Así es Victoria de Hohenlohe, la duquesa de Medinaceli sin palacio ni herencia resuelta antes de su boda

Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinaceli, en 2018.
Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinaceli, en 2018.
EP via Getty
Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinaceli, en 2018.

Su boda tendrá lugar el próximo mes de octubre, como ya adelantó la revista ¡Hola!, si bien por ahora apenas se sabe nada de la misma. Es un leitmotiv familiar que ha llevado a rajatabla Victoria Elisabeth de Hohenlohe-Langenburg, duquesa de Medinaceli, prácticamente desde siempre. Pero máxime, sobre todo, en los últimos años, desde que se convirtiese en jefa de la (quizá) casa nobiliaria más importante de España junto con la de Alba tras la muerte en agosto de 2016 de su padre, Marco Hohenlohe. Pero la primogénita de este se está encontrando con varios problemas antes de su enlace.

Explican desde el portal Vanitatis que la actitud de Victoria de Hohenlohe, nacida en Málaga el 17 de marzo de 1997, se parece bastante a la de su hermano Alexander ya que ambos han vivido experiencias similares, sobre todo en la época que pasaron juntos viviendo en Múnich, en Alemania, junto a su madre, Sandra Schmidt-Polex.

Eso sí, ella se hubo de preparar para tener 43 títulos nobiliarios reconocidos en nuestro país —es en 10 ocasiones grande de España—, lo que la convierten además en la noble más titulada del mundo y la persona de mayor rango dentro de la nobleza española, únicamente por detrás de la infanta Margarita.

Su conexión con España se fortaleció cuando hubo de realizar sus estudios superiores, puesto que estudió Relaciones Internacionales en el Instituto de Empresa de Madrid, así como la boda que prepara con su pareja, Maxime Corneille, de ascendencia franco-argentina, tendrá lugar en Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz.

Sin embargo, esa no era la primera intención de Victoria. Detallan en la mencionada publicación cómo es curioso que los conflictos palaciegos lleven tanto tiempo en su sangre. Cayetana Fitz-James, duquesa de Alba, y su bisabuela, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, conocida en su círculo como Mimi, no se caían especialmente bien porque a la primera no le gustaba que la segunda alquilase un recinto de tanto nombrerío como la Casa Pilatos a "la gente del cine", ya que allí se rodaron escenas de cintas como Lawrence de Arabia.

En dicho emblemático palacio es donde la actual duquesa de Medinaceli quería casarse, si bien ni en esa ni en ningún otro emplazamiento icónico de los que posee su aristócratico árbol geneálogico por parte de la Casa Ducal de Medinaceli —verbigracia: el pazo de Oca (Pontevedra), el Hospital Tavera (Toledo), la Sacra Capilla del Salvador o el palacio de los Cobos, estos dos últimos en Úbeda, en Jaén— podrá hacerlo.

La razón es Ignacio Medina, duque de Segorbe. Es decir, su tío abuelo. Él es el titular de la Fundación Casa Ducal de Medinaceli, a la que solo sus hijas tienen acceso. De ansiar desesperadamente celebrar allí su boda Victoria tendría que contratar el espacio, como debe hacer cualquier particular o cualquier empresa que busque festejar allí —o en otra de sus propiedades— un evento, ya que pertenecen a la entidad.

En declaraciones al portal, asegura una fuente: "Que la duquesa de Medinaceli no se pueda casar en el palacio que lleva su título es incomprensible, y más aún que esté expulsada de dicha fundación". Esto último es fundamental a la hora de hablar del contencioso judicial que afecta a la familia desde la muerte en 2013 de Victoria Eugenia Fernández, madre de Ignacio Medina.

Este, su hijo menor y además el favorito, fue el único de los cuatro que tuvo que la sobrevivió. Sin embargo, los hijos de los otros tres —Ana, abuela de Victoria, Luis y Rafael— tenían derecho según la legislación española a una parte que les correspondía, la cual estaba, sin embargo, bajo el control de la fundación Medinaceli.

Ese reparto no solo no tuvo lugar, sino que los herederos demandaron, lo que conllevaría que, poco más tarde, fuesen excluidos totalmente de la fundación que dirige el duque de Segorbe. "Según el Código Civil, cuando dejas hijos o descendientes directos, dos terceras partes de tus bienes van necesariamente a ellos. Era de obligado cumplimiento y cualquier otra cosa suponía vulnerar la ley", puntualiza el informante sobre aquello que no se llevó a cabo.

La resolución del juicio tuvo lugar en diciembre de 2021, cuando un juzgado de Sevilla comunicó su decisión, que reconocía el derecho de todos los herederos de Victoria Eugenia Fernández de Córdoba, si bien  Ignacio Medina no estuvo de acuerdo y presentó un recurso pendiente de resolución —amén de que si la sentencia no le es satisfactoria aún puede recurrir al Tribunal Supremo—.

Como es harto improbable que ello se resuelva antes de octubre, la duquesa de Medinaceli ve muy difícil que su tío abuelo cambie de opinión y pueda celebrar su boda allí, máxime cuando hay que tener en cuenta que la herencia Medinaceli es hoy por hoy un legado muy conflictivo debido a que un juez ordenó, en la primavera de 2022, embargar preventivamente la parte correspondiente de Luis Medina debido al escándalo de las mascarillas en la Comunidad de Madrid que conllevó que fuese investigado por delitos de falsedad documental, estafa, blanqueo de capitales y alzamiento de bienes.

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