Macron tiende la mano a los sindicatos para apaciguar las protestas en la calle: "Ante esta ira hay que actuar juntos"

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, emitiendo un discurso
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, durante un discurso
EFE
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, emitiendo un discurso

Emmanuel Macron no está en el disparadero. No va a dejar de ser presidente de Francia. Pero su figura sí está seguramente más tocada que nunca a cuenta de una reforma de las pensiones que aprobó por decreto, con nocturnidad y en medio de manifestaciones históricas. Ha tardado meses en reaccionar en uno de sus puntos fuertes, el comunicativo, pero ese momento ha llegado: este lunes el presidente galo se dirigió a los ciudadanos para explicar la controvertida medida y tratar de calmar unas aguas que solo hacen que revolverse más con el paso de los días. Tiene todo en su contra Macron, pero confía en salir entero del envite.

"La respuesta no puede ser el inmovilismo ni el extremismo", sostuvo un Macron muy emocional que dice querer que Francia "elija su propio destino". Además, ha propuesto a los sindicatos una serie de reuniones a partir de este martes para tratar distintos temas: mejorar salarios, compartir riqueza, mejorar las condiciones laborales, entre otras medidas. "No podemos desoír las manifestaciones y ante esa ira hay que actuar juntos", añadió. El objetivo, sentenció el inquilino del Elíseo, es "alcanzar un nuevo pacto social".

Más allá de la polémica reforma, Emmanuel Macron también se encargó de reivindicar los logos de sus mandatos. "Juntos hemos hecho frente a la epidemia y a la crisis en los últimos seis años", desarrolló, al tiempo que defendió sus políticas sociales y su "responsabilidad" para abordar temas como la migración o la integración. Precisamente sobre las pensiones aseguró que se trata de un paso que da el Gobierno "para asegurar el futuro" y que por tanto la reforma "era necesaria". Entrará en vigor antes de que acabe el año y el presidente incidió en que fue aprobada "de acuerdo a la Constitución".

A modo de compensación, Macron ha anunciado una batería de medidas de mejora que serán aprobadas durante los cien días que separan el momento actual de máxima tensión política de la celebración de la fiesta nacional francesa del 14 de Julio. En esta nueva 'hoja de ruta' se incluyen una serie de iniciativas sociales para mejorar, entre otras cuestiones, las condiciones laborales de los trabajadores, así como para fomentar el aumento del empleo en las personas mayores.

Asimismo, ha anunciado que el Estado francés reforzará el control de la migración y la Justicia con más de 10.000 magistrados. "Estamos en proceso de crear 200 brigadas de gendarmería para luchar contra toda forma de delincuencia", ha precisado. Otros de los puntos en los que el Gobierno se centrará serán la educación y la sanidad. "La educación nacional debe reconectarse con su ambición de estar entre las mejores de Europa. Para finales del próximo año tendremos que descongestionar nuestros servicios de emergencia", ha indicado.

"Estas tres áreas prioritarias constituyen la 'hoja de ruta' de nuestro Gobierno. Estos tres proyectos deberían unirnos. El próximo 14 de julio debería permitirnos hacer balance. Tenemos por delante 100 días de apaciguamiento", ha subrayado. Mientras, la Asociación por la Tributación de las Transacciones Financieras y la Acción Ciudadana (Attac) ha informado de que, durante el discurso de Macron, se han producido más de 300 caceroladas en espacios públicos, fundamentalmente plazas, en distintos puntos del país, entre ellas la plaza del Ayuntamiento de París.

La polémica reforma de las pensiones fue promulgada en la madrugada del sábado después de que el Consejo Constitucional avalara los principales pilares de la legislación, incluido el retraso en la edad de jubilación de 62 a 64 años. La legislación fue publicada en el Diario Oficial de la República Francesa, el boletín oficial del Estado francés, tras una noche de protestas que dejó más de un centenar de detenidos y un último esfuerzo infructuoso de la izquierda para devolver el texto a la Asamblea Nacional.

La oposición carga contra el presidente

Por su parte, el fundador de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha indicado en la citada red social que Macron se encuentra "fuera de la realidad". "Asume el robo de dos años de libertades. Las cacerolas suenan más certeras", ha sentenciado, aludiendo a las más de 300 caceroladas que se han producido durante su discurso. La líder del partido opositor Agrupación Nacional, la ultraderechista Marine Le Pen, ha afirmado en su perfil de Twitter que Macron, en vez de "restablecer el vínculo" con la ciudadanía, ha vuelto a "darles la espalda e ignorar su sufrimiento".

"Esta práctica de ejercer el poder de forma desconectada, solitaria y obtusa marca la continuación de un quinquenio de desprecio, indiferencia y brutalidad que tendrá que salir tras las urnas", ha señalado, en referencia a unas futuras elecciones en el país. El presidente de Los Republicanos, Eric Ciotti, también se ha pronunciado al respecto en Twitter, asegurando que no hay "nada nuevo". "El método (de Gobierno) no cambia con objetivos loables si no hay el menor cuestionamiento (a las decisiones tomadas)", ha sentenciado.

Del lado del Partido Socialista, su secretario general, Olivier Fauré, ha acusado a Macron de ser un "presidente incendiario". "Desde el palacio de los empantanados, el presidente pirómano promete 100 días para apagar el fuego que alimenta a diario", ha dicho en su perfil de Twitter.

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