El hombre juzgado por asesinar a Janet Jumillas en marzo de 2019 en Cornellà de Llobregat ha apuntado este viernes durante el juicio con jurado en la Audiencia de Barcelona que el autor del crimen fue un hombre desconocido que le atacó a él en su propia casa para buscar dinero. 

Según ha respondido a su abogado en la última sesión del juicio, Aitor G.P. ha explicado que él había quedado con la víctima para pagarle 30 euros por marihuana en su casa. Quedaron en la calle y cuando subió a casa recibió un fuerte golpe por la espalda y después un individuo le exigió que le diera todo el dinero que tenía. Cuando volvió de su coche para ir a buscar la cartera, llegó a su piso y ya no había nadie y el suelo estaba manchado de sangre.

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El acusado solo ha querido responder a su letrado, que le ha hecho un breve interrogatorio de menos de 20 minutos. Ha explicado que conocía a la víctima porque era quién le suministraba marihuana. Él consumía marihuana, hachís y ocasionalmente cocaína, que también le proporcionaba la mujer. 

El 12 de marzo de 2019 él fue a casa de la mujer, en Viladecans, para pagarle el último suministro que le había hecho de marihuana. La mujer, además, le ofreció un nuevo tipo de marihuana, pero Aitor G.P. no llevaba más dinero y quedaron en que al día siguiente la mujer iría a casa del deudor, en Cornellà, porque tenía que desplazarse hasta allí por otro tema.

Al día siguiente, 13 de marzo, quedaron en el portal de su casa. Solo vio a Janet. Subieron hasta su piso, en la segunda planta, y cuando abrió la puerta recibió un fuerte golpe en los hombros que lo desequilibró. Entonces vio a un hombre y una mujer desconocidos, además de a Jumillas. El hombre le exigía todo el dinero que tuviera. El acusado le dijo que solo tenía unos 30 euros en el mueble del recibidor para pagar la droga que debía a Jumillas. El individuo desconocido revolvió armarios y cajones sin encontrar nada más. Le preguntó a Aitor G.P. donde tenía la cartera y este le dijo que estaba en el coche. El asaltante le dijo que la fuera a buscar, pero se quedó su teléfono móvil y amenazó con hacer daño a los perros del hombre si este no volvía pronto o avisaba a alguien.

En el trayecto hasta el coche, el acusado se lo repensó, sabiendo que no tenía dinero en la cartera. Decidió devolver al piso para hablar con el asaltante y aclarar las cosas. Pero cuando llegó a su casa, ha explicado que no había nadie y solo encontró sangre en el suelo, que limpió, y una bolsa con ropa, además de un cristal de gafas. La bolsa la quería tirar, pero por la tarde decidió guardarla en el coche. Dos días más tarde la tiró, ha asegurado.

De este modo, ha querido dar explicaciones sobre la aparición de sangre de la víctima en su casa y también de restos de sangre a su coche, a pesar de que no se pudo determinar si eran de Jumillas.

Al día siguiente, 14 de marzo, ha explicado que fue a un bar que Jumillas frecuentaba y él también. Preguntó por la mujer, pero le respondieron que no la habían visto. Incluso la pareja del acusado intentó contactar con Jumillas por Whatsapp, pero la víctima no respondió.

Al cabo de unos días intentó alejarse de la cuestión. Cuando oyó noticias sobre la desaparición de Jumillas, pensó que la mujer había querido marcharse lejos, apartarse de su entorno e incluso marcharse al pueblo donde había vivido hacía años.

Poco después fue detenido e ingresó en prisión. Allí, en mayo, supo que habían encontrado el cuerpo enterrado en un descampado en el Prat de Llobregat.

Aitor G.P., a preguntas de su abogado, ha intentado dar detalles que lo exculparían. Ha explicado que vivía con su pareja en el piso de Cornellà desde tres meses antes de los hechos, y durante aquel tiempo habían tenido que hacer reformas como pintar, arreglar la terraza, carpintería, fontanería o cocina. También ha explicado que al aparcamiento del edificio donde vivía él no tenía plaza y le hubiera sido muy difícil aparcar un rato el coche en el vado para cargar el cuerpo de Jumillas. "No podía dejar el coche allí más de 5 segundos sin molestar", ha dicho.

Tanto fiscalía como acusación particular y defensa han mantenido sus conclusiones provisionales, que han elevado a definitivas. La fiscalía pide 19 años de prisión por asesinato con alevosía. Ahora el jurado se tendrá que reunir para deliberar el veredicto del juicio.