Vecinos de Sagrada Família temen que se derriben viviendas en el entorno del templo

  • La Asociación de Vecinos denuncia que  se han paralizado las reuniones para aclarar el proyecto definitivo
El templo de la Sagrada Familia, en la actualidad.
El templo de la Sagrada Familia, en la actualidad.
SAGRADA FAMILIA
El templo de la Sagrada Familia, en la actualidad.

La Asociación de Vecinos del barrio de la Sagrada Família ha denunciado que el Ayuntamiento de Barcelona ha paralizado las reuniones para resolver si el entorno urbanístico del lugar de culto se hará como ha proyectado el templo, opción que implicaría expropiar edificios y derribarlos, o si se optará por una de las alternativas que ellos proponen.

Las asociaciones vecinales se reunieron en febrero con el consistorio y allí el ayuntamiento les trasladó una serie de propuestas, les pidió que las trabajaran con todos los vecinos y les prometió que se volverían a ver antes de Semana Santa para volver a hablar. Sin embargo, nada han sabido de esta segunda reunión y sospechan que este silencio puede deberse al contexto electoral.

El vicepresidente de la Asociación de Afectados por la Construcción de la Sagrada Familia, Francesc Pla, ha explicado que el problema es que el patronato del templo “quiere construirlo todo” y que esto implicaría la expropiación de más de 3.000 familias. Los responsables de las obras del templo quieren construir una avenida que daría acceso a una de las fachadas, la de la Glòria, y que tendría el papel de ser la calle principal por la que se acceda a la basílica.

Esta avenida, que a día de hoy no existe, se ubicaría entre las calles Mallorca y Valencia, y Cerdeña y Marina. Allí, sin embargo, hay bloques de pisos que deberían ser derribados y expropiados para poder hacer la nueva calle y una escalinata de entrada a la iglesia que la Sagrada Família también quiere hacer.

Ahora mismo no hay ningún plan urbanístico que prevea esta actuación pero los vecinos temen que cuando se acaben las obras del actual edificio de la Sagrada Família, el ayuntamiento apruebe uno para poder realizar la controvertida avenida y se hayan de derribar los edificios donde hace años que viven o tienen sus comercios. "Hay gente que lleva más de 60 años en el barrio y tienen miedo de lo que pueda pasar", ha dicho el tesorero de de la Asociación de Vecinos del barrio, Gabriel Mercadal.

Alternativas que gustaban mucho

Para combatir este temor a la expropiación, en marzo de 2020 se reunieron con el ayuntamiento y el templo para explorar alternativas que no impliquen el derribo. De aquella reunión salió un acuerdo de mínimos para garantizar el derecho a la vivienda y también la finalización de las obras del templo, así como la voluntad de realizar un grupo de trabajo y un calendario que diera forma a este acuerdo.

El estallido de la pandemia dejó al grupo de trabajo en el aire y en los últimos meses, los vecinos han querido reactivarlo. Por eso, en febrero se reunieron de nuevo con el ayuntamiento. El arquitecto municipal les trasladó tres propuestas de resolución del problema. Los representantes vecinales han dicho que no podían revelar nada de cómo son estas propuestas por un acuerdo de confidencialidad con el ayuntamiento, pero han reconocido que fueron de su agrado.

Uno de los tres escenarios no implicaba ninguna expropiación y que los otros dos sí preveían algunas, pero ofrecían a los afectados viviendas de calidad en el barrio. En aquella reunión hubo un compromiso de trabajar esas tres propuestas y la promesa de volver a reunirse antes de Semana Santa para empezar a poner manos a la obra. Sin embargo, denuncian que eso no ha pasado.

Las asociaciones vecinales no saben el motivo de este silencio pero tienen dos sospechas: o bien que la aproximación de las elecciones de mayo del próximo año actúa como freno de movimientos importantes o bien que las propuestas que ofreció el arquitecto municipal en realidad carecen de apoyo.

“Entendemos que es una patata caliente muy difícil de gestionar en una situación preelectoral, pero los vecinos tienen derecho a saber qué va a pasar con su casa. Sólo pedimos una reunión para saber qué va a pasar, pero no hay manera”, ha recalcado el presidente de la Asociación de Afectados por la construcción de la Sagrada Familia, Salvador Barroso.

Futuro incierto

El vicepresidente de los afectados por la construcción del templo, Francesc Pla, ha añadido que la angustia y la incertidumbre de no saber qué va a pasar también son un agravio en sí mismo. "No puedes tomar ningún tipo de decisión porque no sabes qué pasará dentro de cinco años, cuando acaben las obras del edificio y el templo quiera hacer la avenida de la fachada de la gloria", ha constatado.

Además, han denunciado que el ayuntamiento no está concediendo ninguna licencia de actividad comercial en la zona, lo que les hace sospechar que las intenciones urbanísticas por el futuro pueden no ser las que quieren los vecinos.

Silencio del templo

Del templo, por su parte, no han sabido nada más desde aquella reunión de febrero de 2020, donde se comprometieron a realizar un grupo de trabajo con los vecinos.

Pero el silencio del templo, a juicio de los representantes vecinales, no debería ser óbice para seguir trabajando en una solución urbanística que le encaje a los vecinos. “No tenemos nada contra la Sagrada Família, pero es ella la que debe adaptarse al barrio y no el barrio a ella. Si realizan una propuesta de ampliación que implique expropiar bloques de edificios debe ser tratada como la de cualquier vecino. Ellos quieren hacer una nueva avenida y yo quiero hacerme en casa una terraza de 60 metros. Pero si mi terraza debe invadir una propiedad que no es mía, ya sé lo que me dirán”, ha sentenciado Francesc Pla.

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