Las ingentes cantidades de marihuana que los Mossos d’Esquadra están interviniendo durante los últimos meses, se han convertido en un problema para el cuerpo policial, que ha de custodiar esta droga hasta que el juez ordene su eliminación. Por este motivo, según informa El Periódico de Cataluña, el próximo martes 5 de septiembre, entrará en funcionamiento un almacén para toda esta droga incautada en la comisaría del distrito de Nou Barris en Barcelona.

Este viernes se celebra una reunión en el complejo Egara para ultimar los detalles sobre la creación de este almacén de droga decomisada. En una primera fase, tan solo se custodiará en la comisaría de Nou Barris la marihuana intervenida en localidades de la Regió Policial Metropolitana Nord. En fases posteriores, el almacén de droga de la comisaría de Nou Barris podrá custodiar intervenciones de marihuana en toda Cataluña.

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La gestión de este almacén estará a cargo exclusivamente de los Mossos d’Esquadra. Por el momento, la comisaría de Nou Barris ya ha sido reforzada de manera especial ya que puede llegar a almacenar grandes cantidades de droga hasta que llegue la orden judicial de destrucción, o por defecto, cuando pase un mes y no haya orden en sentido contrario.

Poda y transporte

Además, la Conselleria d'Interior contratará una empresa de jardinería para que se haga cargo de la marihuana que los Mossos d'Esquadra intervienen en Catalunya, que en 2022 llegó a las 600.000 plantas y unas 26 toneladas de cogollos.

Estos jardineros se desplazarán hasta el lugar de las operaciones policiales para podar las plantas, meterlas en bidones y transportarlas hasta las instalaciones de custodia. Hasta ahora, eran los propios Mossos quienes se encargaban de cortar y trasladar la droga a las comisarías correspondientes.

Estas tareas suponen un grave problema para el cuerpo policial porque, por un lado, las comisarías no disponen de un espacio suficiente y seguro para guardar la droga, y por otro lado, porque muchas plantaciones se encuentran en lugares recónditos y de muy difícil acceso, lo que dificulta el transporte a las comisarías. En ocasiones, los jueces han permitido la destrucción en la propia plantación.