En general, el estudio apunta a una previsión similar a los datos conseguidos en 2019, con una dinámica de reservas favorable gracias a la eliminación de la gran mayoría de las restricciones de la pandemia, explica la corporación provincial.

Respecto al turismo urbano y turismo de negocios, que se centra en alojamientos de las ciudades de Castelló y Benicàssim, se espera una ocupación aproximada del 85%, ya que la capital de la provincia es sede de eventos deportivos en esta festividad.

Por su parte, las reservas de viviendas rurales de la provincia alcanzan el 90% de previsión de ocupación e incluso rozan el 100% en algunos municipios del interior.

Por tipología de ocupación, la gran mayoría de reservas proceden del turismo nacional, principalmente familias de Madrid, Catalunya y la propia Comunitat Valenciana, junto a un pequeño porcentaje de turistas franceses y otro residual de belgas, holandeses e ingleses.

Para la diputada provincial de Turismo, Virginia Martí, se trata de unos buenos números teniendo en cuenta que las reservas cada vez son más de última hora, por lo que "previsiblemente los porcentajes aumentarán". El objetivo, subraya, es recuperar lo antes posibles los datos turísticos de 2019, generando la mayor economía y empleo posible en Castellón.