En su libro reflexiona sobre las emociones, las relaciones y el paso del tiempo. Pero, ¿qué pueden encontrar los lectores más allá de esto?
Es una novela que hace un homenaje a la amistad y al poder de pertenencia. Y también evoca a los primeros veranos, cuando creíamos que la existencia era eterna. Tiene ese espíritu de carpe diem, de recuperar, porque a veces quieres detener la vida, pero el tiempo no para.

Belén, la protagonista, padece alexitimia: no puede identificar ni describir las emociones. ¿Cómo ha sido meterse su cabeza?Ella tiene alexitimia por la muerte de su hermano. La incapaz de sentir puede derivar de un trauma. Ella lo trata durante un tiempo y lo único que le queda es la incapacidad de enamorarse. A Belén la entiendes mucho más a medida que avanza la novela, porque al principio es fría, distante…

En el libro aborda que todo el mundo tiene un pasado, y que este puede condicionar la forma de entender la vida de una persona. Nadie mira la realidad de la misma forma...Sí, porque creo que todo tiene un porqué. Nuestras acciones y la forma en la que sentimos provienen del laberinto emocional que llevamos dentro, y también de esas teclas de piano que dependen de lo que vivimos en nuestra infancia.

Dice que "nunca es tarde para recuperar una verdadera amistad". ¿Por qué vale tanto la pena?Porque la verdadera amistad se define por su incondicionalidad. Y también por la aceptación de la esencia de cada uno. En las verdaderas amistades te sientes como en casa, y es importante saber cuánto puede afectar el paso del tiempo, vivir experiencias, compartir… Vale la pena cuidarlas, porque pueden darte mucho.

¿Y cuándo una amistad deja de ser 'tribu'?Cuando ya no hay nada que decirse. A veces vivimos más del recuerdo que del presente, y las amistades no tienen que ser eternas. Hay tribus que llegan en un momento de tu vida y después hay que soltarlas, porque pesan. 

Qué duro...Yo creo que siempre hay que confiar en lo que te diga el corazón, y dejarse llevar más por él que por la mente. La medicina china bautiza al corazón como el gran emperador. Me parece una metáfora muy bonita. Lo que pasa es que a veces el miedo que construimos desde la mente nos hace creer que si seguimos al corazón saldremos muy heridos, pero eso es mentira, porque él es nuestra fuerza. Cuando te deja de latir una persona es cuando hay que irse, pero eso depende de cada uno. 

Adrián leyó durante casi toda su existencia la misma frase en un vaso: "La vida empieza a los 40". ¿Está de acuerdo?Yo creo que sí, sobre todo porque te planteas que puedes estar llegando al ecuador de tu vida. Entonces echas la vista atrás y dices 'ostras... a ver qué pasa’. 

Al respecto de esto, usted escribió esta frase en Instagram: "Cuánto tiempo me ha costado mirarme. ¡Media vida!".La vida, desde luego, es una evolución con uno mismo. Y las soluciones no están fuera, sino dentro de ti. Entonces, sentir que voy creciendo y me voy quitando capas de cebolla, miedos… me permite hacer nuevos viajes. 

¿Recuerda un momento concreto en el que se dijera 'tengo que romper'?
¡Muchos! Metafóricamente, hay que morir muchas veces para vivir intensamente.

En 2020 fue nombrada finalista del Premio Planeta por Un océano para llegar a ti. ¿Esto le ha hecho sentir presionada?No he sentido presión, fíjate. El premio Planeta te puede cambiar la vida, pero si me manejara por la ambición de ganar creo que no sería capaz de escribir una línea. Siempre me pasa lo mismo: siempre me pongo nerviosa cuando acabo la novela. No sé si va a gustar, cómo va a ser recibida… Pero durante el proceso me meto profundamente en la escritura y no hay nada más.

Paralelamente a su trabajo como escritora, trabaja en televisión. Ha presentado la nueva edición de La isla de las tentaciones. ¿Por qué las parejas se rinden tan rápido en su objetivo de salvar sus relaciones?El amor es tan frágil y tan fuerte a la vez… Una amiga mía que es psicóloga dice que las parejas son iguales que las plantas. Cada una es distinta y tienes que saber qué es lo que necesita en cada momento: luz, que la riegues cada día… Si miráramos el amor desde ahí y no como algo estático, probablemente duraría más. Entendemos el concepto de pareja o de amor en analógico y vivimos en una sociedad digital. Hay relaciones que no encajan y que se vuelven frágiles, se rompen.

¿Es complicado compaginar su labor en la televisión con la literatura?
No te creas. Al final solo hago un programa televisivo a la semana, como mucho dos. Y escribir es una necesidad. Hay gente que medita… pues yo escribo.

¿Escribe sobre sus pensamientos?
Diario no escribo, pero tengo una libreta que me regalaron donde pongo todas las cosas buenas que me ocurren en mi día a día. Me viene muy bien usarla. Es una especie de cuaderno de agradecimiento.

En este momento de su vida, ¿persigue algún propósito?Estoy en el proceso de evolucionar y aceptar todo lo que me pasa en la vida, tanto lo bueno como lo malo, esas cosas que tengo que encajar. Quiero ser capaz de mantener una vida plena y equilibrada, echar la vista atrás y seguir sintiéndome satisfecha con lo que he hecho y las decisiones que he tomado, aunque a veces haya sido difícil. Estoy en una etapa de recoger lo sembrado... disfrutándolo, agradeciéndolo.