La principal asociación del transporte por carretera ha pedido al Gobierno que incluya los descuentos al combustible profesional en el decreto que prorrogará las medidas de apoyo por las consecuencias de la guerra. El Ejecutivo ya ha avanzado que mantendrá las rebajas al IVA de los alimentos, los descuentos en el transporte público regional y la gratuidad de los trenes de media distancia en el nuevo texto, que se aprobará, previsiblemente, este martes en Consejo de Ministros.

Sin embargo, todavía no se ha pronunciado sobre los descuentos al combustible, que desde enero quedaron limitados al uso profesional agrícola, pesquero y del transporte por carretera. Si el Ejecutivo no los prolonga, la bonificación para los transportistas —actualmente de 10 céntimos por litro repostado— decaerá el próximo viernes. Una posibilidad que, sumada a otras dificultades que atraviesa el sector, podría provocar una "tensión imprevisible", según advierten desde la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM).

En una nota difundida este lunes, la CETM solicita al Gobierno que mantenga las ayudas al considerar que el precio de los combustibles sigue todavía por encima de los niveles previos a la invasión de Ucrania. Además, señalan que el gasóleo lleva cuatro semanas consecutivas al alza y se espera que siga subiendo en la segunda mitad del año. De hecho, reclama que la subvención vuelva a los 20 céntimos originales y no a los 10 céntimos que se aplican desde abril.

El Gobierno mantendrá la rebaja del precio de los abonos del transporte público en el decreto 'antiguerra'

Fuentes de CETM, la asociación con más peso en la interlocución con el Ministerio de Transportes, subrayan que eliminar los descuentos al combustible de los transportistas, mientras se mantienen en el sector agrario y pesquero (vigentes hasta final de año) supondría un agravio comparativo. Además, sostienen que el sector afronta ahora nuevas dificultades como el aumento de masas y dimensiones previsto para la vuelta de verano. En este sentido, arguyen que al ampliarse la carga máxima hasta 44 toneladas, se reducirá el número de viajes que realizan y, por tanto, la facturación de las empresas.

Un fenómeno que, sumado a la importante caída en el consumo registrada en los últimos trimestres por la inflación y las subidas de tipos (cuando se consume menos hay menos productos que transportar), perjudica la actividad del transporte y puede suponer un foco de conflictividad en el sector. Los transportistas ya han demostrado que los paros en el sector tienen fuerza suficiente como para perjudicar al crecimiento económico, como se pudo comprobar con las movilizaciones de marzo de 2022.

La mayoría de asociaciones ven poco probables nuevos paros

Sin embargo, las asociaciones del sector consultadas por este periódico trasladan que la situación actual es muy diferente a la de marzo del año pasado. Desde Astic, especializada en transporte internacional, señalan que no hay preocupación porque el fin de la rebaja al combustible pueda generar una ola de movilizaciones como la de marzo del año pasado.  "No tenemos ninguna sensación de que [el fin de la rebaja] vaya a provocar reacción en nuestra parte de mercado", señalan. Por su parte, desde Fetransa comentan a 20minutos que la realidad del sector era "infinitamente peor hace un año" y piden "ser coherentes y sensatos". "Marzo de 2022 era una situación límite", agregan.

Finalmente, desde Fenadismer, la segunda asociación con más peso en el sector, coinciden en que convendría prorrogar las ayudas, pero ven poco margen para las movilizaciones. "Es muy prematuro decirlo, pero en una campaña electoral este tipo de movilizaciones puede entenderse como una maniobra política y no nos gusta que nos encasillen. Apenas tenemos margen de maniobra por las elecciones", señalan.