Muerte, boda y un adiós a Facebook: la historia de Sheryl Sandberg, la hasta ahora mano derecha de Mark Zuckerberg

Economista y directora ejecutiva estadounidense de 48 años. Actualmente es la directora operativa de Facebook.
La economista y antigua directora ejecutiva de Facebook, Sheryl Sandberg.
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Economista y directora ejecutiva estadounidense de 48 años. Actualmente es la directora operativa de Facebook.

"Cuando Sheryl se unió a mí en 2008, yo apenas si tenía 23 años y no sabía prácticamente nada sobre cómo dirigir una empresa. Habíamos creado un enorme producto, la página web de Facebook, pero aún no teníamos un negocio rentable y nos estaba costando pasar de ser un pequeño negocio emergente a una verdadera organización. Sheryl diseñó nuestra campaña de anuncios, contrató a grandes personas, forjó nuestra cultura de gestión empresarial y me enseñó a dirigir una. Ella fue quien ideó todas aquellas oportunidades para millones de personas en todo el mundo, y se merece el mérito de gran parte de lo que Meta es hoy".

Las palabras de Mark Zuckerberg sobre Sheryl Sandberg para la despedida de quien ha sido su número dos tantos años eran sentidas, tan elocuentes como sinceras: sin ella, Facebook no sería Facebook, Facebook no hubiera acaba siendo lo que ahora es Meta y, en definitiva, casi seguro que las redes sociales no serían lo que hoy por hoy son las redes sociales. "Me entristece que haya llegado el día en que no voy a seguir trabajando tan de cerca con Sheryl. Pero ante todo, estoy agradecido por cuantísimo ha hecho para construir Meta. Ella ha significado mucho para mí, para nuestra comunidad y para el mundo", finalizó el magnate.

Pero la historia de Sheryl Sandberg había conducido de forma casi inexorable hasta ese punto: su dimisión como responsable de Operaciones. Básicamente, la mano derecha de Zuckerberg. Desde el diario El Confidencial recuerdan que bien la palabra 'dimisión' puede ser un eufemismo en cuanto a comunicación a ciertos niveles de las élites, en el caso de Sandberg es más que obvio que no solo había perdido la influencia que tuvo en los comienzos de la compañía, sino que ella misma necesitaba parar, apagar el móvil y centrarse en ella misma.

"En los mejores y más altos momentos de mi vida, en los críticos también y hasta en esas profundidades a las que se llega en los días realmente bajos, nunca tuve que recurrir a Mark, porque él ya estaba allí", ha dicho en su despedida Sheryl, que ha definido a su jefe como "el mejor amigo que una puede tener". Él tenía 23 años y ella 38, un hijo de dos años, una hija de seis meses y un matrimonio feliz con su marido, Dave Goldberg, un emprendedor muy conocido en Silicon Valley y que por aquel entonces había fundado LAUNCH Media y después se pondría al frente de SurveyMonkey, una muy conocida plataforma de encuestas online.

Mark y ella, mano a mano, eran un tándem perfecto. Ello no quiere decir que Sheryl le necesitase tanto como él a ella. La economista publicó en 2013 su libro Lean in, que en español se tradujo por Vayamos adelante: las mujeres, el trabajo y la voluntad de liderar, el cual, coescrito con Nell Scovell, es casi una biblia sobre el feminismo corporativo. Solo hay que ver ciertas decisiones que fue tomando para combatir el machismo tan imperante en la industria tecnológica e informática: no cambiarse el apellido.

Sheryl Sandberg y Dave Goldberg, en una imagen publicada por Sandberg esta semana.
Sheryl Sandberg y Dave Goldberg.
Sheryl Sandberg

Una voz importantísima en la bahía de San Francisco que, sin embargo, se volvió monotemática a partir de 2015. No era para menos: en aquella primavera, su esposo fallecía a los 47 años a consecuencia de un accidente en el gimnasio de un hotel de Punta Mita, en México. Dave Goldberg se caía mientras corría en la cinta. Se entendió que debido a un infarto. De alguna forma, el motivo era lo de menos para Sheryl, que convirtió su perfil de Facebook en un altar de su marido.

Dudas, miedos, supervivencia después de la tragedia. El apoyo de su madre y de sus hijos sirviendo de bálsamo y de sustituto del de su esposo, al que atribuía gran parte de su éxito. Cómo esta traumática experiencia le había hecho "vivir 30 años en 30 días, pero también ser 30 años más sabia". La manera de afrontar la vida sin su "Plan A, que era Dave". "Recuerdo perfectamente acostar a los niños y sentarme sola en la mesa de la cocina, la misma en la que Dave y yo jugamos juntos infinitas veces al Scrabble. Me imaginaba a mí misma en esa mesa, sola, el resto de mi vida", rememoraría años después.

Un sentimiento que dio lugar a su segundo libro, Opción B: Afrontar la adversidad, desarrollar la resiliencia y alcanzar la felicidad, en el que precisamente explica cómo refugiarse en el trabajo le ayudó tantísimo, si bien estaba dejando de lado su vida personal. Algo que cambió gracias precisamente a su cuñado.

Porque fue el hermano de su difunto marido quien acabaría presentándole a Tom Bernthal, un antiguo productor de las noticias de la NBC, por las que ganó varios premios Emmy, y que actualmente es el CEO de Kelton Global, su propia agencia de marketing y consultoría en Los Ángeles. Además, es el hermano mayor del actor Jon Bernthal, conocido por sus papeles en The Punisher, Baby driver o protgonizando la reciente miniserie de HBO La ciudad es nuestra.

Sheryl y Tom, aseguran, son inseparables y parecen hechos el uno para el otro. Él, divorciado y con tres hijos, ha vuelto a hacer sonreír a la empresaria, que ha preferido dimitir y poder centrarse en su felicidad. "Cuando Dave murió, apenas podía imaginarme saliendo de nuevo con alguien. Y mucho menos casándome", ha escrito recientemente.

Porque sí, hay boda. Y a sus 52 años siente que es momento de recomenzar, como ha dejado claro en su texto de despedida de Facebook, una compañía que casualmente, coincidiendo con su salida, se ha rebautizado, como si ya no fuera posible seguir con ese nombre: "Cuando acepté este trabajo en 2008 esperaba estar en el puesto unos cinco años. Catorce después, es hora de escribir el próximo capítulo de mi vida. No estoy segura de lo deparará el futuro; he aprendido que nadie lo está nunca. Pero sé que incluirá que me centre más en mi fundación y en la filantropía, que es lo más importante para mí, dado el momento crítico que viven muchas mujeres. Y como Tom y yo nos casamos este verano, tendremos que ocuparnos de nuestra familia, ahora ampliada a cinco hijos". Es decir, que aunque esté mal visto, se ha dado a sí misma un enorme like.

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