Los veterinarios valencianos asumen el coste del control de los animales refugiados

Los veterinarios valencianos y sus organizaciones colegiales asumen el coste del control de los animales que llegan con los refugiados ucranianos. Hasta 122 clínicas de toda la Comunitat se ofrecen a realizar altruistamente labores de identificación y alta en el registro informático oficial RIVIA, vacunación y prueba serológica, desparasitación y documentación.
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Los veterinarios valencianos asumen el coste del control de los animales refugiados

Además, el Colegio de Veterinarios de Alicante (ICOVAL) alerta a las autoridades sobre las dificultades que podrían darse a corto plazo, dado que muchos albergues y hoteles que alojan a los refugiados no aceptan animales y las protectoras están "saturadas".

Otra de las advertencias de los veterinarios valencianos, a través de un comunicado conjunto, es que la cantidad de perros y gatos dados de alta y tratados, si continúa el ritmo actual, se podría "disparar" en las próximas semanas.

Los tres colegios provinciales -ICOVAl (Alicante), ICOVV (Valencia) y COVCS (Castellón), así como el propio Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV)- han organizado esta red de centros colaboradores y, ante la ausencia de ayudas de las administraciones, han decidido financiar el considerable coste económico de este necesario proceso.

"De momento, hay más clínicas que han querido solidarizarse que animales registrados, pero eso solo evidencia que la reacción de los veterinarios valencianos ante la crisis humanitaria por la guerra en Ucrania ha sido sobresaliente", destaca la presidenta del CVCV, Inmaculada Ibor.

En general, los veterinarios advierten que la vigilancia sobre la entrada de esos animales es "crucial" para asegurar la salud pública. Primero, porque esos perros y gatos necesitan ser desparasitados, tratados frente al Echicoccoccus multilocularis, que es endémico de Ucrania aunque su presencia no se ha constatado en España y puede llegar a producir la enfermedad conocida como hidatidosis, una zoonosis que podría afectar al ser humano.

LA RABIA ESTÁ EXTENDIDA EN UCRANIA

"Mayor amenaza" supone la rabia, dado que Ucrania es el único país de Europa donde este virus sigue muy extendido entre animales y personas. Cada año hay unos 1.600 casos de rabia en animales en el país asediado, de ahí la importancia de que las mascotas se identifiquen a través de un microchip, se desparasiten, se vacunen con la antirrábica y se sometan a una prueba serológica para comprobar sus defensas. Es algo que recoge el protocolo nacional y autonómico al respecto.

De momento, mientras el Laboratorio de Santa Fe -centro nacional de referencia en sanidad animal- analiza estas muestras, los animales deben someterse a una cuarentena. La Generalitat ya ha comenzado a dar a conocer a los propietarios los primeros resultado, una labor a la que se han comprometido los 122 centros colaboradores para unos tratamientos que no difieren a todos los obligados, en distintas etapas, para los perros 'españoles' salvo los de Catalunya Euskadi y Asturias donde la vacunación es voluntaria.

Los veterinarios defienden que situaciones como la actual, o el riesgo de una entrada irregular de perros infectados procedentes de Marruecos, ratifican que esta inmunización se mantenga como obligatoria.

ENTRADAS IRREGULARES A CARGO DE PROTECTORAS

También alertan que se han producido entradas irregulares de animales procedentes de Ucrania a cargo de entidades protectoras de animales, "incidencias mínimas que en poco tiempo podrían pasar a mayores".

De un lado, porque la mayor parte de albergues y hoteles habilitados para la acogida de refugiados no admiten la presencia de animales domésticos, con lo que algunos han sido portados a clínicas u hospitales veterinarios ante la negativa de algunas protectoras. A esto se suma que los ucranianos desplazados han viajado prácticamente "con lo puesto", con lo que no pueden afrontar cualquier eventualidad vinculada con la salud de su animal.

Ante esta situación, según los veterinarios, la Conselleria de Agricultura se ha limitado a advertir que son los servicios veterinarios oficiales los que deben decidir, en función de la evaluación del riesgo, dónde se alojan y pueden realizar la cuarentena estos animales.

"Los veterinarios ya hemos demostrado nuestra solidaridad, pero las clínicas no pueden hacerse cargo ni de la estancia ni de su atención permanente, por lo que se impone la actuación de la administración antes de que la situación nos desborde a todos", advierte el presidente de ICOVAL, Gonzalo Moreno del Val.

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