Dicen que las desgracias nunca vienen solas, pero hay una familia en Gales (Reino Unido), que puede decir lo contrario, es decir, sobre las buenas noticias. Tras recibir la mejor que alguien puede recibir en la vida, recibieron una casi tan buena.
Ocurrió en 2016: Stephanie Davies, una joven natural de Monmouth, en Gales, hizo una apuesta en el sorteo de Euromillones para celebrar la noticia de que a su madre le habían dicho que estaba limpia del cáncer que padecía.
Sonia, de 53 años, acababa de someterse a una cirugía mínimamente invasiva para extirpar un tumor en la glándula paratiroides de su cuello. Después de escuchar que su operación fue un éxito, tuvo el presentimiento de que tenía una racha de buena suerte, y tenía razón.
Ganaron 61 millones de libras (unos 70 millones de euros). Después de convertirse en multimillonaria, Stephanie decidió dividir el dinero en cinco partes con su familia.
Su madre Sonia y su hermana Courtney, de 19 años, disfrutaron cada una de una parte del enorme premio, 14,2 millones de euros.
A su pareja, Steve, de 30 años, le dio el mismo importe, así como a la pareja de su madre, Keith Reynolds, de 55 años. Pero lo curioso es que, por poco tiempo, no hubo otro afortunado.
Se trata de Daniel White, el exnovio de Courtney, que perdió por poco el mismo privilegio. La pareja había cortado solo unos meses antes de ganar el premio de Euromillones.
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