Entrevista

Sonsoles Ónega: "Que el programa lleve mi nombre me hace aún más responsable"

Sonsoles Ónega, en la presentación de 'Y Ahora Sonsoles'.
Sonsoles Ónega, en la presentación de 'Y Ahora Sonsoles'.
M. V.
Sonsoles Ónega, en la presentación de 'Y Ahora Sonsoles'.

La periodista y presentadora Sonsoles Ónega ha debutado en Antena 3 el pasado lunes con su magacín de tarde Y ahora Sonsoles (19.00 h), un espacio que estrena después del salto de la profesional de Mediaset a la cadena de Atresmedia. El carisma y la experiencia la acompañan en este nuevo proyecto en el que quiere sumarse "a los temas que se hablen en la calle". 

Entre los colaboradores hay periodistas, escritores, filósofos, empresarios o especialistas en crónica social y el formato cuenta con un gran plató con público con distintos espacios para secciones, colaboradores y entrevistas, además de con un equipo de reporteros a pie de calle para contar en directo todo lo que le interesa a los espectadores.

¿Siente la responsabilidad del que el programa lleve su nombre?Toda la del mundo y más. Que lleve ese nombre te hace aún más responsable, sobre todo de lo malo, porque si va bien te gusta un poco más. Pero luego lo piensas y te das cuenta de que da igual, porque te vas a responsabilizar del programa desde que empieza hasta que acaba lleve o no tu nombre en el título. En este caso fue una decisión de la cadena contra la que no cabía recurso ni apelación (risas). Me tendré que acostumbrar a autocitarme, aunque no sé si lo conseguiré, estoy buscando la manera de referirme al programa sin pasar por mí.

Sin embargo, hay un buen plantel de colaboradores y de equipo…Es que se podía haber llamado ‘Y ahora con Sonsoles’. Es un programa que va a ser muy coral, aunque sea una expresión manida. Me van a acompañar en el plató una serie de colaboradores que espero que sorprendan en la pantalla. El programa va a conjugar veteranía con caras muy nuevas de gente que nunca ha hecho tele y de gente que tiene cosas que decir interesantes y cuyas opiniones nos parecen valiosas y que se van a incorporar como colaboradores en los distintos momentos del programa. Va a haber también compañeros de la redacción que van a estar en el plató con sus propias secciones. Y arriba, en la redacción, el equipo del programa tiene un músculo muy fresco, muy joven y con muchas ganas que te acaban contagiando, porque al final casi soy la veterana del equipo, aunque hay alguno que me supera… de las mayorcitas.

En el plató hay dos gradas de público…El elemento del público me gusta mucho porque ya sé que no supone una innovación para un magazín, pero nunca había trabajado con público y la experiencia está siendo muy chula, le da calidez al programa y a mí me sirve como termómetro, estoy todo el rato mirando a ver cómo reaccionan a los asuntos.

Uno de sus objetivos es estar pegados a los temas de la calle, ¿cómo hace usted para estar al tanto de lo que habla la gente en los bares, en la peluquería…?Pues yendo a la pelu, yendo a los bares… (risas). Ese es el gran reto: acertar con la selección de los temas y la selección del contenido. Esa pregunta de ¿de qué habla España esta mañana? Nos la estamos haciendo ya cuando hacemos las escaletas. Acertar es difícil, pero lo que es indudable es que el espectador no es tonto y que va a compartir contigo todo lo que tú le provoques. Ojalá marquemos agenda, les ofreceremos contenidos y el espectador lo va a recoger y vamos a compartir las emociones con ellos. Espero que mantengamos una conversación viva con los espectadores.
Me gustaría que hubiera más participación de la gente durante el programa, todo se andará, es una idea que tenemos aquí para más adelante.

¿Qué echa en falta de su etapa de reportera?Si hay una cosa que hecho de menos de no estar en la calle es escuchar a la calle. A veces cuando te metes en un plató desapareces de la calle y es un ejercicio que hay que mantener vivo todo lo que puedas. Te falta tiempo, indudablemente, ahora estoy aquí metida todo el día (risas) y el contacto con la calle el periodista no lo debe perder y haciendo un programa con más motivo.

¿Cuando se es una persona conocida es más difícil mantener ese contacto?Ya no voy a los bares a bailar hasta altas horas de la noche… (risas) es broma. Condiciona algunas rutinas de ocio, pero no tanto. La gente es muy cariñosa y siempre lo han sido por la calle. Si me quito el flequillo no me reconoce nadie, pero si lo hacen y se acercan y te cuentan algo seguro que es enriquecedor, porque la gente suele acertar con lo que dice.

Ya está acostumbrada, entonces...Creo que le molesta más a mis niños, que a veces me llaman pesada y me preguntan que por qué me paro con ese señor o señora. Y les digo que porque hay que ser amable, que mamá hace cosas para la gente, no solo en la tele, también con la literatura. Los libros, decía la gente veterana de Planeta, se venden uno a uno y los espectadores se ganan uno a uno.

Es un programa en directo, ¿se aprende a pensar antes de hablar o es mejor ser espontáneo?Yo tengo el problema de que a veces me puede la impulsividad y digo cosas inconvenientes, pero con la experiencia acabas equilibrando la cabeza con el impulso y la prudencia. A veces lo que tú piensas puede herir alguna sensibilidad y en la medida de lo posible debes evitarlo, porque hablas para todos y para todas las sensibilidades.

O sea, que se moja…Nunca he dejado de dar mi opinión, nunca, ni me he reprimido al decir algo, al revés, a veces peco de hablar demasiado. Los pilotos que estamos haciendo a veces los escucho y pienso “¿por qué no te callas un poco y dejas que hablen los demás?”.

Ha cambiado de trabajo. En el mundo anglosajón es muy común cambiar de trabajo, aquí nos cuesta más… ¿hay que perder el miedo a cambiar de trabajo?Es verdad… la movilidad laboral voluntaria en este país es casi nula, es un hecho. Creo que yo soy muy fiel a las empresas en las que trabajo, ocho años en Prisa, 14 en Mediaset… hay matrimonios que duran menos.
Pero sí, hay que perder ese miedo a moverse. A lo mejor es porque vengo de una familia en la que mi padre se movió un montón y tengo recuerdos de eso, de él cambiando de medio muy a menudo. Me he criado en ese ambiente de movilidad laboral en el mismo medio en el que ahora estoy. Nos movemos poco y no sé por qué, deberíamos movernos más.

¿Habrá una competencia sana entre cadenas en su horario?Es que no cuento con otra cosa que una competencia sana. Aquí no he escuchado nada que lleve a pensar otra cosas. Ni siquiera me han puesto objetivo de dato. Y en el otro lado igual. Tiene que haber espacio para todos y lo hay, así que todos podemos estar bien. 

¿Cómo lleva su próxima novela?Pues sigue en revisión (risas). Ahora lo tengo parado, porque estoy centrada en el programa. Estoy trabajando en rehacer una buena parte de lo que tenía escrito antes de embarcarme en el programa. Sin prisa, pero sin pausa, porque nadie me presiona mucho, así que no conozco la tensión de tener que entregar. La literatura forma parte de una parte importantísima de mi carrera profesional, casi un 50%, aunque ahora la tenga… no abandonada, sino en espera. Pero está presente todo el rato.

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