En agosto de 2020 la familia Mikesell compartió en su canal de YouTube un vídeo en el que tenían un accidente de avión mientras sobrevolaban las montañas de Uinta, en Estados Unidos. El piloto, Shadrach Feild, se vio obligado a realizar un aterrizaje de emergencia y las seis personas que viajaban en el avión sobrevivieron con heridas de diversa consideración.

Ahora, el aviador de un Boeing 747, Kelsey, ha desglosado en su propio perfil de la misma plataforma, 74 Gear, las enseñanzas que el accidente aéreo ha dejado para otros pilotos que se vean en la misma situación, según informa Gizmodo.

Feild conducía un Cessna T210M por la cadena montañosa. Al pasar por Moon Lake, descendió para verlo desde menor altura, bajando entonces el tren de aterrizaje y desplegando los flaps para disminuir la velocidad. Como tenían el viento en contra, el piloto quiso acelerar, pero el motor falló.

Dado que el vuelo de la familia Mikesell volaba demasiado bajo y había personas en la playa, el piloto desestimó la idea de aterrizar en la arena, y se decidió por guardar los flaps y las ruedas, reducir la velocidad y descender sobre el bosque bruscamente.

Entre los fallos que Kelsey ha encontrado gracias a las imágenes es que, dado que la velocidad era más baja de la aconsejada, la aeronave comenzó a ladearse y perdió estabilidad. Además, los pasajeros de los asientos de delante no llevaban puestos los cinturones de hombro, lo que les causó lesiones de mayor gravedad.

En estos casos, Kelsey explica que lo más seguro es modificar la velocidad aerodinámica y la altitud para aterrizar de forma segura o planear durante un tiempo hasta dar con la solución, aunque era imposible llevar a cabo ninguno de estos planteamientos debido a la situación. Cuando el motor deja de funcionar, lo más recomendable es inclinar hacia delante el avión para poder seguir planeando y aprovechar la altitud.