A la venta en EE UU una de las piezas más importantes del joyero de la duquesa de Alba por 2,5 millones de euros

  • Se trata de un coste desorbitado, según explica el experto Pablo Milstein.
Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, visitando la Cappadocia (Turquía) en 2012.
Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, visitando la Cappadocia (Turquía) en 2012.
GTRES
Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba, visitando la Cappadocia (Turquía) en 2012.

Una de las piezas más preciadas de Cayetana Fitz-James Stuart, la duquesa de Alba, ha sido puesta a la venta en EE UU. Sus propietarios, la joyería M.S. Rau Jewels, pide 2.500.000 euros por ella, según informa Archivo de Joyas. "A todas luces es muy difícil que una pieza de estas características alcance esa cantidad", explica a 20minutos el investigador y experto en joyas Pablo Milstein.

Se trata de una diadema de estilo kokoshnik que perteneció a la Casa de Alba. "La pieza en sí era una parte importante del joyero de la anterior duquesa, hoy totalmente desmembrado. Según Cayetana, esta diadema pertenecía a la casa de Hijar, de la cual descendía su madre. Muy en la tónica de las joyas de principios del siglo XX, en la cual primaba el volumen y en muchos casos piedras de poca entidad, logrando un efecto imponente sin llegar a ser costoso", cuenta el maestro joyero.

La pieza está realizada bajo un patrón de diseño geométrico, donde "los diamantes de talla antigua y brillante que la componen se alternan en dos diferentes estilos de engaste". Estos semicírculos concéntricos "se unen en un solitario de interesante tamaño. El dibujo se repite hacia cada lado cinco veces".

"Se supone que la pieza está firmada por la casa Ansorena, los cuales repiten un diseño de similares características en otra tiara, esta vez centrada con una gran esmeralda hexagonal destinada a los condes de Villagonzalo y que sigue perteneciendo a los descendientes de la familia", explica el experto.

Una joya hecha para ser heredada

Recuerda Milstein que Cayetana lució la pieza en numerosos acontecimientos sociales de gran relevancia, y quiso que sus nueras la llevasen puesta en la celebración de sus respectivas bodas. Esto dio lugar a un pequeño "altercado" con María de Hohenlohe, quien no quería llevar la tiara ese día. Asimismo, finalmente cedió a los deseos de su suegra.

"Años más tarde la luciría Matide Solís el día de su boda con el heredero en Sevilla. Quien no la llevó fue Maria Eugenia Fernández de Castro, ya que la ceremonia de su boda fue íntima y ella vistió de corto", añade.

Un coste desorbitado

Según el investigador, la joya no tendría que costar la cantidad que han fijado sus propietarios para ella: "Si es verdad, que en los últimos años, las diademas han incrementado su precio de una manera extraordinaria en el mercado y cuando salen a subasta los precios se disparan, pero esta joya, por las características que la componen, dudo alcance ese precio por más que haya pertenecido a la Casa de Alba y el origen de la misma es un reclamo para que el precio se eleve".

"Es muy normal que los joyeros suban notablemente el precio de una alhaja, que saben que no podrán reponer fácilmente en el caso de que la vendan. Si tienes un cliente fiel que muestra interés por una pieza que tengas como le dices que no se la vendes, ya que puedes perderlo, el elevar considerablemente el valor hace que de seguro esta persona no la vaya a comprar", zanja.

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