Zelenski aprovecha el contrataque de sus tropas para presionar a Putin y cerrar la puerta a cualquier negociación con él

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, firma un decreto.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, firma un decreto.
EP
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, firma un decreto.

"Declarar la imposibilidad de mantener negociaciones con el presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin". Esa es la frase principal de un decreto firmado por Volodimir Zelenski para cerrar la puerta del todo a una negociación a corto plazo. Y el presidente ucraniano lo aclara: Kiev está dispuesta a negociar con Rusia, pero no con Putin, cabeza pensante y ejecutor de una invasión que ya sobrepasa los siete meses entre contraataques ucranianos en el este y una movilización parcial que Moscú acelera para mantener el tipo.

Zelenski apuesta por seguir endureciendo las medidas de control y presión sobre Rusia con un documento en el que, además, rechaza evidentemente de plano las anexiones ilegales de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia. En cierto modo, el Gobierno ucraniano lo fía casi todo a que la presión interna haga ceder a Putin, algo que de momento no está cerca. Desde Moscú, eso sí, no tardaron en reaccionar a la firma de Zelenski y el portavoz Dmitri Peskov sostuvo que Putin espera "un cambio de posición" de Kiev. Si no llega, añadió, Rusia "esperará a la llegada de un nuevo presidente que tenga otra postura".

Además, el Gobierno ucraniano ha firmado otro decreto en el que declara "nulas" las anexiones aprobadas por Putin. En ese punto recoge que Ucrania tiene "el derecho soberano" sobre las cuatro regiones y recuerda que la independencia de Ucrania en 1991 ya reflejó que se trataba de un país "indivisible e inviolable". Zelenski ha apelado también al Derecho Internacional, en la misma medida en que también ha recurrido a él para poner en cuestión la legitimidad de los referéndums orquestados por las autoridades rusas

Sobre el terreno, las Fuerzas Armadas de Ucrania siguen tratando de romper las líneas de defensa rusas en el área de la localidad de Kreminna, en la región oriental de Lugansk. "Después de que tuviéramos que abandonar Lymán, nuestros militares se atrincheraron en las afueras de Kreminna y la situación está bastante caliente allí", reconocieron las autoridades prorrusas. "El enemigo no deja de intentar romper nuestras defensas, pero nuestros héroes están haciendo frente a estos intentos en estos momentos".

No obstante, las fuerzas prorrusas avisaron de que que han frenado en algunas partes el avance ucraniano en estas dos provincias parcialmente ocupadas y anexionadas por Rusia. Dicen, de hecho, que tanto Jersón como Lugansk siguen bajo el control de Moscú, incluso pese a que algunas fuentes ya avisan de que el avance ucraniano está siendo el más potente desde el inicio del conflicto y que podría rozar incluso los 40 kilómetros de terreno recuperado.

Ya van 200.000 movilizados por Moscú

Para tratar de controlar una situación que se le ha vuelto en contra Putin sigue acelerando el reclutamiento de efectivos. Así, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha afirmado este martes que más de 200.000 personas han sido reclutadas hasta la fecha en el marco de la "movilización parcial" decretada el 21 de septiembre. "El entrenamiento del personal de las unidades creadas se está llevando a cabo en 80 instalaciones de entrenamiento", ha detallado, al tiempo que ha indicado que "un gran número de voluntarios" se han presentado igualmente ante las Fuerzas Armadas para participar en la ofensiva.

En este sentido, Shoigu ha defendido que "es extremadamente importante analizar cuidadosamente cada postulación" y "no rechazar a nadie, a menos que haya motivos serios para ello", según ha recogido la agencia rusa de noticias TASS. Putin ha insistido en que tomará "las medidas necesarias y urgentes para proteger la soberanía, la seguridad y la integridad territorial de Rusia".

Por otro lado, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha confirmado abiertamente que su Gobierno sí participa en la ofensiva militar lanzada por Rusia sobre Ucrania, después de meses en los que se ha esforzado por matizar su grado de vinculación con la invasión. El mandatario ha subrayado que "no hay ninguna emergencia" que afecte a Bielorrusia, pero sí ha dejado claro que está del lado de Rusia en lo que también él ha descrito como una "operación militar especial".

"Participamos en ella. No lo escondemos. Pero no hemos matado a nadie, no hemos enviado militares a ninguna parte", ha argumentado Lukashenko, que ha aludido a una implicación "limitada", únicamente para "impedir que el conflicto se extienda a territorio bielorruso" o para prevenir un posible ataque desde Polonia, Lituania y Letonia, esgrimió. Asimismo, acusó a Occidente de mantener "una actitud cínica" y atacó a Estados Unidos por, dijo, "intentar deshacerse de Rusia".

A ese relato también se sumó el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, quien apuntó que la "mayoría" de los países dan la razón a Rusia por haber reconocido los resultados de los referéndums ilegales en los cuatro territorios ucranianos, pero que no se atreven a decirlo, ignorando así la condena de la práctica totalidad de la comunidad internacional. "Una mayoría aplastante de países -y se lo garantizo- entiende perfectamente que nos asiste la razón", señaló en el pleno del Senado. Y mantuvo ese argumento incluso pese a que prácticamente toda la comunidad internacional, incluidos socios tradicionales como China, la India, Kazajistán, Azerbaiyán, Turquía o Serbia, no reconocerán la anexión.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento