Así viven los españoles la 'pax romana' que impone Bukele en El Salvador: "Antes iba con escolta... y ahora paseo tranquilo de noche"

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
EP
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele.

"El país más seguro de América Latina", así es El Salvador a ojos de su presidente, Nayib Bukele, quien hace dos años emprendió una "guerra total" contra las maras que dominaban las calles salvadoreñas y en un tiempo récord ha transformado el que era uno de los países más violentos del mundo en una especie de remanso de paz.

Para ello ha sido necesario un estado de excepción permanente, el despliegue del ejército, la construcción de cárceles de máxima seguridad, la detención de más de 60.000 personas (el 1% de la población total del país) y la práctica desaparición de los derechos civiles, según denuncia la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos.

¿Pero cómo ha cambiado la vida en El Salvador? ¿Cómo es el día a día de los salvadoreños? ¿Aprueban la política de mano dura de su gobierno? Dos españoles muy vinculados al país centroamericano cuentan a 20minutos cómo se vive bajo la 'pax romana' impuesta por Bukele.

Bukele pretende recluir en este centro a 40.000 personas capturadas bajo el estado de excepción.

"Es evidente que la seguridad ha mejorado, eso no se puede negar, pero lo ha hecho a base de una política represiva y de detenciones masivas de todo tipo. Aquí te pueden detener por el mero hecho de llevar un tatuaje o porque un vecino te denuncie y diga que perteneces a una mara", asegura Pedro Bueno, madrileño de 68 años y responsable de cooperación internacional de una ONG española que trabaja en El Salvador.

En El Salvador te pueden detener por el mero hecho de llevar un tatuaje o porque un vecino diga que eres de una mara"

Subraya que la imposición del estado de excepción, aprobado el 27 de marzo de 2022 y prorrogado sistemáticamente desde entonces, "ha suspendido determinados derechos civiles" para los ciudadanos: "Ahora puedes estar seis meses detenido sin recibir asistencia jurídica. Eso es lo jodido. En estos momentos hay una vulneración de los derechos humanos muy importante en este país".

Pero parece que los salvadoreños están dispuestos a pagar ese precio para vivir en paz porque el apoyo popular del presidente es indiscutible. "Yo te diría que el 90% de los salvadoreños están con Bukele. El camarero de un restaurante, el taxista, el dueño de una tienda... a cualquiera que le preguntes por la calle te va a decir que está con el presidente", afirma Germán Bañuls, director general de una multinacional con presencia en El Salvador.

Para comprender ese apoyo popular, Bañuls señala que hay que recordar de dónde venía el país: "Antes, absolutamente todos los negocios tenían que pagar dinero a la mafia de las maras, desde la típica señora que vende fruta de su huerto al lado de la carretera hasta el taxista que paga para que no le quemen el coche. Yo he conocido a gente que lloraba diciéndome que no le quedaba dinero para comer porque se lo tenía que pagar todo a esos cabrones de la mafia, y que si no lo hacía le secuestraban a un hijo".

"El Salvador era una auténtica locura, un país muy peligroso. Aquí no es que te robaran el móvil mientras caminabas por la calle, es que primero te pegaban un tiro y después te robaban el móvil. Ahora eso ha cambiado radicalmente", añade este empresario valenciano de 49 años, que también ha notado en primera persona el cambio.

El Salvador era antes un país muy peligroso, aquí primero te pegaban un tiro y después te robaban el móvil"

"Como extranjero y directivo de una multinacional antes tenía que ir con guardaespaldas por El Salvador y en los desplazamientos tenía que coger siempre el mismo taxista de confianza, pero ahora todo eso ha cambiado. Puedo ir a cenar tranquilamente a un restaurante y volver al hotel caminando solo por la noche porque no hay peligro, ves a gente paseando el perro de noche o mujeres saliendo a correr solas, eso antes era impensable", explica.

Incluso Pedro Bueno, crítico con la política represiva del gobierno salvadoreño, no discute que el apoyo popular de Bukele es enorme: "Si ahora mismo se celebraran elecciones sacaría más de un 80% de los votos, eso es un hecho objetivo e innegable".

"Ahora los niños van en bici por la calle"

Bañuls no oculta que esa pacificación de El Salvador ha beneficiado a muchas empresas como la suya, dedicada a la fabricación de bicicletas: "Hemos triplicado las ventas en El Salvador porque ahora los niños ya van en bici por la calle y los estudiantes van en bici a la universidad. Antes no iban, pero no porque les diera miedo que les robaran la bici, sino porque te mataban para robarte la bici".

Este valenciano insiste en que la sensación de seguridad es patente en las calles y la puede comprobar cualquier extranjero que pise el país: "Antes ibas por la calle y veías a grupos de pandilleros sin camiseta, tatuados de arriba a abajo, incluso la cabeza, y eso para el extranjero era una señal de alarma, de que no tenías que pasar por esa zona. Hoy en día ya no lo ves".

También Pedro Bueno tuvo que tratar con las maras para llevar a cabo su labor humanitaria: "Cuando íbamos a entrar a alguna comunidad para dar alguna charla o para hacer algún proyecto, muchas veces teníamos que pedir permiso a la mara para entrar. Ahora con Bukele eso no pasa porque hay una presencia activa del ejército, que está desplegado a la entrada y salida de muchos pueblos y barriadas. Las maras que subsisten ya no tienen ninguna capacidad de maniobra".

Presos trasladados "como auténtico ganado"

Pero el cooperante madrileño también quiere poner el foco en la absoluta vulneración de derechos de los presos en las cárceles salvadoreñas: "El otro día trasladaron a 2.000 presos como si fueran auténtico ganado a una nueva cárcel de máxima seguridad. Los metieron en celdas para 200 personas mezclando a miembros de diferentes maras, como la Salvatrucha o la Mara 18, para que se maten entre ellos. La vulneración de derechos es muy importante".

Esa política penitenciaria está provocando numerosas críticas desde organismos internacionales, pero Bañuls sostiene que la visión dentro del país es muy distinta: "Esa gente que está en la cárcel son asesinos sin escrúpulos que igual han entrado a una casa y han matado a toda una familia para robar un televisor. Hay que entender que El Salvador está viviendo una guerra civil contra las maras, solo así se comprende la política del gobierno. Lamentablemente, si no actuara así no habría detenidos y el país estaría como estaba hace dos años".

Bueno también destaca el elevado número de detenciones arbitrarias que se han producido: "Se calcula que de las 60.000 personas detenidas, alrededor de un 5-8% pueden ser no mareros, yo pienso que es un número mayor que se acerca al 15-20%".

Y critica el acoso que sufren periodistas contrarios a las políticas de Bukele, así como algunos funcionarios públicos o partidos de la oposición: "Hay un proceso de persecución hacia la prensa y contra partidos de izquierda. Como te pueden detener por cualquier motivo, hay miedo a decir determinadas cosas y partidos como el Frente (FMLN) están teniendo problemas para articular sus listas para las elecciones municipales".

"La gente tiene miedo a ser investigada y a que te puedan buscar la ruina. Hay cierto temor generalizado en la sociedad a esa represión que está ejerciendo el gobierno", añade.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento