Entrevista

Octavio Gómez Milián y el arte de mirar alrededor

El escritor Octavio Gómez.
El escritor Octavio Gómez.
ASIER ALCORTA
El escritor Octavio Gómez.

Acaba de ganar el premio Isabel de Portugal de narrativa, que convoca la Diputación de Zaragoza, con un libro de relatos: El imperio de las luces. Le sorprendió no tanto por el premio en sí, sino porque había presentado otra novela y un poemario. No es frecuente que un mismo autor presente tres originales a un premio, pero es que Octavio Gómez Milián (Zaragoza, 1978) es un auténtico hiperactivo: escritor, músico, bloguero, editor, compositor, profesor de matemáticas, preparador de oposiciones, creador de fanzines, todo eso a la vez. Lo primero que uno se pregunta es cuándo duerme este hombre.

"Pues duermo poco. Y ahora, con mi hijo de cuatro años, menos. Pero ayuda mucho el haber dejado Zaragoza y vivir en Ateca, que es un pueblo de 2.000 habitantes, donde se fabrican los 'huesitos', ¿se acuerda? Doy clase de matemáticas en el instituto y el horario te deja más tiempo para hacer lo que quieres hacer, que en mi caso es escribir. Venir a Ateca fue una buena decisión. Aquí la vida es más amable", avanza a 20minutos.

El libro es una colección de relatos que recuerda un poco a Cortázar, porque los cuentos son distintos, pero hay personajes que aparecen en varios de ellos, unas veces de una forma y otras de otra. "Viví una temporada en Argentina", dice Octavio Gómez, "y me empapé de la literatura porteña. Y de la latinoamericana en general. Me interesa mucho más la cultura latinoamericana que la anglosajona".

El escritor Octavio Gómez.
El escritor Octavio Gómez.
ASIER ALCORTA

Pero lo que más le interesa es la cultura aragonesa. Lleva dedicado a ella desde que era un crío. Y el libro está escrito desde allí: en realidad es lo que él piensa, lo que recuerda o lo que imagina mientras espera al tren en un apeadero, por ejemplo. "Sí, es verdad", dice. 

"Lo decía Félix Romeo, al que yo admiro tanto: hay que escribir de lo que uno ve, de lo que te rodea. Si tú vives en Ateca y colocas tus historias en Berlín o en Los Angeles, se te van a notar todas las costuras. Yo cuento lo que vivo y en donde vivo: mi Zaragoza, mi Huesca, la frontera entre Aragón y Castilla, que es donde está mi casa. Los apeaderos, por ejemplo. Tienen un encanto solitario, como de otro tiempo. Lo que uno piensa mientras aguarda al tren en un apeadero te puede llevar lejísimos. Porque esos espacios no son como los demás. Ahora ya no hay nadie en ellos, pero conservan el recuerdo de lo que fueron, cuando mucha gente iba y venía. Eso te permite jugar con el tiempo, imaginar qué habría sucedido si en el pasado las cosas hubiesen ocurrido de otra manera". Hace una pausa y añade: "Bueno, y es que yo vengo de familia de ferroviarios…".

Ahí se ve, entre la enormidad de las lecturas del autor, el rastro de Borges con sus laberintos, de Cortázar, de Rodrigo Fresán, de Peter Handke. Dice Octavio Gómez que su mundo literario está en el siglo XX, rara vez más atrás. Quizá por ese apego a su tierra y sobre todo a su tiempo, y por su hiperactividad, se le ha calificado muchas veces de "agitador cultural"; ¿qué es eso? Él se ríe: "Bueno, eso es de los años de Zaragoza, cuando yo no paraba quieto. Estaba en todos los conciertos, en todas las presentaciones de libros, en todas partes. En Ateca también me muevo, ¿eh? Pero me he vuelto un hombre responsable. Mis alumnos del instituto me dicen algunas veces que me han visto en internet, en un vídeo, bebiendo y fumando, y seguramente es verdad, pero no tiene remedio la cosa: me he vuelto un hombre responsable".

¿Seguirá presentándose a premios literarios y ganándolos, como le ha ocurrido ya varias veces? "Mi mujer, que es la mejor crítica de lo que escribo, dice que no me presente más”, ironiza, “que ya está bien. Alguna vez escribí, en algún cuento, que los jurados de muchos premios literarios (no el de este, desde luego, que es el más importante de Aragón) los forman concejales, algún periodista y la enterada del pueblo. Bueno, pues ahora el enterao de mi pueblo soy yo…".

¿Qué hará ahora Octavio Gómez, literariamente? Se lo piensa: "Pues tengo una novela en el telar. Luego otra sobre los primeros años de este siglo en Zaragoza, que fueron muy locos. Otra más de ciencia ficción, que siempre me ha gustado. Después trabajar el dietario, que es lo que más me gusta escribir. También la poesía, que no la abandono nunca, lo mismo que la música… Y luego quizá tomarme un pequeño descanso".

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