Carmen López, campeona de doma clásica adaptada: "El caballo me da la libertad que me quita la discapacidad, con él puedo correr"

  • López, en silla de ruedas desde 2007, es campeona nacional de Doma Clásica Adaptada en 2018 y 2019, Técnico Deportivo nivel 2 y Jueza Nacional de Doma Clásica.
  • Su caballo terapéutico Batman ha recibido el premio anual ‘Animal comprometido con la sociedad’. 
Carmen López junto a sus caballos
Carmen López junto a Batman y Bribón.
CEDIDA
Carmen López junto a sus caballos

Este año el Colegio Oficial de Veterinarios de Madrid concedió el premio ‘Animal comprometido con la sociedad’, al caballo terapéutico, Batman, un animal que "ejerció una función primordial en la recuperación de la amazona Carmen López, tras un accidente laboral que le dejó una lesión medular irreversible". Es un premio para Batman, pero también para esta amazona natural de Cartagena, campeona nacional de Doma Clásica Adaptada en 2018 y 2019, Técnico Deportivo nivel 2 y Jueza Nacional de Doma Clásica. 

 ¿Cuándo decidió que iba a dedicarse profesionalmente a los caballos?

Empecé a montar con unos catorce años. Cuando acabé el instituto me apasionaba y quería ser jinete profesional, a pesar de que era una época en la que no había mujeres en esta profesión y tampoco había casi formaciones para conseguirlo, así que intenté formarme fuera, aprender todo lo que pude porque ser jinete no es solo montar, así que di clases, gestioné clubs, etc. Dediqué todo mi tiempo a lo que me apasionaba hasta que en 2007, con 27 años, se me cayó la puerta de un camión encima y me provocó una lesión medular.

Eso no evitó que su trayectoria siguiera vinculada a los caballos.

Efectivamente. Estuve casi 10 meses ingresada en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, en rehabilitación, viendo cómo evolucionaba mi lesión. Al principio era imposible montar con las dos fijaciones de titanio en la espalda. Cuando volví a casa me vi con 28 años, desubicada tras haber dedicado mi vida a formarme con caballos. Ahí es cuando decidí que quería seguir montando y ser juez de doma clásica, para lo que tuve que desplazarme todos los lunes a Madrid. Fue todo muy complicado, porque por aquel entonces no aguantaba sentada más de cuatro horas en coche. Me tenía que llevar mi padre, yo iba acostada, daba la clase y volvíamos. Y es algo que me sigue encantando hacer a pesar de ser duro, porque te pasas la vida en una caseta, haga frío o calor… Pero me gusta. A raíz de ahí, quise continuar mi carrera como Técnico Deportivo.

¿Cómo fue realizar ese curso teniendo una discapacidad?

No se había dado el caso antes. La primera vez me negaron el acceso porque no sabían cómo gestionarlo, ya que a pesar de que hay un porcentaje de plazas reservadas para personas discapacitadas, no hay ningún documento que explique cómo adaptar este tipo de curso a esas personas. Al final hice el curso en Valencia, en la Facultad de Ciencias del Deporte y en la categoría olímpica. Al final se me adaptó, por ejemplo, el recorrido de saltos, pero lo hice. Ahí fue cuando me di cuenta de que podía seguir montando aunque con algunas limitaciones. Al final el caballo me da la libertad que me quita la discapacidad, con él puedo correr.

¿Cómo es subir y montar a caballo cuando tienes una discapacidad motora?

Montar a caballo es sentirte sin limitaciones, sobre todo cuando las piernas no te funcionan… Al volver a sentir la libertad que el caballo te da, la discapacidad desaparece. Por eso la doma clásica adaptada es tan chula, porque te haces uno con el caballo y él funciona por ti.

¿De dónde viene el nombre de Batman?

En realidad se llama Ábade de Sena. Como tiene un carácter un poco fuerte siempre le pongo orejeras, y tenía unas en forma de pico que cuando se las ponía parecía Batman. Empezamos con la broma y se le ha terminado conociendo así. Además, en el lomo también tiene una manchita que recuerda al símbolo del superhéroe.

¿Qué supuso para usted que Batman recibiera el premio del Colegio de Veterinarios de Madrid?

Que esta vez el premio fuera para Batman, que premiasen al caballo por primera vez me hizo mucha ilusión. Que la mención y el reconocimiento sea para él me parece una pasada.

¿Tiene más caballos?

Sí, el que tenía cuando sufrí el accidente, que ya está jubilado, y otro que es la cesión de una ganadería. Como Batman ya tiene una edad, decidí traerme a Bribón de Ymas, que tiene mucho potencial para la competición. Estamos soñando con salir fuera y con competir en internacional y luchar por los mundiales. Es un Caballo de Deporte Español (CDE), es decir, uno de los padres es pura raza español  y el otro es centroeuropeo.

¿Cuáles son sus próximas aspiraciones deportivas?

Los Juegos Paraolímpicos de París, en tres años. Y en esta temporada, pues clasificarme para los mundiales. Pero es complicado, vivo muy al sur y yo no puedo conducir un remolque con el caballo, tengo que pagar un porte, tengo que pagar a gente que venga conmigo y me ayude a preparar el animal, a calentarlo antes de la competición, trenzarlo, etc. Es un coste muy elevado que tengo que asumir en cada competición sumado a que cuando quieres competir a ciertos niveles los precios se disparan. Al menos  no vivo en Madrid, donde los costes son mayores por ser una ciudad grande. 

"Los deportistas con discapacidad deberían estar más reconocidos, contar con más ayudas económicas"

Imagino que también es complicado encontrar patrocinadores.

Mucho, entiendo que muchas empresas lo están pasando mal por la pandemia, pero los deportistas con discapacidad deberían estar más reconocidos, contar con más ayudas económicas. Y no solo en el mundo del caballo, hablo en general de los deportes adaptados.

En su disciplina deportiva, la doma, compiten en igualdad de condiciones hombres y mujeres.

Es muy bonito que se trate de un deporte tan inclusivo, en el que una persona con discapacidad como yo puede competir en doma clásica normal, con adaptaciones claro. Además, la vida deportiva es muy larga, hemos llegado a ver en unos Juegos Olímpicos a un japonés de setenta años.

¿Ve al caballo como un animal de compañía?

Con ellos se crea un vínculo muy fuerte, podría pasarme horas conviviendo con ellos. Yo sería incapaz de vender cualquiera de mis caballos y mira que cuando tuve el accidente podría haber vendido el mío perfectamente, pero no lo hice, va a estar conmigo para siempre. Ahora mismo la gente que estamos relacionados con la doma clásica cuidamos de nuestros caballos, de sus horarios, su alimentación, que estén sueltos, que tomen el sol… Pensamos mucho en respetar cómo estaría el caballo si estuviera en libertad.

El anteproyecto de ley de bienestar animal contempla regular las intervenciones asistidas con animales, ¿Cómo cree que deberían ser?

Que el que el caballo se sienta útil es importante para él. Cuando incluimos un caballo para las terapias, a veces son jubilados, y que a ese caballo en el final de su vida se le cuide, se le mime y ayuden en terapias me parece super bonito. La otra cara que hay que evitar es la de esos centros que utilizan caballos con problemas o que han sido maltratados… Con un caballo cuidado y profesionales detrás, pues genial; pero si el tema de las terapias se emplea como un medio para mantenerse a flote a toda costa, pues ya es otra cosa.

¿Qué recomendaría a aquellos que quieren comenzar a montar a caballo, ellos o sus hijos?

Lo primero, que acudan a una hípica donde los entrenadores tengan formación, porque el técnico estudia psicología y pedagogía y para iniciación creo que es básico. Si estás pagando para que te enseñen, tienen que hacerlo en condiciones, y aquí es donde fallamos mucho y perdemos mucha gente. 

¿Aconsejaría algo distinto a una persona con una discapacidad o un hijo con discapacidad?

El consejo sería muy parecido. Al final la persona que es técnico deportivo tiene que entender de caballos. Si te inicias, hazlo con gente que tenga formación y que haya un buen trato hacia el animal y hacia el paciente si son intervenciones asistidas. Y que tengan clara la distinción entre las terapias y el deporte.

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