Entrevista

Rozalén: "En el mundo de la música se han dado pasos, pero no hay igualdad, mira el número de hombres y mujeres en festivales..."

Fuera de contexto: Rozalén.
Fuera de contexto: Rozalén.
Fuera de contexto: Rozalén.
Fuera de contexto: Rozalén.

María Rozalén, 12 junio de 1986, Albacete. Arranca gira el 2 de julio en España y luego saltará a Latinoamérica, acabando en México el 6 de octubre.

Quedamos en el Teatro Real, en la Sala Carlos III, una decoración que contrasta con la sencillez de Rozalén, una mujer que habla sin tapujos ni cortinas repujadas, que lejos de ser barroca, es clara, transparente, no se esconde tras el atrezzo ni es de lujos ni postureos.

María escupe verdades crudas, pero con su voz las hace bonitas, las convierte en joyas, como su último tema Agarrarse a la vida, que trata sobre la prevención del suicidio. Y es que a ella lo de estudiar el alma humana le viene de formación profesional, es psicóloga, y esta faceta le ayudó mucho a la hora de abordar un tema, desafortunadamente, muy cercano. "Todos tenemos gente que se siente que está en el pozo, tengo amigos con ideas suicidas y, de hecho, alguno lo ha intentado directamente sin avisar", me dice.

Un problema que la sociedad ha escondido durante mucho tiempo, pero que ella afronta con valentía porque su música, me dice, es una herramienta: "El suicidio es algo que tiene que ver con la pobreza, con la clase social, con las redes sociales, con la felicidad impuesta, los filtros… y nos estamos alejando mucho de lo cotidiano de la vida".

Las pérdidas forman parte de la vida, es una maduración de golpe

Aunque ella le ha puesto remedio, vive en Valdemorillo en una casa rodeada de naturaleza, animales: "Estoy obsesionada con mi huerta, hoy he cogido uno de mis calabacines…, cada vez estoy más conectada a lo anterior y creo que la felicidad va por ahí".

Lecciones que aprendió muy bien de su padre, al que ha perdido hace unos pocos meses, y hoy, visiblemente emocionada, me asegura: "Estoy triste, no me gusta tanto la vida, pero valoro todo el triple, las pérdidas forman parte de la vida, es una maduración de golpe, pero estoy orgullosa de cómo estoy afrontando las cosas".

Y no es la única pérdida, su abuela, todo un referente para ella, falleció el año pasado, de ella aprendió mucho del feminismo: "Tenía cosas muy machistas, pero era una persona tan sabia que molaba mucho vernos hablar, lográbamos entendernos". Un feminismo que forma parte de su ADN. "Las cosas más interesantes que se están haciendo musicalmente vienen de parte de mujeres" y añade: "en el mundo de la música se han dado muchos pasos, pero no hay igualdad, solo hay que ver en muchos festivales el número de hombres y mujeres que hay".

Las cosas más interesantes que se están haciendo musicalmente vienen de parte de mujeres

No se calla nada porque hablar de lo que la rodea es lo que da sentido a su música: "Lo social es político y lo personal es político, la política es muy importante en la sociedad, entiendo a quien dice yo no quiero saber de política, pero no está siendo realista, porque si te preocupa lo que pasa en el mundo y en la calle, tienes que estar al loro de lo que pasa políticamente".

Y así, hablando de lo importante, llena de palabras este salón del Teatro Real, donde hace unos días se escuchó la voz de Luz Casal: "Para mí, es una de las reinas, me miro mucho en ella, a mí me gustaría ser algo parecido a ella algún día”. Ambas comparten haber sido galardonadas con el Premio Nacional de Músicas Actuales que otorga el Ministerio de Cultura, Rozalén fue la artista más joven en recibirlo.

Premios, discos de platino y hasta un Goya, pero aun así tiene miedo de perderlo todo porque "para triunfar, además de talento, se necesita suerte, trabajo y timming". Y esa consciencia de la fragilidad del éxito, lejos de hacerla miedosa, la hace valiente, invencible.

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