Entrevista

Alfredo Andreu: "La escritura es descubrir las verdades que te revelan los personajes"

Alfredo Andreu, fotografiado en la entrada del cine Palafox de Zaragoza
Andreu, fotografiado en la entrada del cine Palafox de Zaragoza
Oliver Duch/Heraldo de Aragón
Alfredo Andreu, fotografiado en la entrada del cine Palafox de Zaragoza

Guionista y director de cortometrajes, Alfredo Andreu (Zaragoza, 1992) presenta hoy en Madrid (Librería Amapolas en Octubre, 19.00) su primera novela. Cisne de Papel, editada por Mira Editores, retrata a una aspirante a actriz como enfrentada al vértigo de anteponer la vocación a una vida convencional.

Se dedica al cine. ¿Por qué una novela?Tenía la historia y los arcos dramáticos, y mi idea era escribir un guion de largometraje, pero sabía que necesitaba primero rodar varios cortos, así que escribí una novela que ya era un producto terminado en sí mismo. El medio literario casa bien con esta historia, porque quería meterme en el mundo interior de la protagonista, una actriz, y volcar ahí lo que yo había vivido tanto en experiencia directa como lo que había observado en otros amigos actores. Como el guion y la novela son músculos distintos, me propuse que, aunque me sintiera un impostor probando el medio literario, la novela tendría opciones de salvarse si era lo más honesto posible.

¿Por qué esta historia? ¿Es autoficción?El motivo es sencillo. Yo no sabía si uno debía dedicarse a eso que le apasiona y que lleva dentro. En la universidad me habían inculcado el glamur de hacer carrera en el mundo corporativo y que eso era "un trabajo de verdad" a diferencia del cine. Era como que se abría una dicotomía terrible y desgarradora: o pasión o seguridad. Pero no podías tener las dos cosas. Luego te das cuenta de que no es oro todo lo que reluce, y que ni un contrato indefinido es tan seguro como parece, y que el mayor riesgo en la vida es no asumir riesgos y no crecer como persona. Dicho eso, quería explorar las consecuencias y el precio a pagar por ello. Y lo he hecho ganando distancia al personaje porque no quería hacer un álter ego. Se corre el peligro de hablar de uno de forma indulgente y complaciente, y eso me daba mucho pudor.

¿Ha sido difícil poner voz a la mujer protagonista?El personaje principal tenía que ser femenino para ganar esa distancia y dejar que se expresara por sus propios medios y cobrara vida. Las historias, como dice mi admirado Santiago Lorenzo, están ahí, volando en el aire y hay que cogerlas. Uno es un descubridor, un arqueólogo de ciertas verdades complejas que los personajes te van revelando si pones el oído necesario y no te das tanta importancia a ti mismo. Es muy importante escuchar al folio. No sé si era Hemingway quien decía que escribir es fácil, que todo consiste en sentarse delante del folio y sangrar. Al final es un proceso que tiene que salir de las entrañas. Además de encontrar la estructura, tienes que revivir emociones, pensamientos y estados mentales que no siempre son agradables de revisitar. Pero hay que hacerlo. 

Pilar representa a una generación, la suya, que afronta muchos problemas pero que también es muy denostada. ¿Refleja a estos jóvenes y los reivindica?Nuestra generación ha conocido dos crisis muy cercanas y muy profundas que despiertan una serie de preguntas. Pero no trato de reivindicar nada, solo reflexionar sobre la búsqueda de convertirnos cada uno en nosotros mismos y no en la versión que otros quieren para nosotros. El economista Ray Dalio tiene una metáfora que me encanta: "Yo iba en una barca sin remos en un río cuesta abajo". Y creo que madurar y crecer es apropiarte de tus remos y tener la valentía de remar.

Alfredo Andreu, entre el cine y la literatura
Alfredo Andreu, entre el cine y la literatura
Oliver Duch/Heraldo de Aragón

¿El carácter es el destino?Hablamos mucho de la suerte en la vida, pero cada vez hay más literatura que indaga, en el ensayo y la no ficción, sobre la suerte como algo que en parte se crea. Fue la lectura de Antifrágil, del economista y matemático Nassim Taleb, lo que me persuadió definitivamente de escribir esta historia de una nueva Galatea y un nuevo Pigmalión con los detalles de mi época y las dudas y obsesiones que yo había tenido durante años, cuando dudaba entre mi trabajo en una multinacional y mi pasión por el cine, y expresarlas en forma de ficción. Mostrar que “el carácter es el destino de una persona” a través de unos personajes que lo ejemplifican con sus acciones.

Como muchos jóvenes, la protagonista ha salido de su ciudad para trabajar fuera. Hay un momento en el que entona con un cantante callejero el tema nostálgico ‘Country road, take me home’. ¿Hasta qué punto son importantes las raíces?Son muy importantes, pero le escuché a Savater decir que las personas no tenemos raíces, tenemos piernas. Y creo que lo más peligroso y empobrecedor para el espíritu es no salir de tu tierra y quedarte ahí con la boina puesta.

Una novela se salva si es lo más honesta posible

El origami inspira el título de la novela. El cisne es Audrey. ¿Por qué de papel?Esa frase del poema la he robado. Lo confieso. Se la pillé a una persona que conocí una noche en Madrid gracias a mi amigo Luisfer que era Miki Naranja (que descanse en paz), también conocido como Miguel Ángel Herraiz. Miki me marcó en una noche más que otras personas durante toda la vida. Tiene varios libros, y su último poemario es precioso, se titula Aquí estuvo Kilroy. En uno de sus poemas, hablaba de un avión y se lo dedicaba a su hija, y eso me inspiró para el motivo recurrente de un cisne que, aunque sea de papel, tiene más de cisne que de papel. Hay personas que cuando miran a otra no ven sus limitaciones sino su potencial. Y esas miradas pueden cambiarlo todo.

Utiliza la imagen de la estrella de mar, que cuando sufre una herida se duplica.La estrella de mar es el símbolo de la antifragilidad. Y esta es una novela sobre la incertidumbre, y de cómo las agresiones, la dudas, la vulnerabilidad… pueden ayudarnos a fortalecernos. En el escenario, un actor ejemplifica como nadie eso de hacerse vulnerable, de permitir que le corten una cabeza y de ahí recomponerse para no solo volver a la forma de antes, como el ave fénix, sino volver fortalecido con alguna cabeza de más, como la Hydra.

¿Qué le debe el Alfredo novelista y director al chico que hacía teatro en el colegio Montearagón de Zaragoza?A Josen López, el director del grupo de teatro, le debo mucho. Él fue la primera persona en la que vi encarnada la versatilidad renacentista. Esa curiosidad innata por comerse el mundo y conocerlo en toda su variedad. Era profesor de biología pero en los recreos nos ponía la antología de los Beatles y dirigía teatro. El primer papel que me dio fue el de Westmoreland en la obra Enrique V. Él y los libros de filosofía de Vicente Polo despertaron en mi ese fuego por el poder de la palabra que expresa cosas, que mueve sentimientos, que hace sentir y que te ordena el caos de la vida. La interpretación era la forma más sencilla que encontré para mantenerme conectado con esa fascinación que me producían las películas. Es decir, era más sencillo ensayar y aprenderme un texto que ponerme a rodar, sobre todo porque lo compaginaba con los estudios primero y mi trabajo, después.

El mundo de la gran empresa es frío en sus páginas; el teatro es la pasión. Pero, ¿qué se ha llevado de su experiencia en una multinacional?La mejor decisión fue dejar la multinacional, pero la segunda mejor fue entrar en ella. En 2016 estaba en una encrucijada. Había terminado la carrera y me admitieron en el máster de guion de cine de la Universidad Carlos III. Una semana más tarde me presenté a un proceso de selección de una multinacional farmacéutica, me seleccionaron y decidí quedarme. No creo que haya sido un tiempo perdido. Al contrario, como dice Isra Bravo, para escribir también es importante tener una vida procesada entre que naces y te pones a escribir. Tienes que tener algo que contar. De la multinacional también me llevé valiosos mentores, como mis dos jefas, María y Marta. De hecho, la jefa de Pilar se llama M. en homenaje a ellas. De ellas aprendí mucho. Era un ambiente como muy inflado, había mucho en juego, grandes presupuestos, grandes proyectos y objetivos de venta, grandes bonus, buenos salarios. Fue un río revuelto maravilloso en el que aprendí habilidades valiosas para la vida como la venta y la visión de empresa, la visión del negocio. Es un mundo salvajemente competitivo a partir de ciertos niveles, pero bueno, cualquier sector lo es, el cine sin ir más lejos, tiene tela.

'Mi vecino Yuan', una historia de amistad entre dos niños de mundos distintos durante la pandemia en Zaragoza, es su último cortometraje.Ha sido de las mejores experiencias de mi vida y me ha ayudado a crecer mucho. Un trabajo muy colaborativo y en equipo con una energía tremenda. Ojalá el resultado haga justicia a todos y cada uno de los que han trabajado en este corto. Ha sido un esfuerzo extenuante y ha merecido la pena cada segundo de esa lucha. El guion lo escribí a raíz de la pandemia, pero en realidad es solo es el telón de fondo. Quería contar una historia de prejuicios y de odio al vecino, y de cómo hay experiencias en la vida que son capaces de darle la vuelta a lo que has oído sobre alguien, y de cómo crecer es darse cuenta de que lo que nos une es mayor que lo que nos diferencia.

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