¿Se enfrenta la Unión Europea a una refundación?No diría necesariamente que estamos ante una refundación… Quizás ante una revigorización de nuestro proyecto de democracia y paz, algo que definitivamente necesitaba. Estamos ante una coyuntura crucial y debemos seguir escuchando las voces de los ciudadanos, mantenerlos comprometidos y ofrecer la ayuda que buscan. Hemos demostrado tanto con los retos de la pandemia del covid como con la agresión rusa que podemos ser flexibles. La Comisión Europea es ágil para proteger y promover los intereses de nuestros ciudadanos. Además, hemos demostrado un nivel de unidad sin precedentes tanto en la Unión Europa como con nuestros socios internacionales.

¿Qué conclusiones saca del Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE)? ¿Ha cumplido las expectativas?Creo que en un futuro miraremos hacia atrás y veremos una Europa previa y una posterior a la conferencia. Este ejercicio ha creado un impulso para volver a conectar con los ciudadanos y aprovechar algunas de las innovaciones que hemos introducido para hacer frente a la pandemia y a la invasión rusa de Ucrania. A través de la CoFoE hemos creado un espacio de debate libre para la deliberación, algo que contrasta con la agresión militar del Kremlin, que es la antítesis de la democracia.

¿Cree que la invasión ha difuminado un poco la conferencia?Creo que no. De hecho, diría que, a pesar de las terribles circunstancias, ha ocurrido todo lo contrario. Nos sentimos alentados por la efusiva solidaridad de todos los Estados miembros y estoy realmente agradecida a las autoridades y a la sociedad civil por su generoso y rápido apoyo a los refugiados ucranianos. Esto nos demuestra que esta guerra ha reforzado la unidad y la solidaridad de la democracia europea. En la sesión plenaria de principios de marzo en Dublín se produjo un minuto de silencio por las víctimas de esta terrible guerra; y fue una petición de los propios ciudadanos. La guerra contra Ucrania nos ha recordado de nuevo lo preciosa que es la democracia y que no podemos darla por sentada. Por eso, en estas circunstancias, la conferencia era más importante y necesaria que nunca.

Algunas de las propuestas que se han hecho exigen una reforma de los Tratados. ¿Está la UE preparada para afrontar este debate?Hemos visto como incluso en medio de esta pandemia o guerra, Europa ha sido capaz de cumplir en áreas que no están explícitamente previstas en los Tratados de la UE. Dos ejemplos son la producción de miles de millones de vacunas y la reactivación de la economía a través de los Fondos Next Generation de Recuperación y Resiliencia. Europa podría desempeñar un papel más importante, por ejemplo en sanidad, en defensa y en algunos ámbitos clave. La votación por unanimidad no tiene sentido y tenemos que ser capaces de avanzar más rápido. En este aspecto, el Parlamento Europeo está en el camino de solicitar un cambio de Tratado y esperemos que el Consejo, es decir, los 27 Estados miembros, se alinee en este punto también. No nos escondemos, estamos del lado de los que quieren reformar la Unión Europea.

En su opinión, ¿cómo debería ser la UE del futuro?La Unión Europea del futuro debería estar preparada para apoyar a los ciudadanos y que los sitúe en el centro de todo lo que hacemos. Los ciudadanos no quieren esperar cinco años a que se celebren elecciones para dar su opinión, sino tener los medios para contribuir siempre. Como resultado de esta conferencia, estamos convencidos de que la democracia deliberativa es una herramienta cada vez más importante para fortalecer y complementar la democracia representativa. Esto incluye a nuestros jóvenes. ¿Cómo podemos hablar del futuro en el que vivirán estos jóvenes sin contar con ellos? Por eso queríamos que un tercio de los ciudadanos de la CoFoE fueran jóvenes de 16 a 25 años. Por empleo, los Fondos de Recuperación y Resiliencia se devolverá en 2059, así que estamos preparando esta Europa para ellos y tenemos que incluirlos: nosotros con el conocimiento y la experiencia y ellos con las nuevas ideas y la creatividad. Ha sido un ejercicio muy inclusivo, abierto y transparente. La Europa del futuro debe ser mejor que la Europa del presente.

Una de las críticas que se hacen a la UE es que está alejada de los ciudadanos. ¿Se está corrigiendo esta distancia?Es cierto que hay una brecha y queremos que se reduzca. Tanto el proceso como el resultado de la CoFoE tienen un impacto positivo en este sentido. De hecho este era su objetivo final. No queremos que perciban a Bruselas como una burbuja inaccesible, porque no lo somos. Con la organización de todos estos paneles de ciudadanos a nivel local, regional, nacional y europeo, tratamos de demostrar que queremos acercarnos a nuestros ciudadanos y que participen en la elaboración de políticas para el futuro. Para tratar de reducir esa brecha, nos comprometemos a crear paneles de ciudadanos para deliberar y hacer aportaciones sobre las propuestas clave. También estableceremos un nuevo punto de encuentro online, algo similar a una plataforma digital multilingüe, porque nos hemos dado cuenta de que es muy importante.

Desde su posición en la Comisión Europea ha vivido una pandemia y ahora una guerra, ¿qué lecciones extrae de estos años?Creo que esta crisis nos ha mostrado lo eficaz que podemos ser cuando estamos juntos y trabajamos con imaginación y flexibilidad. En la pandemia adoptamos un enfoque imaginativo para trabajar dentro de los Tratados y dar una respuesta eficaz. Algo que habría sido mucho más difícil si los Estados miembros se hubieran visto obligados a actuar por su cuenta. Nunca habríamos descubierto la vacuna para el covid si cada uno lo hubiera hecho individualmente. En cuanto a la guerra, la unidad tanto dentro de la Unión Europea como con nuestros socios internacionales fue enorme, sin precedentes, y ciertamente fue subestimada por el Kremlin. En un espacio de tiempo extremadamente corto hemos aprobado seis paquetes de sanciones que están funcionando para que el Gobierno ruso pague el máximo precio por esta agresión. Otra lección que se ha visto reforzada es que las democracias requieren atención y cuidados, y que no podemos seguir actuando como se ha hecho hasta ahora.

Otra cuestión que se ha abordado en el marco de la CoFoE es la ampliación de la UE. ¿Cree que un bloque de 30 o 32 Estados es viable ahora mismo?Hay que recordar que la adhesión a la Unión Europea es la culminación de un largo proceso de adaptación y reforma. El último país que logró en 2013 ingresar en la Unión es testigo de ello. Los que aspiran a entrar son bienvenidos, pero también reconocen que tienen que cumplir este proceso, que suele ser largo y complejo. Por supuesto, nos encontramos en una coyuntura particular dada la situación geopolítica. Hemos dado un mensaje muy fuerte al atribuir el estatus de candidato a Ucrania y Moldavia, así como el estatus de candidato condicional a Georgia. También tenemos candidatos y aspirantes a candidatos en los Balcanes occidentales. Estos caminos hacia la adhesión a la UE demuestran que, en contra de lo que quiere Putin, el sueño de Europa está muy vivo.

En este sentido, una propuesta que se ha lanzado es la de una Comunidad Política que incluya a los aspirantes a entrar en la UE.La idea es muy interesante, pero hay que tener claro lo que implicaría. Personalmente no me consta que se haya puesto sobre la mesa ningún plan o proyecto específico, así que debemos esperar a ver qué se propone realmente antes de entrar en especulaciones.

¿Veremos a la UE en el futuro como un actor global más poderoso en términos de defensa y política exterior?El clima geopolítico actual demuestra la importancia de la Unión Europea. Es evidente que tenemos que ser más fuertes, pero yo diría que la forma en que la UE contribuye a hacer frente a la pandemia y a la guerra demuestra lo fuertes que podemos ser. Somos un actor clave a la hora de reaccionar ante la crisis económica mundial, a la crisis climática y a la transición digital. Nuestra seguridad y estabilidad interior y exterior están entrelazadas. Cuanto más fuertes seamos dentro de la Unión, mejor abordaremos los retos a los que también nos enfrentamos internamente. Solo seremos más fuertes como actor global si abordamos nuestras propias deficiencias y podemos actuar guiados por el pragmatismo de los principios, en estrecha consulta y cooperación con nuestros socios. Al mismo tiempo que hacemos nuestros deberes en Europa, también estamos predicando con el ejemplo más allá de nuestras fronteras. Esto se pude apreciar en un expediente concreto que dirijo sobre la protección de los derechos de los niños, donde estamos estableciendo normas mundiales. Esta es una forma muy eficaz de ejercer nuestro poder blando; algo que no debe ser subestimado. Ahora más que nunca tenemos que intensificar nuestro compromiso de promover un orden internacional basado en normas, pero con acciones y en solidaridad.