Rebeca Marín Periodista y escritora
OPINIÓN

Feliz no nuevo año

Una típica mesa de Navidad.
Una típica mesa de Navidad.
CORTESÍA.
Una típica mesa de Navidad.

En estos tiempos navideños llegan los clásicos, el árbol de Navidad, los jerséis con lucecitas y las mujeres en la cocina trabajando para toda la familia. De vez cuando algún señor se marca una paella o un cordero y parece que se lo convalidan con un año entero de ellas haciendo tortillas, sopas y lentejas. Cuando veo estas cosas y hago recuento del año, me pueden decir misa, del gallo, si quieren, pero las cosas no han cambiado tanto. 

Un estudio del INE dice que la mayoría de las mujeres que viven en pareja siguen haciendo las labores domésticas: 115.000 frente a 11.000. Acaba de terminar un Mundial cargado de polémica, y no me refiero al Qatargate, que también. Una polémica que afecta a los derechos de gais y mujeres y que se ha esfumado tan rápido como los polvorones en estas fiestas. 

Nada ha cambiado cuando una nueva prohibición se cierne sobre las mujeres afganas, que ahora no pueden ni estudiar. Cristina Pedroche vuelve a copar titulares por el vestido que llevará en fin de año y 'la carne' que mostrará, y no por otras razones. Nada ha cambiado cuando este año, en un chat de la Guardia Civil, se ha sorteado a una prostituta y cuando Berlusconi promete un autobús de meretrices a su equipo de fútbol a cambio de victorias. 

Nada ha cambiado cuando aguantas a tu cuñado diciendo chorradas año tras año, él como representación de todos los cuñados del mundo, que son muchos y cunden como las diademas de renos en estas fechas. Nada ha cambiado si te crees la última encuesta de Tezanos y no los datos que dicen que este mes de diciembre ha sido en el que más mujeres han sido asesinadas de todo el año. Y en unos días a brindar por el feliz no nuevo año. Pues eso, nada ha cambiado.

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