Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Los hijos de los políticos

Hunter Biden, el hijo del presidente Joe Biden.
Hunter Biden, el hijo del presidente Joe Biden.
Carlos Gámez
Hunter Biden, el hijo del presidente Joe Biden.

Los políticos saben que son sus colegas de la oposición los que les quita el sueño, como parece que le pasaba unos años atrás a Pedro Sánchez con Pablo Iglesias, pero a veces se distraen y resulta que su riesgo profesional, quienes de verdad lo amenaza son sus familiares, y a veces los más próximos. Es lo que les está ocurriendo estos días a dos presidentes americanos, elegidos por la mayoría de los ciudadanos, pero la continuidad en sus cargos peligra por la conducta sospechosa nada menos de…¡sus hijos!

Uno de ellos es el propio Joe Biden, que ya llegó a la Casa Blanca soslayando acusaciones de corrupción en sus negocios profesionales de su primogénito – fruto del matrimonio con su primera esposa Neilia Hunter Biden. Aquellas sospechas, que al final fueron soslayadas durante la campaña electoral frente a Trump, vuelven a prosperar ahora con mayor fuerza ante las pretensiones polémicas de sus propios seguidores demócratas de cara a la reelección el año que viene.

Más grave por la urgencia y la gravedad de los hechos es la obligación ética de presentar su dimisión que enfrenta el recién elegido presidente de Colombia, Gustavo Petro, cuyo hijo primogénito y colaborador más próximo, Nicolás, diputado del Atlántico y ahora detenido en Bogotá, ha reconocido ante los jueces que su padre consiguió ganarse el puesto gracias al apoyo económico del narcotráfico que recibió durante la campaña electoral. Obvio es añadir que el cargo es muy grave y el escándalo trasciende a la lucha política cotidiana.

Colombia sufre desde antiguo del estigma de ser una de las capitales del tráfico de la droga y la confirmación de que el propio presidente de la República sea uno de sus beneficiarios empaña más aún la imagen y el respeto internacional que el país estaba recuperando gracias a la lucha contra la producción y exportación delictiva que los anteriores gobiernos estaban logrando. Algunas veces, triste es reconocerlo, el enemigo más peligroso no está sentado en las bancadas del Parlemento, convive en la propia casa.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento