Vuela después de 37 años tras hacer un curso para perder el miedo al avión

  • Un curso logra que los pasajeros que sufren "aerofobia" la superen.
  • "Tienen que pensar el aparato en el que van es fiable y seguro".
  • Uno de los alumnos voló a la capital balear "pasándolo mucho mejor".
Un hombre, en un simulador de vuelo.
Un hombre, en un simulador de vuelo.
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Un hombre, en un simulador de vuelo.

Un curso para superar el miedo a volar ha logrado subir a un avión a una persona que era incapaz de hacerlo desde hacía 37 años y ha conseguido que los asistentes se sentaran en la aeronave "sonriendo y con los ojos tranquilos".

Alfonso de Bertodamo, comandante de Air Europa y psicólogo es el promotor del curso "Perdiendo el miedo a volar", que organiza el Colegio de Pilotos (COPAC) y la Asociación Española de Psicología de la Aviación (AEPA).

Se trata de conseguir que los pasajeros que sufren "aerofobia" la superen o, al menos, la logren controlar, comenta exultante de Bertodamo, con los resultados obtenidos hasta ahora.

Fiable y seguro

Su objetivo es demostrar que subirse a "un aparato de 90 toneladas a 12.000 metros de altitud y que alcanza casi 1.000 kilómetros/hora es fiable y seguro", algo que no tienen tan claro 1 de cada 6 pasajeros, según los datos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI).

El curso se desarrolla en dos sesiones y está organizado en torno a dos aspectos: el de la aviación y el psicológico.

En el primero se pretende un acercamiento positivo desde el punto de vista racional. Para ello, relata De Bertodamo, se explican los aspectos técnicos del vuelo.

En un simulador

Todo esto acompañado de material multimedia, en el que se visualizan situaciones límite, como señala Emmanuel Graëre, uno de los asistentes al curso, que recuerda los vídeos proyectados de un motor en llamas tras chocar contra un ave y el de "otro avión al que alcanzaron siete rayos en un despegue".

Según Graëre, se trata de concienciar a los viajeros de que esos incidentes son "normales" y de dejar claro que se registra un "mínimo número de accidentes" en relación con los "miles y miles" de vuelos que hay diariamente.

Al abordar el aspecto psicológico del curso se realiza una "desensibilización sistemática", con el aprendizaje de técnicas de relajación progresiva para combatir el estado de ansiedad.

Después hay una primera aproximación al vuelo en un simulador y, el segundo día, se realiza un viaje real desde Madrid a Palma de Mallorca.

Sin tanto trauma

Se hace en un avión de Air Europa, que reserva unos asientos para los participantes en el curso y que pilota Alfonso de Bertodamo, quien aclara que "trasmite mucha seguridad que el mismo piloto/psicólogo que ha impartido la teoría lleve el avión".

Durante el vuelo, el comandante repasa la parte teórica e interpreta todos los sonidos que se escuchan desde la cabina de pasaje.

Un mes después de realizar el curso, Emmanuel Graëre, voló a la capital balear "pasándolo mucho mejor, aunque todavía me queda algún trauma, especialmente en el aterrizaje, despegue y turbulencias".

Graëre se deshace en elogios hacia el piloto instructor del curso: "es un enamorado de su trabajo y un fantástico comunicador", y destaca también el trabajo de las dos psicólogas que lo imparten.

Este ciudadano francés, residente en España, decidió asistir al curso porque debe de volar por trabajo y porque no quería renunciar a viajar a lugares remotos en sus ratos de ocio.

Todo comenzó en 2002, cuando el comandante iba de pasajero en un avión y "había un niño en la puerta, que no se quería subir. El padre me comentó que estaba aterrorizado desde la caída de las Torres Gemelas. Salió el comandante a verle, su madre estaba a bordo con sus tres hermanos y no hubo forma de que embarcara. Se fue a Málaga en coche con su padre".

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