El acusado del triple crimen ocurrido en Barcelona en enero de 2020 incendió el piso donde tuvo lugar el primer asesinato tras intentar, sin éxito, limpiar la sangre del lugar con trapos y con una fregona, tras lo cual lanzó una bicicleta por el balcón y se descolgó con la manguera de la ducha para huir.

En la sala del Jurado de la Audiencia de Barcelona han declarado este jueves los agentes de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra que participaron en la detención de J.M.W., de nacionalidad sueca, acusado de tres asesinatos, entre otros delitos, por los que se enfrenta a una pena de 95 años de prisión.

En la sesión de hoy el acusado ha empezado a decir que no reconocía la escena que describían los Mossos, por lo que el juez le ha exigido silencio y, al persistir en su actitud, ha ordenado que le trasladaran a los calabozos, donde ha permanecido unos minutos hasta que le han permitido regresar a la sala, tras advertirle de que si volvía a intervenir cuando no le tocaba sería expulsado.

Según la reconstrucción de los hechos de un cabo de los Mossos, la investigación comenzó cuando los bomberos extinguieron el incendio de la vivienda ubicada en la calle Portal del Palau -en Ciutat Vella- y encontraron un cadáver con una bolsa en la cabeza y síntomas de violencia.

"Un vecino grabó un video de una persona con un casco que tira una bici por el balcón y después baja, coge la bici y se va", ha descrito.

En este domicilio, los peritos de los Mossos encontraron indicios de que habían intentado limpiar restos de sangre con trapos y una fregona y su hipótesis es que, "ante la imposibilidad de limpiar todo, lo más evidente es que causó un incendio para deshacerse de todo", tras lo cual, y a causa de la rápida combustión, el acusado utilizó la alcachofa y cable de la ducha para descender por el balcón.

Además de diferentes puntos para iniciar el fuego, la policía encontró en la lavadora ropa y agua ensangrentada, "como si hubiese intentado lavarlo pero se apagó al saltar los plomos por el incendio".

Entre otros elementos, los Mossos hallaron en el interior del horno de la vivienda una báscula de precisión y bolsas para dosis de droga.

La policía ha explicado que "un hombre vestido igual" fue detectado cerca, en la calle Arc de Sant Vicenç, donde tuvo lugar el segundo crimen, tras el cual agredió a un repartidor de Glovo y le robó la moto.

La segunda víctima fue una mujer y los peritos “no encontraron ningún indicio de que se hubiese peleado o defendido”.

Según el cabo, el sospecho apareció más tarde en el calle Paradís, donde abandonó la moto y persiguió y amenazó a los dependientes de una alpargatería.

Al abandonar este comercio, se cruzó con un periodista del Ayuntamiento de Barcelona y le agredió tras intentar robarle. Se trataba de David Caminada, quien falleció días después a causa de las heridas recibidas.

Los efectivos de la Guardia Urbana que estaban en la plaza Sant Jaume han explicado que aquel día, el 20 de enero de 2020, escucharon gritos en la calle y vieron a “un grupo de personas gritando y persiguiendo a una persona con un casco que llevaba una navaja”.

Este hombre intentó herir a los agentes y personas que querían retenerle e incluso llegó a cortar en el dedo a uno de los trabajadores municipales que le perseguían.

Un agente que lo trasladó en un vehículo oficial al hospital tras su detención ha relatado que “comenzó a golpear la cabeza contra la mampara e intentó autolesionarse”.

Durante el registro al detenido en dependencias policiales, le encontraron diversos objetos que pertenecían a las víctimas como una caja de madera, joyas y un pósit con la dirección de la primera víctima.

El acusado también llevaba encima las llaves, cartera, gafas de sol y parte de la dentadura postiza de la mujer a la que asesinó en el rellano de la vivienda en la calle Arc de Sant Vicenç.

Además de los dos delitos de asesinato y el de homicidio, el ministerio público imputa al acusado un delito de incendio, otro de robo, dos de robo con violencia, otros dos de robo en grado de tentativa y dos delitos de lesiones, por los que pide 95 años de prisión.