OPINIÓN

Es una Spencer

Lilibet Diana, protagonista de la felicitación navideña de los Duques de Sussex
Lilibet Diana, protagonista de la felicitación navideña de los Duques de Sussex
Europa Press
Lilibet Diana, protagonista de la felicitación navideña de los Duques de Sussex

Cuando Diana de Gales dio a luz a su segundo hijo, su marido, el príncipe Carlos, se acercó a la cuna del recién nacido, apartó la ropa que lo cubría para observarlo mejor y dictaminó: "Es un Spencer". El pelo rojo y las pecas no dejaban lugar a dudas.

La pareja, que por aquel entonces ya vivía momentos difíciles, aunque ocultaba sus tensiones, posó sonriente para la prensa. El bebé había heredado los genes de la familia paterna de Diana y no se parecía en nada a su hermano mayor, Guillermo, nacido dos años antes.

Cuando Harry se casó con Meghan Markle, los Sussex reconocieron, en una polémica entrevista con Oprah Winfrey, que algún miembro de la familia real se habría planteado "cómo de oscura podría ser la piel de sus futuros hijos". Hubo un considerable revuelo y Buckingham Palace tuvo que salir al paso con un comunicado oficial para frenar las especulaciones.

Las relaciones familiares se deterioraron y no volvieron a ser las mismas.

Las fotos del primer hijo de la pareja, que fue bautizado en Windsor en presencia de la reina, mostraban un bebé sonriente que se parecía a papá.

El nacimiento de la segunda hija, Lilibet Diana, estuvo rodeado de mayor secretismo. No hubo posado ni fotos de bautismo, a los seis meses compartió felicitación navideña y ha habido que esperar un año para su primer retrato.

La quinta nieta de Carlos, la undécima bisnieta de la reina Isabel, es clavadita a su padre. "Una Spencer", que diría su abuelo.

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