La víctima del crimen de Gondomar sufrió "un ataque muy violento" y le fue "imposible escapar" dadas sus dolencias

Familiares de Soledad R.V., la mujer presuntamente asesinada por su marido en Gondomar (Vigo).
Familiares de Soledad R.V., la mujer presuntamente asesinada por su marido en Gondomar (Vigo).
EUROPA PRESS
Familiares de Soledad R.V., la mujer presuntamente asesinada por su marido en Gondomar (Vigo).

La mujer de 59 años de edad, Soledad R.V., que fue presuntamente asesinada por su marido el 2 de diciembre de 2020 en la casa familiar de Gondomar (Pontevedra), sufrió "un ataque muy violento" y le fue "imposible escapar" debido a sus dolencias y problemas de movilidad, según han referido este martes los forenses, en la segunda sesión del juicio que se sigue contra el presunto asesino, Valentín A.B., en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo.

Estos especialistas han detallado que la víctima tenía sus posibilidades de defensa "drásticamentes disminuidas" ante el ataque "muy violento" que sufrió. Además de esos problemas para defenderse, los forenses han visto que la escapatoria era "imposible".

En su declaración ante el tribunal de jurado, han explicado que la víctima sufrió una veintena de lesiones, de las que 8 fueron graves y, una de ellas, la que le afectó al corazón, fue "mortal de necesidad". Esas heridas graves, en cuello y tórax-abdomen, consistieron en dos cortes "intimidatorios" en el cuello y varias lesiones incisas, cuchilladas, que perforaron costillas, atravesaron un pulmón, llegaron al corazón y también al peritoneo.

En concreto, la lesión que afectó al corazón le produjo una hemorragia masiva y era una herida letal, incluso con una asistencia sanitaria urgente. Todas las lesiones, según los forenses, se produjeron en un espacio de tiempo de "segundos" y había también heridas menores "compatibles con forcejeo y defensa".

Estos expertos analizaron varios cuchillos y unas tijeras encontrados en la escena del crimen, y concluyeron que las heridas de la víctima eran compatibles con el uso de uno de esos cuchillos, que tiene una hoja de unos 20 centímetros de longitud por 4 centímetros de ancho.

En esa arma solo se encontró ADN del acusado, algo que los forenses han explicado, y creen que Valentín A.B., tras agredir a su mujer, se autolesionó con ese mismo cuchillo, causándose cortes en las muñecas y una herida incisa en el pecho. "La sangre de él enmascaró los vestigios de ellas", han señalado.

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