Represión en Chile, un cantautor torturado, un policía suicida: la historia de la "huella imborrable" de Víctor Jara

Víctor Jara en una actuación en Helsinki en1969.
Víctor Jara en una actuación en Helsinki en1969.
Hannu Lindroos / Lehtikuva / WIKIPEDIA
Víctor Jara en una actuación en Helsinki en1969.

La Corte Suprema Chilena dictó sentencia el pasado lunes. El máximo órgano jurisdiccional chileno emitió un veredicto definitivo contra siete exmilitares, a los que condenó a 15 años de prisión por el secuestro y asesinato del cantautor Víctor Jara. El tribunal también impuso una pena de diez años por el secuestro del entonces director de Prisiones, Littré Quiroga. Ambos fueron torturados y asesinados con numerosos disparos en 1973. 

El fallo llegó a pocos días de que se cumpla el 50 aniversario del golpe de Estado que acabó con el gobierno del socialista Salvador Allende y que alzó en el poder a junta militar liderada por Augusto Pinochet. Los condenados, de entre 73 y 85 años, son Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto. Este último se suicidó cuando la Policía de Investigaciones llegó a su domicilio este martes para detenerle.

La sentencia definitiva se ha conocido en medio de una fuerte divergencia social por lo que sucedió el 11 de septiembre de 1973 y los años posteriores de la dictadura de Pinochet. De hecho, el ministro de Justicia chileno, Luis Cordero, ha declarado tras conocer el fallo que las sentencias tienen "un rol reparador". El caso de Víctor Jara, militante del Partido Comunista y colaborador del Gobierno de Unidad Popular de Allende, era uno de los más notorios que la justicia chilena tenía pendiente de cerrar.

El día del golpe de Estado, uno de los máximos exponentes de la Nueva Canción chilena se dirigió a la Universidad Técnica del Estado donde trabajaba, ante la petición de Allende de que los ciudadanos se concentraran en sus lugares de trabajo. Allí protestó, junto con un millar de personas, hasta que el Ejército tomó la zona universitaria y envió a los protestantes al Estadio de Chile, donde finalmente sería cruelmente asesinado en los vestuarios. El escenario de su muerte recibiría en 2003 su nombre y a partir de entonces es conocido como Estadio Víctor Jara.

"Uno de los grandes creadores chilenos"

Hijo de campesinos sin tierra, de su madre heredó la sensibilidad folclórica que lo acompañaría toda la vida y que impregnó toda su obra artística. En 1956, logró ingresar en la vanguardista Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, donde se formó como actor y director. Tras una primera etapa en la que se consolidó como uno de los mejores directores de escena en su país, inició su carrera como solista con la grabación de canciones como El cigarrito.

A partir de 1969, con su disco Pongo en tus manos abiertas —homenaje a Luis Emilio Recabarren, fundador del Partido Comunista de Chile en el que militaba el propio Jara—, comenzó una época en la que su compromiso político le servía de inspiración para muchas de sus canciones. Con la candidatura de Allende por Unidad Popular en 1970, su actividad musical se centró en apoyar al aspirante en su camino al Gobierno, con el fin de construir una vía socialista en el país. Los discos como Canto libre o El derecho de vivir en paz son algunos de los ejemplos de este compromiso.

Mario Amorós, autor de su biografía La vida es eterna. Biografía de Víctor Jara, ha señalado en un artículo que fue "uno de los grandes creadores que ha tenido Chile", que destacó tanto por su creación artística como por su compromiso político. En definitiva, un artista que dejó una "huella imborrable".

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