"Nosotros no hemos notado ningún cambio", asegura Catalina, una de las trabajadoras de una farmacia situada en la calle Espoz y Mina. "Lo único que es diferente ahora es que los repartidores tienen que aparcar lejos de la tienda y traer la mercancía en carretillas", añade. Este es el efecto que ha dejado la declaración por parte del Ayuntamiento de Madrid del entorno de la Puerta del Sol como espacio de especial protección para el peatón.

Y es que desde el pasado martes, 8 de agosto, ya no está permitido el tráfico ni en la emblemática plaza madrileña ni en sus calles aledañas. Solo pueden hacerlo algunos vehículos autorizados, como los de seguridad o las ambulancias. Esto también ha alterado los horarios de carga y descarga en muchas calles aledañas, como la vía de La Paz o Carretas. 

Sin embargo, los comerciantes se muestran conformes con la medida. "Creo que es algo buena para la zona que se pueda pasear sin coches por estas calles e, incluso, puede beneficiar a nuestros negocios", asegura Hassan, dependiente en una tienda de tecnología de la calle La Paz. Él tampoco ha notado alteraciones en su jornada laboral, ya que las furgonetas descargan en su establecimiento a las 10.00 horas y el horario permitido en esta vía es de 07.00 a 10.30 horas.

"Lo único que ha ocurrido es que ahora los repartidores vienen una hora más tarde, pero no nos ha trastocado mucho", comenta Álvaro, vendedor en un estanco de la calle Carretas. También ha percibido "algunas dificultades" durante los primeros días de la declaración por parte de las furgonetas para entrar en la calle, pero cree que es fruto de los pocos días que lleva en vigor la declaración.

En la calle Correos, por el contrario, todavía no se dan los efectos de esta peatonalización. Y es que la calle permanece abierta únicamente por uno de sus laterales debido a que las obras de remodelación continúan en proceso. Los operarios siguen trabajando, por ejemplo, en la instalación de la fuente alrededor de la estatua de Carlos III, uno de los quioscos acristalados y varias calles aledañas.

Sí vecinal a la peatonalización, aunque con miedo

Los vecinos del entorno también se muestran satisfechos con la decisión de peatonalizar el entorno de la Puerta del Sol. Sin embargo, miran la declaración con cierto temor a que sirva para expandir las terrazas y restar así, de nuevo, espacio al peatón. "Las peatonalizaciones son algo bueno en general. Significan ganar espacio para los vecinos y más en aceras tan pequeñas como las del centro, donde se acumula tanta gente", explica Víctor, presidente de la Asociación de Vecinos de Sol y Letras. 

Sin embargo, siente "pánico" ante la posibilidad de que esos espacios peatonales acaben "convirtiéndose en espacios para terrazas o publicidad". En definitiva, "para todo menos para lo que tendría que ser: el peatón".

Nueve calles y una plaza peatonales

El Ayuntamiento ha declarado el entorno de la Puerta del Sol como espacio de especial protección para el peatón con "el objetivo de proteger la plaza tras las obras llevadas a cabo en este entorno". Además, influye también el hecho de que este punto de Madrid está incluido en la lista de Bien de Interés Cultural (BIC).

Las consecuencias son que la calle Mayor- desde el cruce con Esparteros hasta la Puerta del Sol-, calle Alcalá- entre Sevilla y la Puerta del Sol-, carrera de San Jerónimo- entre Canalejas y la Puerta del Sol-, calle Espoz y Mina- entre de la Cruz y San Jerónimo-, calle de la Victoria- entre de la Cruz y San Jerónimo-, calle Marqués Viudo de Pontejos, calle Correos, calle de La Paz y calle Carretas son ahora completamente peatonales. Los únicos vehículos autorizados son de carga y descarga, en determinados horarios, servicios de seguridad y emergencias, ambulancias, sanitarios, vehículos funerarios, grúa municipal y asistencia domiciliaria.

Además, la carga y descarga debe realizarse siempre fuera de la plaza, en las calles aledañas, en los siguientes horarios: