La boda de Fani Carbajo y Christofer Guzmán ha sido uno de los eventos de mes. Y es que tras haberla pospuesto varias veces por diferentes infidelidades, incluso acechándoles una los días previos al enlace, finalmente se han dado el 'sí quiero'. 

Dentro de los invitados a la ceremonia y posterior cena y fiesta destacan los familiares y los amigos, tanto los anónimos como los conocidos. Bea Retamal, ganadora de Gran Hermano 17, fue una de las presentes en el acto, y ha sido quien ha contado todos los detalles de la boda que no habían salido a la luz.

Echándose flores a sí misma, afirma que ella fue el alma de la fiesta y que, a pesar de pasárselo "divinamente", los demás invitados era bastante aburridos y había menos gente de la que esperaba. 

"El sitio era espectacular, pero el menú podría haber sido mejor", asegura la valenciana: "El primer plato muy bien, en el segundo (pescado) estuve a punto de decir 'mira, me voy', pero el tercero, la carne, estaba muy bueno".

De la fiesta destaca que el alcohol hizo que todos se desmelenasen y hubo de todo para no aburrirse, desde un toro mecánico hasta un baile sexy que la novia le hizo al novio y un juego entre los solteros para encontrar el amor, en referencia a La isla de las tentaciones, programa con el que, los ya marido y mujer, se dieron a conocer. 

También releva que Fani llevó tres vestidos: el del altar, uno corto y ajustado para convite y un tercero en tonos plateados para la fiesta que, a criterio de la peluquera, "parecía una invitada más". 

Aunque ella misma se da un punto en la boca con su outfit, ya que confiesa que fue una de las "peor vestidas" por no haber tenido tiempo para buscar un vestido que se adecuase al dress code, en el que se pedía que las chicas fuesen de largo.

Eso sí, a pesar de alguna que otra crítica a la boda, la influencer lo hace desde el más profundo respeto y cariño a los recién casados, ya que comenta que le gusta que "la gente que apuesta por el amor sin miedo".