De los números rojos a 'donar' tu dinero al Estado: los peligros de tener cuentas bancarias abandonadas

Una cuenta abandonada puede generarnos una deuda bancaria.
Una cuenta abandonada puede generarnos una deuda bancaria.
Carlos Gámez
Una cuenta abandonada puede generarnos una deuda bancaria.

No es extraño abrir una cuenta corriente para algún fin específico en un determinado momento de la vida y que, pasado el tiempo, esa cuenta caiga en el olvido, quizá ya debido a su escasa utilidad o contenido. 

Lo que desconocen muchos ciudadanos es que la inactividad absoluta en una cuenta bancaria, aunque no tenga ningún saldo, no implica que se anule o desaparezca por sí sola y puede tener consecuencias negativas para nuestra economía doméstica. 

Porque para cerrar una cuenta corriente es necesario cancelarla. Esta es la única forma de cortar esa relación con el banco. De lo contrario, se convierten en lo que se conoce en el argot financiero como cuentas bancarias abandonadas, que siguen teniendo titular y generando gastos. 

Y es que, como ha advertido el Banco de España, una entidad bancaria puede cobrar comisiones de mantenimiento aunque una cuenta no tenga actividad siempre que esté justificado. Incluso se pueden cobrar comisiones por descubierto (cuando el saldo en cuenta es negativo) pese a que el regulador bancario lo considere una mala práctica

Para el cliente, esto supone que si el abandono se prolonga en el tiempo, nuestro saldo, si lo hubiese, irá disminuyendo poco a poco hasta llegar incluso a los números rojos. La consecuencia final de esta situación será que tendremos que pagar al banco la deuda acumulada si queremos cancelar esa cuenta corriente definitivamente. 

Expertos en finanzas personales consultados por 20minutos explican que las cuentas bancarias abandonadas nacen en muchas ocasiones de cuentas que abrimos gratis cumpliendo una serie de requisitos, pero que cuando pasa el tiempo y caen en el olvido empiezan a generarnos gastos debido a que ya no cumplimos con las condiciones exigidas por el banco.  

No obstante, desde el BBVA precisan que el abandono de una cuenta corriente suele estar más relacionado con otros factores ajenos al olvido: "Este tipo de situaciones suelen ocurrir bien cuando fallece el titular de la cuenta o cuando ha tenido un problema grave".

Casi 300 millones ingresados entre 2012 y 2021

Pero la consecuencia definitiva de mantener inactiva una cuenta bancaria es que pasa a ser propiedad del Estado si ha estado sin movimiento alguno en los últimos 20 años.  

De tal forma queda estipulado en el artículo 18.1 de la Ley 33/2003 del Patrimonio del Estado: "Corresponden a la Administración General del Estado los valores, dinero y demás bienes muebles depositados en la Caja General de Depósitos y en entidades de crédito, sociedades o agencias de valores o cualesquiera otras entidades financieras, así como los saldos de cuentas corrientes, libretas de ahorro u otros instrumentos similares abiertos en estos establecimientos, respecto de los cuales no se haya practicado gestión alguna por los interesados que implique el ejercicio de su derecho de propiedad en el plazo de veinte años".

Entre 2012 y 2021, España ha ingresado casi 300 millones de euros por este concepto, que engloba no solo el dinero en metálico, sino también acciones y bienes muebles.

Eso sí, antes de proceder a la enajenación, el banco tiene la obligación de ponerse en contacto con los titulares de dichos activos financieros en el domicilio que le conste. Si la notificación no es recibida, se procede a publicar un anuncio en el BOE dando un plazo de reclamación del saldo de la cuenta o la titularidad de dichos activos. Si después de dicho anuncio tampoco aparece nadie que reclame estos derechos, los saldos pasarán definitivamente a la titularidad del Estado.

Asufin propone crear un registro de activos

Desde Asufin aseguran que esta anomalía podría paliarse "con la creación de un registro de activos financieros, cuentas bancarias y similar" que facilitase que "los legítimos herederos pudieran consultar estos datos y acceder a los fondos", tal y como se hizo con los seguros de vida, para los que se creó un registro que facilita su cobro a los herederos. 

"La problemática que antes se daba con los seguros de vida, que se quedaban sin cobrar porque los herederos no sabían de su existencia, se replica con las cuentas bancarias, con las que arrastramos un desfase de bases de datos desde el cambio de pesetas a euros, agravado por los múltiples movimientos de concentración bancaria", destaca la asociación de usuarios financieros en España.

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