Aunque Iñaki Urdangarin ya no forma parte de la Casa Real, el exdeportista continúa con un mínimo de cuatro agentes del Cuerpo Nacional de Policía que le escoltan allá donde va. Sin embargo, ya se ha iniciado el procedimiento para que quede libre de estas medidas de seguridad, lo que no le ha gustado nada.

Desde Y ahora Sonsoles han afirmado que tanto el todavía marido de la infanta Cristina y sus agentes han puesto trabas a esta decisión. De igual modo, fuentes del Ministerio del Interior han explicado a Vanitatis que Urdangarin cree que no debería perder este privilegio porque podría poner en peligro su integridad al ser tan conocido tanto en España como fuera.

Hasta el momento ni su paso por la cárcel de Brieva (Ávila) por el caso Nóos ni su nueva relación sentimental al margen de la infanta habían acabado con los agentes de seguridad que le salvaguardan desde hace años.

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Ahora puede llegar ese momento de decir adiós a sus escoltas a raíz de su divorcio, que aún está pendiente de firmar. Antes de hacerlo, el exduque de Palma está intentando por todos los medios garantizarse que no será así pues se acabarían 25 años de protección y, en algunos casos, amistad.

Quizá una de las principales razones por las que quiere mantener a sus escoltas es el acoso mediático que recibe en su día a día. Iñaki está acostumbrado a coincidir con numerosos reporteros, por lo que su intimidad se vería atacada aún más sin la seguridad de la que goza en la actualidad.

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Esos escoltas que protegen a Urdangarin le cuestan al Ministerio del Interior 8.000 euros, que una vez que se retire la protección al exdeportista volverán a ser descontados de las arcas públicas, pues nada tienen que ver con el Palacio de la Zarzuela. 

Sin embargo, aunque Urdangarin pierda este privilegio en su rutina diaria, todo parece indicar que en el futuro contará con protección puntual cuando se reúna con sus hijos, quienes sí mantienen sus agentes de seguridad.