuando estaba a punto de separarse Sinsinati. Cuando yo empecé a sentirme mal y dejé el proyecto, iniciando el camino solo, la gente se echó las manos a la cabeza... imagínate. Pero él siempre me ha ayudado mucho, me ha dado tranquilidad. 

El cantante Álvaro de Luna.
El cantante Álvaro de Luna.
JORGE PARÍS
"Me he perdido, me he sentido desubicado y no pasa nada"

¿Le cuesta encontrarla?
Yo es que soy un tío muy nervioso, muy enérgico. Soy hiperactivo, de hecho. Entonces la mente siempre me va a mucha velocidad. Mi madre me dice que me suba a los trenes y disfrute del camino. Últimamente lo hago un poco más. Ella me ayuda mucho, al igual que el resto de mi familia, mis amigos… y ahora también mi chica, que me da mucha paz.

Entiendo que su pareja, Laura [Escanes], le entenderá más que nadie en muchos momentos, ya que también que está muy expuesta...
Sí, y eso es muy cómodo. Los dos vivimos en un mundo en el que sabemos la presión que hay y todo lo que conlleva ser conocido. Pero esa situación también nos facilita el poder entendernos, porque si no estás ligado a este mundo es muy complicado lidiar con que tu pareja esté dos meses de gira fuera. La relación se puede ir a pique. Y que, joder, somos personas conocidas, y hay días que son increíbles y otros que son una basura. Que nos veamos capacitados para lidiar con algo así juntos es increíble. Y que esa persona te ayude incluso a lidiar contigo mismo es muy bonito. Hace que todo sea más especial.

En Antifaz canta sobre la importancia de dar un puñetazo en la mesa. ¿Le resulta fácil poner límites o a veces cae en la complacencia?
Me llevo regular con eso de poner límites, pero estoy mejorando. Es que la palabra límite ya tiene una connotación negativa, ¿no? Por no querer ofender a veces me callo, soy bastante cauteloso con todo. Me considero una persona superempática y nunca quiero herir a nadie de manera gratuita. Por eso a veces no hablo sobre ciertos temas. Mi opinión no es relevante y no quiero hacer sentir mal a alguien sin necesidad. Es cierto que en Antifaz también hablo de que hay peña que piensa que por el hecho de estar en tu vida desde hace un tiempo está en deuda contigo, y eso creo que es un error. Hay relaciones que duran toda la vida y otras que están predestinadas a terminar, pero las que duran un tiempo dejan aprendizajes. Una persona puede entrar en tu vida, sumar en ella y luego marcharse. Y no pasa nada. 

Aunque cuesta aceptarlo...Sí, pero los seres humanos a veces nos agarramos a clavos ardiendo pensando que hay que salvar las cosas estén en el punto en el que estén, y eso es torpe: si las cosas no van como deberían, hay que dejarlas ir, fin. Y que queden las buenas experiencias. A veces estropeamos recuerdos solo por querer forzar las cosas más de lo que deberíamos.

¿Dejar ir es también una muestra de amor?De las más significativas. Querer también es dejar ir. Y es doloroso, sí, pero es un movimiento muy generoso.

El cantante Álvaro de Luna.
El cantante Álvaro de Luna.
JORGE PARÍS
"Laura y yo vivimos en un mundo en el que sabemos la presión que hay y todo lo que conlleva ser conocido, pero esa situación también nos facilita el poder entendernos"

Precisamente, habla de esto en La jugada. Pero también tiene otras canciones, como Todo contigo, que hablan de estar enamorado. ¿Le es más fácil crear desde el amor o desde el desamor?
Yo me inspiro con las dos cosas, pero creo que me ha ayudado mucho, por ejemplo, escribir desde la tristeza... o desde la nostalgia del futuro, cuando algo no ha pasado todavía, pero tú ya estás echándolo de menos. De todas formas, yo vengo del sur y de una familia humilde, y en mi región las penas siempre se han tratado de otra forma: haciendo fiestas, estando todos juntos, con alegría.

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