Telecinco emitió este miércoles 14 de septiembre una nueva entrega de Pesadilla en el paraíso prescindiendo del directo que sirvió para comprender un poco más la mecánica del formato.

La relación de Gloria Camila y Pipi Estrada no comenzó bien desde el inicio de Pesadilla en El Paraíso. El periodista intentó hablar de Ortega Cano en diferentes ocasiones y eso es algo que su hija no pasa por alto.

Una vez más, Pipi encontró el momento de hablar de Gloria y su familia. Eso sí, en lo que creía que era una conversación íntima entre compañeros. Hablaba con Xavi y con Israel sobre la separación del torero y su mujer: "Hay conflicto", comentó.

Además, compartió con ellos el que él cree que es motivo de la enemistad entre Ana María y Gloria Camila: "Ana María va a Supervivientes y al volver se le abren otras puertas. Cuando entró en Viva la vida hubo confrontación, se produjeron celos profesionales”.

Isra escuchó atento a Pipi y le hizo diferentes preguntas sobre el tema. Pasado un tiempo, decidió acudir a Gloria y contarle todo el contenido de la conversación: "Pipi se ha llevado 20 minutos hablando del conflicto tuyo con Ana María".

Como era de esperar, la hija de Ortega no ha dudó en dirigirse a Pipi para dejarle las cosas claras: "Mientras que tú dedicas tu tiempo a hablar de las polémicas familiares que yo tengo, yo he estado currando en la prueba semanal. Mientras que tú te tocas los huevos, yo estoy trabajando", comenzó.

"A ver si hablas más de tu vida y dejas la de mi familia. Deja de tocarme los cojones, solo te digo eso", dijo bastante tajante, e insistió: “¿Hablo yo de tus movidas con las Campos? ¿Hablo yo de tu vida? ¿De tus movidas con tu hija? No, porque no me tiene que importar. Pues tú igual".

Gloria salió de la habitación para ir al baño pero, lejos de que el asunto se calmara, ambos volvieron a las andadas cuando coincidieron de nuevo en la habitación: "Espero, Pipi, que no me dirijas la palabra a partir de ahora", aseveró.

Después de sus continuos enfrentamientos con el periodista, Gloria lloró desconsolada y buscando el refugio en algunos de sus compañeros: "Lloro de impotencia", le dijo a Daniela.

Steisy también acudió para darle su consuelo: "Tengo que llorar para relajarme y luego seguir. Yo solo doy la cara por defender a mi padre. Mi padre queda como si fuese un mal marido, un mal padre, mala persona... y no es así".