Junts Per Catalunya comienza a votar si sale o no del Govern en plena batalla interna

  • La presidenta, Laura Borràs, pide votar abandonar el Govern por "coherencia" y "responsabilidad"
  • ​El secretario general, Jordi Turull, no se posiciona para mantener la "cohesión de este proyecto colectivo"
Turull, Puigneró y Borràs llegando a la sede de Junts.
Turull, Puigneró y Borràs llegando a la sede de Junts.
ACN
Turull, Puigneró y Borràs llegando a la sede de Junts.

Las dos almas que recurrentemente se dice que hay dentro de Junts se están manifestando de forma evidente en la consulta para decidir si la formación independentista sigue o abandona el Govern de la Generalitat. Cuando se anunció la pregunta el pasado lunes, se dijo que no habría campaña, pero inmediatamente se abrió la veda para intentar convencer a unos y a otros de la postura a tomar.

Esas dos maneras de ver la política que coexisten en Junts, se reflejaron en el último congreso de la formación antes del verano, cuando tuvieron que repartirse el poder entre Laura Borràs y Jordi Turull, como presidenta y secretario general respectivamente. Ahora, con esta consulta, vuelven las divergencias y Laura Borràs apuesta explícitamente por abandonar el gobierno, mientras que Jordi Turull no quiere hacer pública su posición para mantenerse neutral, pero su entorno, del que forman parte la mayoría de consellers en el Govern, se muestran abiertamente a favor de permanecer en el ejecutivo de Aragonès.

Peligro de ruptura

Esa dicotomía existente en el seno de Junts, es algo que preocupa especialmente a Jordi Turull, y uno de sus principales objetivos es que el partido no se rompa por culpa de las posiciones encontradas de sus militantes ante esta consulta tan trascendental. Ayer mismo, el secretario general abogó por «continuar haciendo crecer Junts» con «independencia de la posición» que se tomase en esta cuestión.

Ante la llamada de la organización de la consulta a que los cargos no hiciesen pública su postura e influyesen en los militantes, Jordi Turull afirmó ayer que «pongo la neutralidad reclamada por la Sindicatura Electoral al servicio de la cohesión y el fortalecimiento de este gran proyecto colectivo que es Junts».

Por contra, la presidenta, Laura Borràs, nada más solicitarse la neutralidad hizo un tuit con un poema de Montserrat Abelló titulado Aprendo a Decir que No. Posteriormente, por la tarde, lanzó un tuit explícito en el que afirmaba que votaría en contra de permanecer en el Govern como un «acto de coherencia» y «responsabilidad». No era preciso que fuese tan clara porque el martes se despachó a gusto con calificativos como «Govern de colisión» o «fraudulento», con los que se podía deducir fácilmente su posición.

Fuego cruzado

Sin embargo, uno de los primeros en abrir el fuego del posicionamiento fue el conseller de Economía, Jaume Giró, que el mismo martes aseguró que «lo que más me preocupa es la estabilidad del gobierno para disponer de buenos presupuestos este invierno», y después apeló al pragmatismo para abogar por permanecer en el ejecutivo.

Tras la celebración del Consell Executiu del martes, se pudo saber que los consellers de Junts estaban a favor de seguir en el Govern. Todos menos la de Universitats, Gemma Geis, que aseguró que «si no cumplimos los pactos y no los defendemos en Madrid, no me veo capaz de seguir como consellera».

Dentro del partido el goteo de posiciones empezó a ser constante. Miembros de la ejecutiva o diputados del peso de Josep Rius, Jaume Alonso Cuevillas, Francesc de Dalmases o Aurora Madaula, se posicionaron abiertamente hacia el NO. David Saldoni o Josep Rull apostaron por el SÍ.

El pasado opina

Mientras, el ex-presidente, Carles Puigdemont se posicionaba ambiguamente hacia la ruptura, el otro ex-presidente, Artur Mas, se inclinaba hacia la continuidad. El ex-alcalde Trías creía que se estaba «cometiendo un gran error» solo con plantear la salida del ejecutivo. El ex-secretario general, Jordi Sánchez, señaló que «desde fuera, los acuerdos aún serán menos realidad».

La agrupación de Junts del Maresme y la totalidad del los regidores del Ajuntament de Barcelona se mostraron favorables a la continuidad.

Mientras, militantes más anónimos tuiteaban mensajes como “O paguita o dignidad. Esta es la pregunta”.

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