La UE entra en una nueva era: se reabre el debate sobre una reforma de los Tratados

  • Las propuestas recogidas en la Conferencia no son vinculantes, pero podrían conducir a una Convención política.
  • Tú también puedes participar enviando tus propuestas a la plataforma de la CoFoE para promover una Europa mejor.
Los participantes en uno de los paneles de la CoFoE, en Bruselas.
Los participantes en uno de los paneles de la CoFoE, en Estrasburgo.
PARLAMENTO EUROPEO
Los participantes en uno de los paneles de la CoFoE, en Bruselas.

La Unión Europea es un proceso inacabado, y así lo definen Jenaro Talens y Nicolas Levrat en su libro Quo vadis, Europa? Como tal, crece y evoluciona en función de los momentos, y ahora se encuentra en uno crucial. La Conferencia sobre el Futuro de Europa (CoFoE) ha sentado las bases para que se abra una nueva época de mayor integración. En total, esta iniciativa de participación ciudadana que, después de un año, se ha cerrado recogió un total de 352 propuestas para alcanzar 49 objetivos. Si se pudiera definir todo en una sola palabra, esta sería exigencia. CoFoE se ha erigido como un llamamiento para que la UE, siendo drásticos, se refunde.

Pero la Conferencia es solamente el primer paso y lo que de ella se extrae no es vinculante. La pelota ahora pasa al tejado de los Estados miembros, que son los que tienen la potestad para que la Unión sea una rueda que sigue girando. Implícitamente, muchas de las ideas que se han debatido y trabajado en la Conferencia exigen una reforma de los Tratados, y este en los últimos tiempos ha sido un tema tabú. Pero ya son muchas voces las que abren ese debate.

¿Qué son los Tratados? Es, básicamente, la estructura sobre la que se apoya la Unión Europea, toda la amalgama legal y política que incluye cada matiz del proyecto europeo. No se puede considerar en la teoría una Constitución, pero en la práctica ejercen como tal. En definitiva, todas las acciones que emprende se basan en los Tratados, que han sido aprobados voluntaria y democráticamente por todos sus países miembros.

Uno de los últimos en hacer este llamamiento fue el primer ministro italiano, Mario Draghi, que ante el Parlamento Europeo defendió "un federalismo real" que refuerce la integración europea. "Si esto implica un proceso de revisión de los Tratados, debe ser asumido con valentía y confianza", sostuvo. Pero entonces, ¿cuál es el camino? Por lo pronto que las instituciones asuman las conclusiones de la CoFoE como una oportunidad y un clamor ciudadano para construir más Unión Europea.

Así, la Conferencia podría derivar en una Convención política que sirviera para la elaboración de un nuevo Tratado, y para cuya convocatoria se necesita el respaldo de al menos 14 Estados miembros. Después de tres crisis consecutivas (gran recesión, pandemia y guerra en Ucrania) la UE del 2022 no tiene casi nada que ver con la del 2009, cuando entró en vigor el Tratado de Lisboa, que fue el último en aprobarse. Desde entonces, los intentos por avanzar de manera han sido escasos, aunque recientemente se han roto muchos moldes: el fondo de recuperación ante la Covid-19, el envío de armas a Ucrania, un cambio radical de políticas en el BCE, el uso de la Cláusula de Solidaridad para acoger refugiados y la propia CoFoE.

El de Lisboa fue el resultado de quedarse a medias. En 2005, el voto en contra en referéndum en Francia y Países Bajos a la Constitución Europea llevó al traste el mayor intento de consolidación política que se ha visto casi en toda la historia de la UE. Después, el Tratado recogió la mayor parte de las propuestas de aquella Constitución fallida, y desde entonces el debate quedó cerrado. En todo caso, nunca había pasado tanto tiempo sin reformar la base de la arquitectura de la UE.

El Parlamento Europeo, sobre el que recae en gran medida la mayor implicación en este proceso, pero no la decisión final, ya ha llamado a una reforma de los Tratados para incluir las medidas salidas de la CoFoE. Eso sí, sería necesaria unanimidad entre los Estados miembros tanto para abrir el debate como para aprobar, pacto mediante, el nuevo Tratado. 

Hay ideas, asimismo, que exigen cambios profundos en la arquitectura institucional de la Unión Europea, como la celebración de verdaderas elecciones europeas, así como nuevas competencias de la UE en áreas como la sanidad, la energía, la migración y la defensa. Pero dada la fragmentación política en muchos países y el complejo consenso que se tiene quedar, el camino hacia un Tratado que sustituya el de Lisboa se antoja largo, complejo y tedioso. 

Sobre el papel, los tratados constitutivos se han ido modificando al hilo de la adhesión de nuevos países a la UE, aunque con la entrada de Croacia en 2013 no ocurrió esto. Pero un motivo más para reabrir el debate podrían ser las solicitudes de Ucrania, Moldavia y Georgia para ser candidatos a acceder al bloque. Hasta ahora se han aprobado ocho tratados desde la fundación de la CECA en 1952. Ahora, setenta años después, la CoFoE marca el paso, pero esta carrera de fondo todavía tiene que coger ritmo hacia la confirmación de una nueva Unión Europea.

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