Jabalíes en Barcelona y la necesidad de dejar de alimentarlos: "Están arruinando sus vidas y robándoles sus instintos"

Grupo de jabalíes en Barcelona.
Grupo de jabalíes en Barcelona.
Ajuntament de Barcelona
Grupo de jabalíes en Barcelona.

Las imágenes de jabalíes correteando por Barcelona se repiten cada cierto tiempo. Algunos han llegado a ser grabados cruzando la Diagonal, lejos de la montaña de Collserola, de donde provienen. Sin embargo, pese a la simpatía que puedan generar, estas situaciones son un riesgo para los propios animales y para los ciudadanos.

¿Y a qué se debe la entrada de estos animales salvajes en la ciudad? Carles Conejero, coordinador del programa de gestión del jabalí del SEFaS (UAB) para el Ayuntamiento de Barcelona, comenta en una entrevista a 20minutos algunas de las causas de este acercamiento y hace hincapié en una en concreto: la alimentación, ya sea voluntaria por parte de algunos ciudadanos o involuntaria al dejar basura al alcance de estos animales. 

Sobre este hecho, especialmente si se hace de forma voluntaria, Conejero es contundente: "Están arruinando la vida de esos animales, robándoles sus instintos y la oportunidad de desarrollar su comportamiento normal en su ambiente natural, accediendo a sus recursos alimentarios naturales y propios de la especie en ese hábitat".

Y es que, "en el momento en el que alimentamos a un jabalí, comprende que el entorno urbano es una fuente alimentaria y deja de ir al bosque. Si además es un grupo con crías, es lo peor que podemos hacer, porque el animal lo integra como normal y, en el futuro, no reconocerá los estímulos de la ciudad como agresivos, entenderá que las carreteras son seguras y se expondrá a accidentes de tráfico", señala.

"Alimentar a estos animales es acercarlos a un lugar donde lo más probable es que mueran atropellados"

Es por eso que una de las medidas que lleva a cabo el consistorio para evitar la entrada de jabalíes en la ciudad es la puesta en marcha de campañas de concienciación ciudadana. "Hay gente que no acaba de comprender que alimentar a estos animales es acercarlos a un lugar donde no pueden conseguir recursos sin depender de los humanos y donde lo más probable es que mueran atropellados", lamenta Conejero.

Imagen de un jabalí atropellado, desgraciadamente, uno de los destinos más probables que espera a estos animales cuando entran y se habitúan a la trama urbana.
Imagen de un jabalí atropellado, desgraciadamente, uno de los destinos más probables que espera a estos animales cuando entran y se habitúan a la trama urbana.
Carles Conejero - SEFaS (UAB)

Multas a alimentadores y bloqueo de contenedores

Para gestionar la presencia de estos animales en el interior de la ciudad de Barcelona -durante 2021 generaron un incremento en las llamadas a la Guardia Urbana y el mayor número de incidencias (1.202) de la última década-, el Ayuntamiento ha iniciado el Plan de Acción 2022-2023. 

Este plan fue presentado el pasado mayo por el propio Conejero y por la directora de servicios de Derechos de los Animales del consistorio, Carme Mate, quien insistió en que alimentar a los jabalíes "no les hace ningún favor", sino que "los condena a malvivir" en la ciudad.

En este sentido, además de la campaña de concienciación, Mate comentó la posibilidad de denunciar a los alimentadores con multas desde 75 euros. Por otra parte, respecto a la alimentación involuntaria, explicó que trabajan para restringir el acceso a los puntos de alimentación de colonias de gatos, "encriptándolos" y creando entradas de pequeño tamaño por las que quepan los felinos, pero no los jabalíes.

"Son muy listos y aprenden a balancear los contenedores para sacarlos del anclaje y poder volcarlos"

Otra de las medidas que se llevan a cabo es bloquear los contenedores y las papeleras de los distritos de montaña e, incluso, retirarlos de algunas zonas, para que los jabalíes no se alimenten de ellos. La cuestión, apuntó Mate, es que "son muy listos y aprenden a identificar si el anclaje está bien y a balancear los contenedores para sacarlos de este anclaje y volcarlos".

Los jabalíes habituados a la ciudad suelen comer basura de papeleras y contenedores, un alimento nada saludable para estos animales -a menudo, engullen plásticos y otros materiales como papel de aluminio-.
Los jabalíes habituados a la ciudad suelen comer basura de papeleras y contenedores, un alimento nada saludable para estos animales, que, a menudo, engullen plásticos y otros materiales como papel de aluminio-.
Carles Conejero - SEFaS (UAB)

El objetivo: evitar las capturas y la eliminación

Además del control de la alimentación, el plan también prevé modificar el paisaje urbano con el objetivo de que deje de ser atractivo para el jabalí, especialmente aquellos jardines que requieren un riego constante, por lo que "en algunas zonas se está cambiando la vegetación por otra que no necesita riego", explica Conejero.

Por otra parte, también se realizan desbroces en los límites de contacto con Collserola, limpiando la vegetación arbustiva para que "el jabalí no encuentre un lugar cómodo en las zonas más cercanas a la trama urbana, coincidiendo, además, con la franja de protección de incendios".

Tanto las medidas de control de la alimentación como las de adaptación del entorno se llevan a cabo con la intención de evitar una tercera: la captura y eliminación. "Las acciones de control de la población son las menos eficientes, es apagar el fuego y, si tuviésemos aseguradas las dos anteriores, esto no sería necesario", señala Conejero.

"Se extraen del medio, se anestesian y se tienen que sacrificar porque son animales que han perdido sus instintos y no hay forma de reincorporarlos al medio", cuenta. De hecho, explica que ya intentaron reintroducir a algunos sin éxito: "Lo intentamos con una población urbana de jabalíes e hicimos seguimiento. El resultado fue que se marcharon a otras áreas urbanas y hubo uno al que llegamos a capturar tres veces por incidentes".

Durante el año pasado, 196 ejemplares fueron capturados en Barcelona, 107 mediante capturas reactivas al detectar una incidencia y 89 con capturas programadas. El objetivo del Ayuntamiento es disminuir estas capturas reactivas, "centradas en la extracción de aquellos jabalíes más habituados y conflictivos que, debido a que han perdido sus instintos naturales, se han entrado demasiado en la trama urbana."

Mapa de los puntos de Barcelona en los que se realizaron capturas de jabalíes en 2021.
Mapa de los puntos de Barcelona en los que se realizaron capturas de jabalíes en 2021.
Carlos G. Kindelán

Para ello, el consistorio ha puesto en marcha una licitación, con un presupuesto de 120.889 euros, para reforzar las capturas programadas y actuar en los puntos conflictivos. En concreto, se prevé actuar en ocho áreas donde deben realizarse, como mínimo, 16 capturas efectivas con red (dos por área). También se instalarán dos jaulas trampa fijas en puntos de alta conflictividad y, además, habrá otra jaula móvil.

"Tenemos relaciones aberrantes con los animales"

Sobre los sacrificios de jabalíes adaptados al entorno urbano, Conejero insiste en que es algo que no sería necesario "si la gente se comportase de una forma coherente con el medio", pero "el problema es que hemos olvidado cómo relacionarnos con el medio natural por ausencia de relación con él, porque no hemos tenido contacto".

En este sentido, señala que "tenemos relaciones con los animales totalmente aberrantes, que no son buenas ni para ellos ni para nosotros. Un jabalí de Collserola vería a una persona y se iría corriendo, éste sería el comportamiento natural, pero pasa lo contrario cuando las personas no tienen un comportamiento natural e interactúan con el animal".

Jabalíes acercándose a una persona, un comportamiento no natural de estos animales y frecuentemente provocado por la interacción humana.
Jabalíes acercándose a una persona, un comportamiento no natural de estos animales y frecuentemente provocado por la interacción humana.
SEFaS (UAB)

La solución, cuenta, "está en la juventud, en que los niños toquen la naturaleza, porque gente que no ha visto animales en su vida los alimenta, se hacen 'selfies' para tener muchos 'likes' en Instagram y lo único que han hecho es contribuir a un problema. Ese jabalí quizá no te muerde a ti, pero luego va otro con un bocadillo en la mochila y va a por él".

Sea como sea, Conejero remarca que, "en ningún caso alimentan a estos animales por el bien del propio animal, sino que lo hacen por el deseo estético de tener la 'fotito' y sentir que han hecho algo bueno, pero no han hecho nada bueno". 

¿Qué hacer si nos encontramos con un jabalí?

Así, si nos encontramos con un jabalí, Conejero apunta que "sólo habrá problema si el animal está habituado a la presencia humana, si no tiene miedo de la gente, porque, si se comporta como se comportan las poblaciones salvajes, se irá y para nada buscará el conflicto. En todo caso, podría ser peligroso si nos lo encontrásemos en un camino sin otra salida y se sintiera amenazado. En este caso, lo mejor es ponerse a un lado".

En cambio, si se trata de un animal acostumbrado a los humanos, "si llevamos, por ejemplo, una bolsa de plástico, lo puede interpretar como alguien que va a echarle comida. Yo, en este caso, lo que recomiendo es no querer ser James Bond ni Félix Rodríguez de la Fuente. Si lo ves, aléjate y evita la interacción en la medida de lo posible. Si no queda otra, dale la comida que lleves y márchate mientras se la come y, si no llevas, tírale un señuelo y aprovecha para irte". El siguiente paso, dice Conejero, será dar aviso a la Guardia Urbana.

Por último, insiste: "Sobre todo, quien conozca a alguien que alimenta de esta manera a los animales, por favor, que hable con esta persona y le haga entender que no hace ningún bien al animal. Hay muchas maneras de sí interactuar positivamente con los animales, como alimentar pajaritos de jardín o ayudar en una protectora de animales domésticos".

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