Los argentinos acuden a las urnas el próximo día 22. Son elecciones presidenciales y son cinco los aspirantes a ocupar la Casa Rosada, los que se eligieron en las elecciones primarias de agosto. El ultraderechista Javier Milei, que acaba de negar que hubiera 30.000 personas desaparecidas durante la última dictadura, encabeza los sondeos.

Los candidatos son:

Sergio Massa (izquierda oficialista)

Ha sido el ministro de Economía del Gobierno saliente, el de Alberto Fernández, y por ello es señalado como el responsable de la crisis.

Patricia Bullrich (derecha tradicional)

Exministra de Macri, pero con pasado en la izquierda peronista, busca identificarse con el recorte del gasto público y la mano dura contra el crimen.

Juan Schiaretti (derecha alternativa)

Candidato de Hacemos por Nuestro País, con pasado peronista, pero reconvertido a la derecha. En los 90 estuvo en el gabinete de Carlos Menem en los 90.

Javier Milei (ultraderechista)

Ganó las elecciones primarias de agosto y es lo que en inglés llaman un outsider. Está en contra del Estado, por la plena liberalizacion de la economía y contra los derechos LGTBI.

Myriam Bregman (izquierda alternativa)

Representa al Frente de Izquierda y los Trabajadores. A la izquierda del oficialismo, habla de feminismo, medio ambiente y de redistribuir la riqueza.

Las encuestas apuntan a Milei, Massa y Bullrich como los tres candidatos con más posibilidades y que el primero de ellos sería el más votado. La demoscopia ya falló en los comicios de agosto y no vio venir el enorme apoyo que logró el ultraderechista.

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Milei, Massa y Bullrich

La del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG) da a Milei el 33,2% de los sufragios. Su mayor rival sería Sergio Massa, al que apoyarían un 32,2% de los argentinos. Un poco menos conseguiría Patricia Bullrich, un 28,1%.

Según el sondeo de CELAG, casi el 80% de los encuestados aseguran que votarán igual que en las elecciones primarias. En aquellas, Milei se hizo con un 30% de los votos, 9 puntos más que Massa y el doble que Bullrich. Los indecisos parecen pocos. Sólo un 15,9% dicen que aún no han decidido qué votarán.

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Un tercio de los sufragios también serían para el ultraderechista según la encuesta de CB Consultora. Milei se haría con el 32,2% de las papeletas; Massa, con el 28,9%; y Bullrich no pasaría del 23,7%.

Una segunda vuelta con Milei y otro

Otra empresa de demoscopia, Statista, ha contrastado tres sondeos y en todos se apunta la victoria del candidato de la ultraderecha. Milei podría llevarse entre el 32-34% de los sufragios. Massa se quedaría en un 23-29%.

Si este pronóstico se cumple, el país tendría que ir a una segunda vuelta electoral. Según la ley electoral argentina, el candidato más votado debe obtener al menos un 45% de las papeletas o al menos un 40% y una diferencia de 10 puntos porcentuales sobre su rival más cercano. En caso contrario, los dos aspirantes con más apoyo van a una segunda votación.

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En ese escenario sería, probablemente, un combate en noviembre entre Milei y Massa o Bullrich. De las muchas encuestas realizadas en estas semanas, 16 señalan como finalista a Massa y sólo dos a Bullrich.

Milei, un extremista para la mitad de argentinos

AP

Javier Milei ganaría pese a ser el más extremista de los candidatos. Lo dicen el 52% de los encuestados por Statista. Algo parecido señala CELAG, cuyo sondeo indica que un 30,4% de los argentios opinan que a Milei le caracteriza la violencia; un 21,2% lo define como mentiroso; pero un 37,7% cree que es una persona auténtica y valiente. Más de la mitad, un 58% lo ve como una persona inestable.

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De Sergio Massa, un 32,7% cree que el fracaso es su mayor debilidad; un 23,7% señala la desconfianza; y un 19,1%, la mentira, según CELAG. A Patricia Bullrich, un 30,4% la identifican con la represión; un 27,7% habla de mala gestión; y un 15,8% la definen como "mafia".

Este domingo hubo debate con los cinco aspirantes a la presidencia. Los candidatos expusieron sus posturas y propuestas para mejorar el país, centrando sus esfuerzos en la economía y en sus recetas para hacer frente a la grave crisis económica que atraviesa Argentina. Con el gobierno peronista de Alberto Fernández se ha descontrolado la inflación y ha aumentado el número de personas que viven bajo el umbral de la pobreza.