Francia rectifica y se abre ahora a examinar la propuesta de Alemania y España sobre el gasoducto MidCat

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante la recepción a los jefes de Estado.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante la recepción a los jefes de Estado.
JUANJO MARTÍN / EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al presidente francés, Emmanuel Macron, durante la recepción a los jefes de Estado.

Nuevo giro derivado de una crisis energética sin precedentes en Europa. Francia, que se ha opuesto hasta ahora al proyecto de un nuevo gasoducto con España, va a examinar esa posibilidad porque se lo piden el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que son "amigos". Este es el anuncio hecho este martes por el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, que en declaraciones a la prensa no fue más allá cuando se le preguntó tras su intervención ante la universidad de verano de la patronal francesa (Medef) en París. El MidCat, aunque todavía lejos, parece estar un poco más cerca.

"Desde el momento en que el presidente del Gobierno español y el canciller alemán lo piden, desde que los amigos lo piden, examinamos la demanda de nuestros amigos, de nuestros socios", señaló. "España y Alemania -reiteró Le Maire- son socios muy próximos de Francia, de forma que cuando hacen una propuesta la examinamos". Ambos gobiernos reiteraron esa posición en Berlín.

El ministro francés recordó igualmente que este proyecto de infraestructura "es una cuestión muy antigua". De hecho, los dos países trabajaron en el pasado en la posibilidad de construir un gasoducto entre los dos países por Cataluña (MidCat) que se añadiría a los dos que hay en la parte occidental, pero se abandonó en 2019.

Y es que el proyecto ha derivado en una crisis con varios bandos en las últimas semanas. España lo impulsa porque está en una posición estratégica ventajosa, Alemania sabe que lo necesita para deshacerse en parte de la dependencia rusa y Bruselas lo bendice como una idea que ayuda a ganar en soberanía energética. Francia, en cambio, siempre ha hecho oídos sordos porque su camino es el de la nuclear. Pero la invasión rusa de Ucrania se cierne como un elemento de presión sobre París.

Unos 370 millones de euros. Ese es el precio de la parte española de un gasoducto que se puso sobre la mesa en el 2015 para conectar España -y transportar el gas argelino- con el resto de la UE a través de Francia. En 2019 el regulador galo paralizó el proyecto y París siempre ha hecho oídos sordos sobre él. En la hoja de ruta la previsión era que estuviera finalizado en 2022. La capacidad, si se suman gas e hidrógeno verde, sería de 7.000 millones de metros cúbicos. Moncloa, eso sí, exige que esté financiado por la UE, y puede estarlo a través de los IPCI (proyectos importantes de interés común europeo).

El Ministerio francés de la Transición Energética señaló hace dos semanas sus fuertes reticencias a este nuevo gasoducto, a pesar de las declaraciones de varios responsables europeos a favor de la infraestructura en el contexto de la situación de precios de la energía históricamente altos debido a la invasión rusa de Ucrania.

El canciller alemán, Olaf Scholz, subrayó este martes el "apoyo total" de su Gobierno al MidCat como solución "a largo plazo" al suministro europeo de gas. La "seguridad de los suministros es parte de la seguridad nacional, alemana y europea", afirmó Scholz durante una comparecencia con Sánchez, invitado a participar en el inicio del Consejo de Ministros alemán extraordinario de dos días que celebra en Meseberg, a las afueras de Berlín.

Las tornas han cambiado. Si en la crisis económica del 2008 fue el sur el que dependió de los designios del norte, ahora sucede al revés. Berlín, Amsterdam o Copenhague miran a los vecinos meridionales y les ponen ya el cartel de salvadores. En ese escenario gana peso la importancia de España, que es el país de Europa con más capacidad de almacenamiento de gas y también con más capacidad de regasificación (el gas llega en barcos en estado líquido y en las plantas se gasifica). Cuenta con siete plantas para ello, a las que hay que sumar otra en Portugal. Así, España cuenta con el 35% de la capacidad de almacenamiento de gas de la UE (y Reino Unido).

Mostrar comentarios

Códigos Descuento