Barcelona acogerá en 2024 la edición 37 de la Copa América de Vela, según ha decidido el comité organizador de esta competición, a la que optaban también las ciudades de Málaga, Cork (Irlanda) y Jeddah (Arabia Saudí).

Así lo ha confirmado el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, quien en una entrevista en Catalunya Ràdio ha dicho que el evento tendrá en la ciudad un "impacto millonario" y potenciará la imagen internacional de Barcelona y Cataluña. Torrent espera que la organización del evento anuncie oficialmente la elección de Barcelona como sede de la Copa América en las próximas horas.

La candidatura barcelonesa contaba con el apoyo de la Generalitat, la Diputación de Barcelona y el Puerto, aunque el Gobierno se implicará también en la organización del evento, uno de los acontecimientos deportivos más vistos del mundo.

Gran impacto económico

La Copa América de Vela es una de las competiciones de más impacto económico para la ciudad organizadora. A modo de ejemplo, cuando València fue la sede de la regata -en 2007 y en 2010- el impacto económico para la ciudad fue de 2.724 millones de euros y se crearon 75.000 puestos de trabajo. 

En este sentido, el primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha afirmado que “el impacto económico de la Copa América de Vela es 10 veces lo del Mobile”.

Collboni ha destacado el impacto que puede tener para Barcelona acoger la Copa América de Vela, “uno de los acontecimientos más vistos del mundo”, junto con los Juegos Olímpicos y los mundiales de fútbol. Un beneficio no solo para la reputación de la ciudad, sino también por el impacto económico que “es 10 veces lo del Mobile”. 

“Barcelona hacía demasiados años que no estaba en el calendario de grandes acontecimientos deportivos nacionales e internacionales”, dice Collboni, que añade que el consistorio está haciendo una “ofensiva” para “posicionar la ciudad a este nivel”.

El primer teniente de alcalde ha explicado que la idea de la candidatura parte del sector privado de la vela. De momento, tanto las instituciones como el sector privado han enviado una “carta de voluntades”, y ahora habrá que incluir los detalles y los costes. Collboni, pero, ha asegurado que la candidatura no requiere grandes inversiones. “El puerto está preparado, solo se tiene que adaptar mínimamente”, explica. Este coste, además, lo asumiría el mismo Puerto de Barcelona.