Antonio de Nebrija: la gran conmemoración

Antonio de Nebrija.
Antonio de Nebrija.
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Antonio de Nebrija.

Antonio de Nebrija nació en Lebrija (Sevilla) en 1444. Quizá un poco pronto para casi todo: aún no se había descubierto América, Castilla y Aragón eran países distintos (lo mismo que Navarra y Granada), Isabel la Católica ni siquiera había nacido, faltaba más de siglo y medio para que se escribiese el Quijote y ni se soñaba con algo que pudiese parecerse a la Real Academia Española.

Pero Antonio de Nebrija (que ni siquiera se llamaba así; su nombre era Antonio Martínez de Cala) era un inquieto humanista que mostraba un enorme interés por aquella lengua 'vulgar' que ya hablaban en los reinos de España, para entenderse, todos o casi todos. Un idioma que había dado sus primeros balbuceos casi cuatro siglos antes, y que había producido obras literarias importantes, pero que nadie sabía bien cómo manejar: en cada reino, en cada región o comarca, en cada valle y casi en cada pueblo, se apañaban como podían. De oído, se diría hoy. Hasta que Antonio de Nebrija tuvo la ocurrencia de elaborar una gramática de aquella lengua tan desmadejada. La primera gramática del idioma castellano.

Eso lo cambió todo. En el trascendental año de 1492 Colón llegó a las Antillas, se tomó Granada y acabó la 'Reconquista', y los Reyes Católicos expulsaron a los judíos de la recién formada España. Pero pocos recuerdan que aquel mismo año publicó Nebrija su Gramática castellana y el idioma que hoy hablan casi 600 millones de personas en todo el mundo (es la segunda lengua del planeta) entró por fin en su mayoría de edad.

Manuscrito.
Manuscrito sobre Antonio de Nebrija expuesto en la Biblioteca Nacional de España.
BNE

El gran Nebrija, uno de los mayores sabios europeos de su tiempo, murió en Alcalá de Henares a los 78 años, en 1522. Eso, el quinto centenario de su muerte, es lo que se conmemora en una impresionante exposición que acaba de inaugurarse en la Biblioteca Nacional (BNE) y que se llama Nebrija: el orgullo de ser gramático.

La organización es triple: la propia Biblioteca, Acción Cultural Española y, naturalmente, la Fundación Nebrija. La muestra ofrece un inmenso tesoro: más de un centenar de publicaciones que proceden de los fondos de la Biblioteca Nacional (una de las mayores de Europa, con 32,5 millones de ejemplares) y de una decena de instituciones españolas más, que han prestado sus piezas más valiosas para el acontecimiento.

La muestra incluye una visión de aquel primer Renacimiento, del que Nebrija fue, en España, uno de los puntales; una visión de la España de aquel tiempo que cambió el mundo, y a la nación, para siempre; un recorrido por la ajetreada y apasionante vida del gramático, con sus libros, sus valiosísimos diccionarios, sus estudios sobre el latín, la fiebre de publicaciones filológicas que desencadenó y también sus coetáneos más ilustres. Como quizá no podía ser de otro modo, la exposición incluye una magnífica "visita virtual" a los hechos fundamentales del siglo XV que se llama Nebrija: Estela de las letras.

Estatua de Antonio de Nebrija en la Biblioteca Nacional de España.
Estatua de Antonio de Nebrija en la Biblioteca Nacional de España.
BNE

La presentación de la gran exposición la hicieron Ana Santos, directora de la BNE; José Muñiz, rector de la Universidad Nebrija (creada en 1995 y con sede en Madrid) e Isabel Izquierdo, directora de Programación de Acción Cultural Española. La comisaria es la catedrática Teresa Giménez Calvente.

Pero la gran conmemoración del 'año Nebrija' no es solo eso ni mucho menos. También en la Biblioteca Nacional, la Fundación Antonio de Nebrija y Google Arts & Culture presentaban hace pocos días un proyecto cultural, diseñado por Rodrigo Díaz (de la Universidad Nebrija), que se llama Nebrija. El padre del español. El espectador puede acceder a la friolera de 40 exposiciones digitales en las que está prácticamente todo lo imaginable.

Puede verse la figura del gran erudito, como persona y también como sabio de cien cosas distintas, que era la mayor seña de identidad de los genios renacentistas.

Pueden contemplarse exposiciones sobre cuál es la situación de la lengua española en el mundo: su evolución, sus Academias, su crecimiento y hasta sus diferentes acentos, que son incontables. O la historia, casi desconocida, del alfabeto español. O la evolución –única en el mundo– del español de los sefardíes, los judíos expulsados de España: el judeoespañol, ladino o djudezmo, que esa parte del pueblo hebreo ha conservado durante generaciones como un tesoro… lo mismo que las llaves de hierro de sus antiguas casas en España. Para conseguir todo esto, una gran cantidad de instituciones públicas y privadas han digitalizado sus fondos, por supuesto en alta resolución. Una auténtica maravilla.

Nebrija. El padre del español se presentó en la BNE con la presencia del ministro de la Presidencia del gobierno español, Félix Bolaños; Miguel Escassi, director de Relaciones Institucionales de Google España, y de nuevo el rector José Muñiz, que además es el presidente de la Comisión del V Centenario del ilustre gramático. El ministro Bolaños no dejó de subrayar que Nebrija fue uno de los primeros luchadores por la libertad de expresión y contra la censura, y que su libro Apología, leído hoy, es apasionante.

El inquieto Antonio Martínez de Cala, al que llamaron 'Nebrija' porque había nacido en Lebrija (la L acabó reemplazando a la N), se quedaría hoy pasmado al ver la multiplicación, en proporción geométrica, de los efectos de aquella primera Gramática que él escribió a finales del siglo XV. Él, que abandonó por dos veces (muy enfadado las dos) el mayor proyecto de investigación literaria de su tiempo: la célebre Biblia Políglota complutense, porque no aguantaba los malos humos y el afán de mandar del cardenal Cisneros. Todo un carácter, el gran Nebrija.

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