Charlene de Mónaco solo ve a su marido, el príncipe Alberto, con cita previa

El Príncipe Alberto de Mónaco junto a su mujer Charlene en el Festival de Televisión de Montecarlo.
Alberto y Charlene llevan casados desde 2011.
EFE
El Príncipe Alberto de Mónaco junto a su mujer Charlene en el Festival de Televisión de Montecarlo.

El matrimonio (que se sepa, aún lo son) del príncipe Alberto de Mónaco con Charlene es cualquier cosa menos convencional. Si ya fue larga y misteriosa la ausencia de la princesa del Principado en su país, aquejada de una severísima infección de garganta y oído en 2021, no es menos peculiar el sistema que los dos cónyuges tienen para verse: la cita previa.

Según ha publicado New York Post esto se debe, en parte, a que ella, Charlene, no reside en Mónaco, sino en Suiza. Y solo ve a su marido, el príncipe Alberto, "con cita previa". El periódico en cuestión cita a su vez como fuentes a medios alemanes y franceses.

Al parecer, la exnadadora disfrutó a principios de este verano de unas vacaciones en yate por el archipiélago de Los Sanguinarios, cerca de Córcega, con su familia, el príncipe Alberto y sus hijos mellizos, Jacques y Gabriella. 

Sin embargo, al término del viaje ella no habría regresado a Mónaco, sino que está viviendo "en el extranjero", en concreto, en el país alpino. 

La princesa Charlène de Mónaco, en enero de 2023.
La princesa Charlène de Mónaco, en enero de 2023, recién llegada de Suiza.
Getty

En cualquier pareja, una información así haría pensar irremediablemente en una profunda crisis de pareja, pero tratándose del matrimonio monegasco, esta situación de aparente distancia la llevan evidenciando casi desde que se casaron, en julio de 2011.

Aun así, ni el periplo por aguas corsas ha apaciguado los rumores de ruptura. El semanario Voici, una biblia en Francia de estos asuntos, ha publicado las fotos del último tour familiar. Y viene a señalar que la relación del matrimonio Grimaldi habría cambiado mucho en los últimos tiempos y ya no son una pareja tradicional, aunque siguen muy unidos "por el bien de sus hijos".

Ya la jornada de su boda, enfundada en un elegante vestido de Armani, Charlene Wittstock pasó a ser conocida, no como Charlene Grimaldi, sino como 'la princesa triste', por su semblante apagado en "el día más feliz de su vida". Se rumoreaba que había querido evitar la boda en el último momento, pero ya era demasiado tarde.

Lo más cuestionado fue el episodio de su larguísima estancia en Sudáfrica, su país, en 2021 por motivos de salud. Luego, el Principado revelaría que se había sometido a varias operaciones por una grave infección otorrinolaringológica que le afectaba a las vías respiratorias y los oídos.

Los príncipes Alberto II y Charlene de Mónaco se volvieron a dar el 'sí' en una ceremonia religiosa.
Los novios se colocan las alianzas en la ceremonia religiosa.
 REUTERS

A finales de ese mismo año, Charlene de Mónaco pasó varios meses fuera de casa tras ingresar en una clínica suiza para recuperarse de un cuadro de agotamiento, tanto mental como físico, según trascendió de manera oficial.

A su regreso a Mónaco, el príncipe Alberto habló de que su esposa no se encontraba bien y necesitaba ayuda. "Probablemente, tendré que decirlo en muchas ocasiones, pero esto no tiene nada que ver con nuestra relación", insistió. Si hay que confiar en la palabra del soberano, lo de la cita previa es un eslabón más de una cadena de rarezas dentro de una alianza singular desde sus comienzos.

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