Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE intentarán este jueves en Bruselas sentar las bases de un acuerdo para poner algún límite al precio del gas que compran a países terceros. El eventual acuerdo será sobre la base de una propuesta que no va tan lejos como el tope que hasta 15 Estados miembros venían pidiendo para todo el gas que importa la UE, ni se queda tan corta como aprobar una nueva sanción contra Rusia que limite lo que los países europeos pagan por su gas. Se trata de un término medio que consiste en fijar una horquilla sobre la que podrán fluctuar los precios, que no superarían así el tope máximo.

Se trata del "tope dinámico" que planteó formalmente la Comisión Europea el pasado martes y que este jueves estudiarán los líderes de la UE en una cumbre que se espera que pueda dar la señal política para que los ministros de Energía alcancen un acuerdo definitivo en su reunión del 25 de octubre. 

Bruselas plantea que países de la UE como España envíen gas a otros cuando tengan una emergencia por desabastecimiento

Tal y como plantea Bruselas, sería un "corredor de precios" temporal que funcionará hasta que cree un índice de precios para el gas que llega licuado, por barco, que sea alternativo a la principal referencia de precios del gas en la UE, el mercado de futuros holandés, el índice TTF.  Existe consenso en que ya no refleja la situación real del mercado debido a que está demasiado determinado por el gas que llega por gasoducto, principalmente de Rusia, que desde hace meses maneja a su antojo los flujos para subir los precios en la UE.

Hasta entonces, previsiblemente hasta marzo del año que viene, lo que plantea Bruselas es crear un "corredor de precios", una horquilla entre la que fluctúen los precios del gas que se comercia tomando como índice el TFF. Como no podría superar el máximo que se fije, argumenta que así se evitarían los picos y la excesiva volatilidad que se produce ahora.

Tras resistirse durante semanas a proponer un límite al precio del gas que le pedían una mayoría de gobiernos, este tope temporal y "dinámico" es el punto de encuentro para intentar tener la luz verde tanto de los países que exigían limitar verdaderamente el precio del gas que compra la UE y los que temen que algo así ahuyente la oferta y que los productores de gas prefieran irse a otros mercados. 

Países Bajos pero sobre todo Alemania encabezaban esta resistencia y fuentes diplomáticas apuntan que la opción descafeinada de que el límite sea temporal y no sea fijo será aceptable para Berlín. Consideran que Bruselas ha hecho un traje la medida de sus intereses y se espera que acepte.

Compras conjuntas y solidaridad

Además del tope dinámico al precio del gas, la Comisión plantea poner en marcha de una vez la plataforma de compras conjuntas de gas, para que los Estados miembros dejen de "competir" unos con otros por este recurso. Para su presidenta, Ursula von der Leyen, este es el verdadero motivo por el que los precios se desbocaron hace unos meses y plantea que las empresas energéticas europeas tengan que comprar de forma conjunta obligatoriamente al menos el 15% del gas que se necesita para rellenar los almacenes. 

Aunque en España no hay riesgo aparente de desabastecimiento, fuentes diplomáticas advierten de que en otras latitudes ya se está viendo que el invierno será más frío de lo esperado y que las reservas de gas empiezan a bajar. En esta tesitura, los Veintisiete examinarán la advertencia de la Comisión de revisar los objetivos voluntarios de reducción de consumo -un 15% en general, en España un 7%- si se ve que son insuficientes". 

Ante la posibilidad de que algún país tenga problemas de abastecimiento y la evidencia de que el compromiso de hace unos meses de que países vecinos firmarían acuerdos para ayudarse en este caso no ha sido suficiente -porque solo se han firmado seis pactos-, la Comisión propone también normas para socorrer "por defecto" a un país desabastecido cuando no haya acuerdo con sus vecinos, incluyendo a países a los que el gas llegue en estado licuado, en metaneros, como sería el caso de España.

La decisión unilateral de Alemania de insuflar 200.000 millones de euros para ayudar a sectores y hogares afectados por los altos precios de la electricidad ha provocado un malestar indisimulado en Bruselas y en otros Estados miembros, también en España. Sus gobiernos temen que se imponga la tesis de ayudar a los ciudadanos en función de lo que cada uno pueda pagar y piden "unidad" en las medidas. La Comisión intenta coser ese roto proponiendo a los Estados miembros "redirigir" 40.000 millones de euros de los fondos de cohesión para ayudar a ciudadanos y pymes. También lo analizarán los líderes en una reunión en la que, no en vano, el presidente del Consejo de la UE ha modificado el orden del día para aunar en un único debate la crisis energética y sus consecuencias económicas así como las medidas que puedan paliarlas.

Reunión clave

Fuentes diplomáticas apuntan que la reunión de este jueves y viernes en Bruselas es realmente clave en materia de energía y creen que todo apunta a que podrá llegarse a un acuerdo sobre el límite dinámico de precios, con cuestiones técnicas que puedan pulir los ministros de Energía días después. Sin embargo, como suele ocurrir en las cumbres más importantes, aún no está todo dicho. Por ejemplo, el primer ministro húngaro, Víktor Orban, que manifestaba este miércoles en redes sociales su oposición a la propuesta de compras conjuntas de gas. "Me recuerda a cuando compramos vacunas [contra la Covid] juntos. Lento y caro. Espero un gran debate en el Consejo Europeo", tuiteaba un día antes del arranque, este jueves.

Ante la expectativa de que este jueves pueda haber un acuerdo para limitar de algún modo el precio del gas, países como España han ido mudando desde el rechazo a la propuesta de la Comisión por estar "muy debajo de las expectativas", tal y como la recibió este martes la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a destacar que por lo menos apuesta por activar de una vez las compras conjuntas y por crear un índice distinto al distorsionado TTF para el gas natural licuado del que España es uno de los principales receptores de la UE.

Reforma del mercado y 'excepción ibérica'

El Gobierno español no está conforme con la propuesta de la Comisión, pero juega la baza de la diplomacia en la que no gana nada si el presidente, Pedro Sánchez, se presenta este jueves en Bruselas con un 'no' por toda posición, que podría agraviar a Alemania, con la que está construyendo una relación que puede beneficiar a España en otras cuestiones y cuando los dos puntos verdaderamente importantes para el gobierno español son dos que no aparecen en la propuesta de reglamento de la Comisión, que debería derivar en leyes de aplicación en el corto plazo, aunque previsiblemente saldrán en el Plenario de los jefes de Estado y de Gobierno este jueves.

Ribera censura la propuesta de Bruselas que descarta limitar el precio del gas en toda la UE por estar "muy por debajo de las expectativas"

Una es la reforma del mercado eléctrico, que Von der Leyen ha puesto en la agenda para principios de 2023 y que podría conducir a desacoplar por fin el precio del gas de la formación del precio de la electricidad, el 'pecado original' que explica la situación a la que ha abocado el precio disparado del gas y que España empezó a pedir el año pasado, en un momento en el que nadie escuchaba.

La otra cuestión es la herramienta que, hasta que se reforma el mercado, ha hecho que España y Portugal la electricidad esté más barata que en otros países de la UE. Se trata de la 'excepción ibérica' que otros Estados miembros piden para sí. Países como Francia o Bélgica reclaman aplicarla también. Bruselas descarta ampliarla a toda la UE y el Gobierno español le da la razón en que no funcionaría en países con poca renovable y mucho consumo de gas, aunque Madrid añade que aun sin estas condiciones nadie pierde limitando el precio del gas para generar electricidad. Este martes Von der Leyen la consideró un "proyecto piloto" que, dijo, "merece ser estudiado" y es previsible que algunos líderes susciten la cuestión en el debate de este jueves. En España, se apunta a que quizá pudiera haber una decisión de ampliar hacia finales de año.