La Fed allana el camino al BCE: pisa el freno y limita la subida de los tipos a 0,5 puntos tras la tregua de la inflación

  • La autoridad monetaria de EEUU encarece el precio del dinero por séptima vez este año, pero ralentiza la subida.   
  • El Banco Central Europeo subirá tipos el jueves y los mercados apuestan que seguirá los pasos de la Fed.
El presidente de la Junta de Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell.
El presidente de la Junta de Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell.
Jim Lo Scalzo / EFE
El presidente de la Junta de Reserva Federal de EE UU, Jerome Powell.

La Reserva Federal ha pisado el freno en su carrera por subir los tipos de interés y así domar una inflación sin precedentes en varias décadas. La autoridad monetaria estadounidense ha aprobado este miércoles un incremento de 0,5 puntos, en el precio oficial del dinero, el séptimo en lo que llevamos de año. Una subida que pone fin a una racha de cuatro alzas consecutivas de 0,75 puntos y que lleva el tipo de interés principal a un rango de entre 4,25 y 4,5%, un nuevo máximo en 15 años. Una decisión que se produce horas antes de que el Banco Central Europeo (BCE) anuncie su propia subida de tipos, que los analistas cifran también en 0,5 puntos.

La decisión de la Fed cumple con los pronósticos de los mercados y supone un punto de inflexión en la batalla que el banco central libra para frenar las subidas de precios. Los dos últimos datos del IPC estadounidense han sido más favorables de lo que se esperaba. En noviembre, la inflación se frenó por quinto mes consecutivo, pasando de un 7,7% interanual en octubre a un 7,1% en noviembre. El pico del 9,1% alcanzado en junio parece ahora lejano.

Conviene recordar que los tipos de interés oficiales -el equivalente al precio oficial del dinero, es decir, el interés que la banca convencional paga a un banco central para obtener un préstamo- son el arma más potente con la que cuentan los banqueros centrales para combatir la inflación. Cuando los tipos de interés suben, a los bancos comerciales les resulta más caro tomar prestado, un coste que estos acaban repercutiendo a sus clientes (ciudadanos y empresas).

Las hipotecas, los créditos al consumo o los préstamos a las empresas para expandir su negocio se vuelven más caras, lo que acaba por frenar la demanda. Las familias empiezan a comprar menos vivienda, los empresarios frenan la contratación y este efecto acaba trasladándose en forma de cascada a los precios. Transcurrido un tiempo, los precios acaban bajando.

En todo caso, los mercados dan por hecho que esta no será la última subida de tipos de interés en EE UU. Y así lo ha confirmado el presidente de la Fed, Jerome Powell. "Hemos cubierto mucho terreno y los efectos completos de nuestra subida todavía están por sentirse. Aun así, tenemos más trabajo por hacer", ha expresado Powell en la rueda de prensa posterior al anuncio. 

La mayoría de analistas apuestan por un alza de otros 0,25 puntos en febrero si la inflación sigue bajando, seguida de alzas adicionales hasta alcanzar lo que se conoce como el "tipo terminal". Es decir, aquel que marca el final de un ciclo de subidas, el pico de la montaña. Una cifra que, en estos momentos, estaría en torno al 5,25%, lo que implica que aún quedan 100 puntos básicos de subidas. Además, Powell ha quitado importancia a la velocidad con la que se hagan las subidas a partir de ahora -que serán más lentas, ha dicho- y ha llamado a centrarse en dónde estará el pico. "Ahora no es tan importante cómo de rápido vamos, sino al nivel al que llegamos", ha expresado. 

Se espera que el BCE siga sus pasos

La decisión de la Fed allana el terreno al BCE, que anunciará su correspondiente subida de tipos durante la tarde del jueves. En el caso del Banco Central Europeo se tratará de la cuarta subida en lo que va de año y también se espera que se limite a 0,5 puntos. De cumplirse este pronóstico, que los mercados dan por descontado, el precio oficial del dinero en la eurozona se situaría en el 2,5%. 

A diferencia de la Fed, la autoridad monetaria europea está siendo más cautelosa en sus decisiones. El motivo principal es que la recuperación económica tras la pandemia es mucho más débil en Europa que en EE UU. Además, los países del euro están mucho más expuestos a las consecuencias económicas de la invasión de Ucrania, especialmente a los precios del gas. Igualmente, la eurozona tiene otro problema que no existe en Estados Unidos y es la fragmentación financiera. 

Las decisiones del BCE afectan a 19 economías con realidades fiscales muy diferentes. Los países del sur, con deudas públicas que superan el 100% del PIB tienen una situación mucho más delicada que la de sus vecinos del norte. El BCE sabe que una subida excesiva de los tipos puede poner en problemas a estos países, que podrían encontrar dificultades para fianciarse en los mercados.

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